4 de septiembre de 2014

PODRIDA LA JUSTICIA EN VERACRUZ

El periodista y funcionario de la Comisión Estatal para la Protección de Periodistas (CEAPP) Jorge Morales Velázquez, consideró muy grave la situación actual para el ejercicio periodístico en Veracruz. 

La advertencia

La madrugada del pasado dos de septiembre del año en curso,  fue baleada la residencia del periodista Ignacio Domínguez, a las puertas de su domicilio le dejaron la cabeza de un cerdo con un mensaje intimidatorio.
El ex reportero del Diario de Xalapa y director del periódico agrario Tinta Verde narró que al filo de las cuatro de la madrugada escuchó disparos pero no pensó que esas ráfagas fueran hacia su domicilio.
Fue hasta la mañana siguiente cuando uno de sus hijos se percató de la cabeza del animal con un mensaje, y balazos en la puerta de su casa.
Llamo a las autoridades y realizaron sus pesquisas en la escena del atentado; hasta el momento el periodista no tiene idea de quien pudo realizar el funesto acto. 
En ese sentido el periodista del Heraldo y comisionado en la CEAPP Jorge Morales opinó:
“Me parece uno de los casos más llamativos y preocupantes, en este caso se trata de un periodista que no cubre información sobre la delincuencia organizada, sobre todo temas agropecuarios y a veces políticos,  el hecho de que se haya presentado esta situación estamos ya viendo una vertiente inédita”.
Aunque reconoció que no es la primera vez que periodistas no ligados en fuentes policíacas, eran hostigados e incluso “levantados”, lo que traza un panorama desolador ya que se está generalizando las agresiones hacia periodistas por la nula capacidad de castigo para los culpables.
“Ya se están abriendo otras líneas donde probablemente  haya quienes, en este contexto de impunidad, de inseguridad y total indefensión de la actividad periodista, ante falta de condiciones de seguridad tanto para el periodista como para el ciudadano común, entonces se están aprovechando y están tratando de realizar estas acciones con una finalidad”.
El periodista considera que todo esto es reflejo de la descomposición de la seguridad en la entidad y de la debilidad de las instituciones encargadas de procurar justicia.
“Es evidente que el mensaje que le emitieron a Ignacio tiene un sentido de inhibir su trabajo, que la amenaza va por la información que él publica en su semanario, y si no era así, esto sirvió para que el manifestara que ya va a evitar publicar cierto tipo de cosas, entonces finalmente esas personas consiguen su objetivo que es la censura e infundir el miedo”.
 Los amparos
En febrero del 2014 cuando Veracruz se volvía a colocar en los reflectores mundiales, por el deceso del décimo periodista asesinado en los primeros tres años del gobierno de Javier Duarte, Gregorio Jiménez reportero policíaco de Notisur, la Procuraduría General de Justicia del Estado a cargo en ese entonces por Amadeo Flores, realizó una razia policíaca en toda la zona de las Choapas para hallar a los culpables.
De esta redada se logró capturar a seis supuestos integrantes de una banda de secuestradores que fueron “contratados” por Teresa de Jesús Hernández Cruz, dueña del bar El Mamey quien  por 20 mil pesos, mandó a secuestrar al reportero por publicar que en ese antro servía de casa de seguridad de migrantes secuestrados.
Meses después los imputados promovieron un amparo en el que su defensa argumentó que las confesiones fueron hechas bajo tortura, por lo que dichas declaraciones eran consideradas invalidas, por lo que se teme podría repetirse la historia de José Antonio Hernández Silva, presunto asesino de Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz.
Jorge Morales se acercó al actual Procurador General de Justicia de Veracruz Luis Ángel Bravo Contreras y del acercamiento le comentó a este reportero lo siguiente:
“Estas personas  con el amparo promovieron que no se les puede dar validez a sus declaraciones porque fueron hechas bajo tortura, entonces yo diría lo siguiente: aunque el procurador asegura que va a combatir este amparo, porque dicen tener pruebas para evitar que los imputados salgan libres, pero pone en tela de juicio, de duda y credibilidad la justicia en Veracruz”.
Morales Velázquez considera incorrecta la actuación de las autoridades “porque estamos hablando de que estas personas fueron torturadas, sabiendo las autoridades que cualquier declaración obtenida bajo tortura puede ser desechada por un juez, lo llevaron a cabo, no solo están violando la ley, están violando los derechos de otras personas”.
Al comisionado del CEAPP le parece que se comprometió una importante investigación que solo despierta sospechas en el actuar de los funcionarios:

“Si estas personas que tienen un caudal de otros hechos delictivos cometidos anteriormente, salen libres, ya no pensemos en el peligro que representa para un periodistas sino para toda la sociedad, entonces lo que se pone aquí en evidencia es la incapacidad palmaria de la justicia veracruzana, para poder procesar cualquier investigación, de un periodista o de un ciudadano; y abre las puertas a pesar de asegurar lo contrario, para que estas personas salgan en libertad”.
prensa2-rm

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