9 de octubre de 2012

Los hijos de la corrupción/ Piedra en el zapato


por Lilia Baizabal
“Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá”: Quinto Horacio Flaco.
El presidente electo Enrique Peña Nieto, anunció que contempla la creación de una super policía especial. La intención es concentrar sus funciones en el combate al narcotráfico. Lo que probablemente, signifique el retiro del ejército de las calles, para evitar mayor desgaste, pero también la continuación de la política de guerra que sigue cobrando víctimas inocentes.
A través de su coordinador general de diálogo, política y seguridad Miguel Osorio Chong, el próximo gabinete federal confirma la intención de continuar con la fallida estrategia de “combate al narcotráfico”.  Esto pese a que le ha costado al país, poco más de 90 mil muertos, 30 mil desaparecidos y 300 mil desplazados, según cifras oficiales.
La nueva super policía, igualita a la que se anunció desde hace 1 año para el estado de Veracruz y de la que aún no se ven resultados, se encargará de combatir a la delincuencia organizada, el secuestro, la extorsión y todos los delitos de esta materia que se registren en todos los rincones del país.
La mala noticia es que no buscarán reclutar a nuevos policías para prepararlos y formarlos desde un inicio con una nueva actitud de servicio. No, la idea es usar a los policías de todos los cuerpos de seguridad del país que ya existen y que como se ha visto, en muchos casos, no ofrecen resultados porque trabajan para la delincuencia.
Ejemplos de estos se han visto en el estado de Veracruz, donde las autoridades anunciaron el despido de poco mas de 3 mil policías y la contratación de nuevos. Dijeron que la mayoría, trabajan y cobraban para la delincuencia. Han pasado dos años de esta presunta depuración y los ciudadanos continúan sin ver los resultados. Los hechos de inseguridad  siguen y el secuestro a la alza.
Y lo que es peor. Se supone ya existía la seguridad de cuerpos policiacos veracruzanos depurados. Pero no. La noticia la revela la Secretaria de Marina cuando el pasado 23 de Septiembre, anuncia el arresto de 35 policías de la Secretaría de Seguridad Pública, por presuntas actividades para la organización criminal de los Zetas.
En un comunicado, la Armada detalla que la detención de los 35, cuatro de ellos mujeres, se concretó el 22 de Septiembre en dos acciones, una implicó la captura de 16 en el aeropuerto de San Luis Potosí, y otra de 19 más en Xalapa, la capital del estado.
“Todos ellos se desempeñaban como policías en la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz y presuntamente colaboraban con la organización delictiva de Los Zetas”, indica el comunicado de la Secretaría de Marina (Semar), que hizo preguntarse a la opinión pública, si todo lo que han anunciado por parte de las autoridades correspondientes no ha sido más que una farsa.
Otro caso que no nos da muchas esperanzas de que la nueva super policía que entrará en funciones próximamente, hará un buen papel, lo vemos en el reciente asesinato del hijo del ex gobernador de Coahuila Humberto Moreira.
La Procuraduría de Justicia de Coahuila, ha llamado a declarar a poco más de 50 policías que trabajan para la Secretaría de Seguridad Pública de aquel estado, porque existe la sospecha que varios de ellos, están involucrados en el asesinato del joven José Eduardo Moreira.
Los agentes policiacos, serán sometidos a pruebas de evaluación de confianza y al polígrafo, además de que les realizarán un examen toxicológico.
¿Y se preguntará de qué sirve todo esto?. Aunque resulte un policía el que ejecutó al hijo del político y lo procesen, lo lleven a la cárcel, quién le devuelve la vida al muchachos de apenas 26 años.  Y a los miles de jóvenes en todo el país,  que han sido víctimas de las mismas complicidades de los que se supone, deben velar por la seguridad de los ciudadanos.
Insistimos que no será buena la idea del próximo gabinetazo para contrarrestar a la delincuencia organizada.  Integrar una super policía con delincuentes que se la han pasado trabajando y tendiendo redes para los malos, no resolverá el problema, por el contrario, lo incrementará.
Y es que de fondo, se percibe que los próximos funcionarios tampoco traen  intenciones de enfrentar el gran problema de la corrupción que permea en todos los niveles de gobierno.
Cómo pueden exigirle a los policías que sean super honestos con los sueldos de miseria que les pagan. Y cuando sus jefes y los jefes de ellos, también son parte de las redes delincuenciales. No por algo México ocupa el lugar número 100 de las naciones menos transparentes del mundo.
No se le puede exigir entonces a los policías que sean super transparentes, super honestos,  cuando en el propio gobierno encontramos por todos lados a los hijos de la corrupción, como son el abuso de poder, nepotismo, favoritismos, contratos a puerta cerrada, desvío y desperdicio de recursos, discriminación, funcionarios incompetentes. Diputados locales, federales, senadores, secretarios, gobernadores y presidentes corruptos.
La necesidad más urgente que tiene México es el combate frontal a la corrupción en todos sus niveles. Cuando el próximo gabinetazo decida aplicar la ley y mandar a la cárcel a dos que tres altos políticos, jefes policiacos, líderes sindicales,  que de la noche a la mañana son dueños de riquezas incalculables, entonces sí, empezaremos a darles crédito en sus acciones.
Pero no, ya vimos que para el PRI, los líderes sindicales, desde Elba Esther Gordillo en el SNTE hasta Carlos Romerto Deschamps en el Sindicato de Pemex, son y serán intocables.
Y mientras no hagan nada diferente,  continuaremos pensando que son mas de lo mismo, y tantito peor.
Al tiempo.

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