19 de febrero de 2013

QUIEREN OTRO HUESO UNOS 35 DIPUTADOS DE LOS 50 QUE FORMAN EL CONGRESO VERACRUZANO ABANDONARAN EL PUESTO ACTUAL PARA EL QUE FUERON ELEGIDOS....


¡¡¡ PÓNGANSE A TRABAJAR!!!
LOS DIPUTADOS LOCALES REPRESENTAN INTERESES DE SUS PARTIDOS POLÍTICOS, DE GRUPOS  Y DE INTERESES NEFASTOS...

Grillos y chapulines


Alrededor de 35 diputados de los 50 que forman el Congreso veracruzano han hecho público su interés por participar como candidatos en el próximo proceso electoral, lo que significa necesariamente abandonar el puesto actual para el que fueron elegidos.
¿Sobre qué base aspiran estos diputados a un nuevo puesto? ¿Qué han hecho en éste puesto a favor de sus representados para que eventualmente sus electores los recompensen? ¿Acaso el tiempo en que ha sido representantes de la ciudadanía ha sido suficiente para acumular una cantidad razonable de méritos como para ser reconocidos y premiados por ello? ¿Qué habilidades y atributos personales como representantes populares pueden acreditar frente a sus electores? ¿Cuáles de éstos eventuales atributos son reconocidos realmente por el electorado? ¿Qué tipo de relación tienen los diputados con sus electores y, si ésta existe, en qué medida y con qué mecanismos –no clientelares– es beneficiosa para sus representados?
Éstas y otras preguntas son obligadas en un sistema político de representaciones simuladas en donde los candidatos representan a su partido o a sectores y cuotas de su partido mucho antes que al electorado propiamente dicho.
El fenómeno que estamos por presenciar es consustancial a un sistema de esencias y reflejos corporativos antes que un sistema de auténtica representatividad popular. Esta distorsión es tan grande y paralizante que –en la ya muy larga transición política del país– primero fue posible la alternancia del ejecutivo antes que abandonar el corporativismo y el clientelismo como sustentadores de los procesos de renovación política. Los diputados, aun los de elección popular, representan a su partido antes que a sus electores y por tal razón sus carreras políticas no dependen tanto de la relación con el electorado como de las relaciones dentro del partido y el sector que representa y lo apoya porque le significa una posición y una cuota de poder. Incluso se hizo una reforma política para formalizar una de las aberraciones del sistema político mexicano, los diputados plurinominales o de partido. Incluso en algún momento la SCJN decidió que el principio de representación proporcional, como garante del pluralismo político, pero eso no es más que un eufemismo para referirse a la diversidad de organizaciones intermedias en donde muchas son negocios familiares de muy cuestionable ética.
En el sistema político mexicano, los protagonistas son los partidos políticos, no los ciudadanos. Por eso el compromiso de los llamados representantes populares no es más que de forma, porque los diputados representan los intereses de los grupos dentro de su partido, no los intereses de los electores. La escasa ética en el sistema político deriva de su definición por la simulación; los personeros del sistema comparten el mismos déficit de ética. Se hace carrera con base en agradar y servir al partido, no para servir al electorado. Por eso brincar como grillo de un puesto a otro no es censurable.
FUENTE: LA JORNADA DE VERACRUZ

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