15 de diciembre de 2012

LAS ADICCIONES DE DUARTE/ ZONA FRANCA

"LA PROSPERIDAD SÓLO LA HA VIVIDO JAVIER DUARTE Y SU CÍRCULO CERCANO, DEPREDADORES A LOS QUE DISTINGUE LA INEFICIENCIA, LA INEFICACIA, LA OPACIDAD Y LA FALTA DE RESULTADOS..."

por Roberto Morales

El adicto siempre niega que lo sea. Al contrario, solapa sus vicios llenándose de autoelogios, asegurando que su vida es un paraíso de felicidad, y en el caso del gobernador de Veracruz, de prosperidad; a pesar de que los gobernados, quienes viven la realidad en las calles, dan testimonio que ello es falso.

Javier Duarte de Ochoa es adicto a endeudarse y enriquecerse con dinero ajeno. Niega que su gobierno viva de deudas, y calla que el patrimonio de su familia y sus allegados suba como la espuma.

La realidad, contra lo que argumenta el gobernador, es otra. Se la describieron tres académicos de la Universidad Veracruzana, Rafael Arias Hernández, Rey Acosta Barradas e Hilario BarcelataChávez, quienes en ejercicio de su independencia profesional y sustentando sus argumentos en datos financieros que están a la vista de todos, revelaron que la deuda real de Veracruz es de 59 mil 155 millones de pesos.

Duarte y sus estrellas financieras, han sostenido que la deuda es grande pero no tanto y se aferran a una cifra, 31 mil 185 millones de pesos, que ante las evidencias, es insostenible.

Los tres académicos, miembros del Observatorio de las Finanzas Públicas, le han dado una estocada a la coartadaduartista: contradijeron la cifra oficial de deuda del gobierno estatal; cuestionaron la tramposa argumentación de que renegociar no es contraer deuda; criticaron la falta de transparencia en materia de información financiera, y advirtieron que por concepto de intereses Veracruz paga anualmente 3 mil millones de pesos, lo que capta por concepto de impuestos estatales.

Sus cifras son demoledoras: deuda registrada ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 28 mil 975 millones de pesos; obligaciones financieras, 7 mil 406 millones; bursatilización de participaciones, 4 mil 800 millones; pasivo circulante, 9 mil 700 millones;Pronafise (bono cupón cero), mil 274 millones, y créditos calificados por la consultora Fitch Ratings, no contabilizados en el segundo informe de gobierno, 7 mil millones. En suma, 59 mil 155 millones de pesos.

El gobierno de Veracruz, por su parte, ofrece una visión optimista de su debacle financiera: banca comercial, 15 mil 815.05 millones de pesos; banca de desarrollo, 7 mil 151.2 millones; emisiones bursátiles, 8 mil 736.6 millones, y otros, 113 millones. En total, 31 mil 815.85 millones de pesos.

Siendo secretario de Finanzas en el gobierno fidelista, Javier Duarte implementó la bursatilización del impuesto por pago de tenencia vehicular; por sus manos pasó la contratación de deuda con bancos comerciales y de desarrollo, y el desastre financiero provocó que se dejaran de pagar contratos de obra, de proveeduría y de prestación de servicios por más de 17 mil millones de pesos.

Javier Duarte es corresponsable del endeudamiento de Veracruz y al mismo tiempo pieza clave en el modelo financiero que llevó a la entidad a su peor momento.

De ahí que la voz de los académicos universitarios adquiera una relevancia mayor y que, entre otras cosas, refleja la solidez de la Universidad Veracruzana y su independencia de criterio, repelente a los intentos del poder público de someterla, infiltrarla y, sobre todo, mediatizarla para que sea, como la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), aval de los graves disparates y de las peores decisiones de quien manda, o medio manda, en la entidad, y convertirla en apéndice del PRI.

A juicio de Arias, Acosta y Barcelata, el razonamiento del gobierno veracruzano en cuanto a que no se está contratando deuda sino que se está renegociando, es cuestionable. Lo que hace Javier Duarte es contratar deuda nueva para pagar deuda vieja, pero a fin de cuentas es deuda. Y cuando se pide una cantidad, hay que pagarla. A eso se le llama deuda.

Refirieron que existe una fórmula fenicia tan clara como contundente: si no es deuda, que no se pague. Obvio, en el caso de Veracruz, es deuda y hay que pagarla, llámenle bursatilización, cupón cero o como deseen denominarla.

Desde esa perspectiva, Veracruz no es el estado más endeudado del país, pero sí el segundo, sólo detrás del Distrito Federal, lo que habla de la gravísima situación que atraviesa la entidad, pues la obligación de saldar esos adeudos provoca que no haya inversión y se limite la obra pública y la dotación de servicios.

Otro punto a destacar es la falta de transparencia en el manejo de información financiera por parte del gobierno de Veracruz, lo que da pie a la opacidad y un ambiente de sospecha. Y tan grave es la opacidad como la incapacidad para enfrentar el problema financiero, suponiendo el ciudadano Duarte que maquillando la crisis, ésta no existe.

Javier Duarte se ha convertido en un mal vendedor de optimismo. Cuando salió de su entrevista con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, destacó la supuesta coincidencia entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y el de Veracruz, advirtiendo que en 2013 “habrá mayor inversión social y más desarrollo para los veracruzanos”. Dijo también que Veracruz y el gobierno “trabajan coordinados”.

¿De qué Veracruz estaría hablando el gobernador? Y más concretamente, ¿a qué coordinación alude el señor Duarte cuando el Presidente Enrique Peña Nieto ni siquiera contempla aún una visita al estado, mientras ya lo ha hecho con otras entidades?

Dijo también que “hay plena coincidencia en la visión de futuro; ya lo he dicho, 2013 viene con muchas buenas noticias para Veracruz porque contamos con el apoyo y el impulso del Presidente Enrique Peña Nieto”.

En otra de sus afirmaciones —quién sabe si será verdad—, Javier Duarte dijo queVidegaray y él conversaron “sobre el estado que guardan las finanzas públicas veracruzanas y los esfuerzos que se han hecho para mantenerlas sanas y en equilibrio”.

Ese día, el gobernador expresó sentirse satisfecho de que el titular de Hacienda le hiciera un reconocimiento “sobre el esquema de Veracruz para la reestructuración de pasivos, como por la felicitación que recibió por aplicar controles al gasto corriente y disminución de salarios a altos mandos superiores desde el inicio de su gestión, priorizando la inversión y la obra pública”.

Y soltó otra que bien podría motivar risa, desencanto y malestar:

“Con el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto compartimos la visión de una administración pública eficiente, eficaz, transparente y de resultados. En este momento, y así me lo compartió en secretario de Hacienda, el gobierno de la República trabaja en controles y racionalidad del gasto corriente para elevar el gasto de inversión social”.

Javier Duarte, está visto, vive del autoelogio para justificar su adicción al endeudamiento. Quizá no le haya dicho aVidegaray que endeudar a Veracruz fue una decisión del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, pero una operación que ejecutó el mismo Javier Duarte.

A ambos se les ocurrió contratar créditos que se advertían impagables ybursatilizar recursos provenientes del impuesto por tenencia vehicular y ahora, ya como gobernador, por participaciones federales.

Pero que no se lo haya dicho, no significa que Videgaray no lo sepa. Veracruz cayó en esta crisis financiera por las pésimas decisiones de Fidel y Duarte. Y ahora presume que con Peña Nieto comparte la visión de una administración pública eficiente, eficaz, transparente y de resultados. ¿Cuáles, pues el gobierno de la fidelidad fue un fracaso y el delduartismo va por el mismo camino?,

Quizá tampoco le haya dicho a Videgarayque a Javier Duarte públicamente se le ha señalado de un enriquecimiento sospechoso, al tiempo que Veracruz se ahoga en el mar de su deuda; que se le han identificado propiedades en el extranjero a nombre de su esposa y de su familia política, con valor de un millón de dólares, justo cuando se iniciaba en política en plan estelar.

La prosperidad sólo la ha vivido Javier Duarte y su círculo cercano, depredadores a los que distingue la ineficiencia, la ineficacia, la opacidad y la falta de resultados.

Lo demás, lo que le haya presumido aVidegaray, es malsana adicción.

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