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| EN LA PLAZA LERDO, 23 DE MAYO DE 2013 |
Zapateando.- Desviar
las aguas del río blanco para generar energía eléctrica es el objetivo del
proyecto El Naranjal. Con la construcción de la hidroeléctrica que “sería
la novena más importante de México” serían afectadas comunidades del centro de
Veracruz, en los municipios de Fortín de las Flores,
Ixtaczoquitlán, Amatlán de los Reyes, Cuichapa, Naranjal, Coetzala, Omealca y
Yanga.
La empresa
agroetanol sin consulta a los pueblos, promueve una construcción que:
“despojará de tierras y aguas a 30 mil campesinos; y afectará a 56 especies de
animales y faunas protegidas”.
Contra este proyecto
hidroeléctrico las comunidades se organizaron. Empezaron a informarse porque ni
la empresa ni los gobiernos daban explicaciones. Al cerro entraban vehículos y
comenzaron el desmonte.
Una amplia campaña
sumó apoyo coordinado por el colectivo Defensa Verde, Naturaleza para siempre.
Entrevistada por zapateando, Gabriela Saez declaró en agosto de 2011: “Hemos
emprendido una lucha, junto con los municipios afectados. Eso es lo que nos da
la fuerza para enfrentarnos a esta empresa, que no cuenta con los permisos para
estar realizando los trabajos.”
Brigadas informativas
y movilizaciones pacíficas en la región fueron ignoradas. El movimiento
ambiental continuó. En audiencia con el gobernador de Veracruz el pasado 23 de
mayo exigieron apoyo para cancelar la obra.
En el dia mundial del
medioambiente el funcionario publicó que “el proyecto el Naranjal ya no se
realizará” porque “la zona ha sido designada como área natural protegida” “un
total de 31 mil 790 hectáreas del Metlac-Río Blanco y Amatlán-Cuichapa.”
Integrantes del Colectivo Defensa Verde Naturaleza para siempre, solicitaron
que se les entregue copia del decreto del ejecutivo estatal.
No es la primera vez
que Duarte se compromete de palabra, no es tampoco un regalo. Es una medida
necesaria ganada por la organización de las comunidades en defensa de sus ríos.
Con el decreto el movimiento ambiental ha obtenido una herramienta importante.
Pero hay todavía mucho por luchar. Son 112 los proyectos hidroeléctricos. Y no
siempre las declaraciones se concretan en hechos. Sólo para recordar: la mina
Caballo Blanco, en Actopan sigue avanzando en la depredación ambiental aún
cuando se ordenó su clausura.
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