10 de septiembre de 2013

PARA DERROCAR A PEÑA NIETO, CON LA CNTE

Protesta de la CNTE frente al Senado. Foto: Animal Político
Alberto Buitre*
Para derrocar a Peña Nieto y el poder de los monopolios, hay que ir con la CNTE y no con López Obrador. Porque mientras AMLO ha propuesto este domingo un plan que incluye un mitin y una marchapara el próximo 22; la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), va mucho más allá. Pero mucho más allá de la movilización centrista, convocando a una acción directa de rebeldía popular.

La CNTE ha convocado a un Paro Cívico y Magisterial nacional para el miércoles 11. Una huelga general, no sólo en solidaridad con su causa, sino porque las reformas capitalistas que pretenden la privatización de los bienes nacionales como la educación pública y los hidrocarburos, únicamente podrán ser evitados si se ataca el centro de las iniciativas: la riqueza. La riqueza que genera la producción. Si se para la producción, se para la marcha del capitalismo. La fórmula es simple y comprobada.

Por eso la CNTE tiene razón. No AMLO.

Por su parte, el tabasqueño apuesta a su escenografía consabida desde que era jefe de Gobierno del Distrito Federal. Llamar a sus huestes a la Ciudad de México para presumir que abarrotaron avenidas ¿Logrando? Nada. Sobre todo si el aparato mediático no es capaz de informar mínimamente la cantidad de personas que acuden a una marcha. Nunca lo han hecho, ni aún basados en cifras de la policía. Así, AMLO se queda como testigo de sí mismo. También ha pedido realizar asambleas estatales, de la misma forma en la cual ha construido MORENA, su próximo partido político oficial. Y de acción directa, nada. Sólo informar, dijo; convencer a más personas de sumarse a su movimiento; y nada más.

Quizá por eso, tras su mitin, se leyeron en redes sociales muestras de desencanto con López Obrador.“Tibio”, dijeron algunos, como el columnista Julio Hernández de La Jornada, quien un día antes había colocado esperanzas en el evento lopezobradorista: “El acto de mañana es de gran importancia, pues dará cauce a una masiva oposición al atraco energético”, escribió en su cuenta de twitter.
Y seguramente muchos así lo creyeron. Pero sucedió lo contrario.
En cambio, la CNTE ha llamado a su Paro Nacional. Por supuesto, no es ninguna ocurrencia.
El magisterio en lucha ha llegado desde muchos Estados del país a sostener tres semanas en paro laboral. Les han insultado, han pedido reprimirlos – en redes sociales, hasta matarlos-, y en la televisión y en la radio, no hay día en que no se hable del “caos” que provocan, exigiendo que les avienten las tanquetas antimotines. También el Gobierno perredista del DF ha tratado de disuadirlos. Hasta el mismo López Obrador les amenazó con que “lloviera o tronara” haría su acto en el Zócalo, donde se mantienen las carpas magisteriales. Pero nada ni nadie los ha movido un centímetro. Quizá por eso AMLO no quiso – o no fue capaz o no se le ocurrió-, convocar a sus partidarios a apoyar la lucha del magisterio.
¿Qué hubiera pasado si López Obrador hubiera llamado a apoyar el Paro Nacional convocado por la CNTE? Hubiera levantado en euforia política a sus agremiados. Estoy seguro de eso. Más aún, si se considera que varios profesores forman parte de MORENA.
Y sin embargo, ahí fue la CNTE. Marchando desde Avenida Juárez hacia en Ángel de la Independencia; marchando por sus causas, por su propia vida y la de sus hijos, mientras AMLO hablaba y hablaba y hablaba.

Quien quiera ir con López Obrador, que vaya. Que sacie sus ansías de hacer algo. Pero que no espere que con eso se detenga la privatización energética, ni de la educación, ni la hacendaria que acelerará el crédito y el endeudamiento del pueblo. Hay que ir con la CNTE, al Paro Nacional. Y si éste falla, será el siguiente. No hay de otra. Frenar la producción, liquidar la plusvalía. Ahorcar a los capitalistas, los dueños de las reformas estructurales, en su propia miseria. Hacerlo de forma general, sin que un solo de los sectores se quede atrás. Intentarlo una y otra vez, hasta triunfar. Porque el destino es de la clase obrera y nadie más luchara por ella. Ahí están siete mil maestros en el DF para demostrarlo.

*El autor es periodista mexicano. Premio Nacional de Periodismo ONU-DDHH

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