17 de enero de 2012

Causan más daños sociales y económicos políticas de FCH que la delincuencia: PT

Los aumentos en el precio de los combustibles “no son otra cosa más que la aplicación de impuestos federales que repercuten directamente en el índice final de precios al consumidor ¦ Foto Sergio Balandrano
Fernando Inés Carmona
Orizaba, Ver.- La política económica del presidente Felipe Calderón “causa más muertes entre los pobres del país que la propia delincuencia organizada. A nombre del control de la inflación, de la disciplina y el superávit fiscal se reduce el gasto en el desarrollo educativo y científico del país”, refirió Jorge González Rojas, dirigente del Partido del Trabajo (PT) en el estado.
 
“Lo peor es que el gobierno sí tiene dinero, pero creó más pobres que en los peores años del PRI”. Así, dio a conocer que la óptica “con la que Calderón ve la problemática del país se reduce a policías y ladrones. Una visión muy limitada en cuanto a las causas de los graves problemas nacionales. Calderón anda medio resolviendo los efectos coyunturales del país y no va a las causas estructurales de los problemas sociales y económicos nacionales. El gobierno federal, a nombre del control de la inflación, de la disciplina y el superávit fiscal ha cometido atrocidades contra el país, que han causado más daños sociales y económicos que la propia delincuencia organizada.
 
”Bajo la premisa de la tendencia inflacionaria, se reprime el salario, situación que ha generado una brutal cartera vencida en la clase trabajadora y mantiene en situación de pobreza a quienes aportan la mano de obra que genera la riqueza nacional. Para mantener el superávit fiscal y bajo control la inflación, el gobierno federal retira dinero circulante a través de los recortes presupuestales, disminuye el gasto social, en educación, en investigación científica y tecnológica, situación que genera recesión y nos mantiene en el subdesarrollo social y económico”.
 
Los aumentos en el precio de los combustibles “no son otra cosa más que la aplicación de impuestos federales que repercuten directamente en el índice final de precios al consumidor, con lo cual le pega directamente al consumo de la canasta básica de alimentos y servicios del pueblo mexicano. El precio actual de la gasolina y el diesel en México, no obedecen a criterios de costos de producción, ni de mercado. Obedecen a la política recaudatoria de impuestos del gobierno federal, es decir, que el aumento gradual del precio de la gasolina y el diesel no son otra cosa más que impuestos federales que se aplican al pueblo, encareciendo el costo de la vida, repercutiendo brutalmente en los más pobres”.
 
Esta política recaudatoria de la Federación, de acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) arroja los siguientes datos: “el número de personas en situación de pobreza subió de 48.8 millones a 52 millones entre 2008 y 2010, lo que significa que 46.2 por ciento de la población mexicana se encuentra en esta situación. El referido informe señala que la pobreza extrema, la que tiene tres o más carencias sociales, pasó de 10.6 por ciento a 10.4 por ciento de la población total, con lo que se mantiene en el nivel de 11.7 millones de personas; mientras que el número de personas vulnerables por ingreso pasó de 4.9 millones en 2008 a 6.5 millones en 2010”.
 
También destacó que 28 millones de personas “tienen carencia por acceso a alimentación, lo que representa un aumento de 4.2 millones en dicho periodo. En México, el porcentaje de personas con carencia por acceso a la alimentación pasó de 21.7 por ciento (23.8 millones de personas) a 24.9 por ciento (28.0 millones de personas) entre 2008 y 2010”.

Este tipo de diagnósticos son ignorados por el gobierno federal, quien en manos de neoliberales “se dedica a mantener bajo control los indicadores macroeconómicos de acuerdo a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, pero se olvida de los índices sociales y económicos que reflejan la situación real del país”.

En este escenario, considera que el gran beneficiado de esta tragedia nacional que ha generado el superávit y la disciplina fiscal es el capital trasnacional especulativo que entra al país a través de la Bolsa Mexicana de Valores, y es quien sustituye la falta de circulante nacional.
 
Ante esta realidad, propone que como única solución “es que el gobierno federal libere la inflación y ésta se aplique en la reactivación y fortalecimiento de la planta productiva de la industria nacional y el campo mexicano”.

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