12 de octubre de 2014

DE GUERRERO A VERACRUZ

TEXTO IRREVERENTE


Por Andrés Timoteo
"Por los  caminos del sur vámonos para Guerrero", dice la canción y se puede agregar que..también  a Veracruz. Aunque debió  renunciar inmediatamente al cargo por ser uno de los responsables del secuestro de 43 alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, podría sentar un precedente peligroso para los poderosos que están acomodados en cargos públicos. Frente a la presión de la opinión pública ha ofrecido solicitar licencia a la gubernatura si los guerrerenses lo deciden en una consulta pública organizada por el Instituto Nacional de Elecciones (INE).
 
Tal propuesta puso los pelos de punta a muchos gobernadores porque de efectuarse dicho sondeo –aunque no sea por el INE - será una medida que reclamarán en cascada por todo el país. Hay entidades donde los mandatarios son unos verdaderos pillos y los ciudadanos ya no ven la hora en que se vayan. Una consulta popular para defenestrar a Aguirre Rivero es veneno para los feudales estatales, especialmente los emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de ahí la postura ambigua del dirigente  nacional de dicho instituto, Cesar Camacho Quiroz.
 
El líder priísta minimizó la demanda de un escrutinio en Guerrero al calificarla como “una salida fácil” y trató de darle la vuelta al asunto  con la retórica de que el gobernante guerrerense debe afrontar su responsabilidad. “No queremos que se vaya (sino) que se quede a asumir la responsabilidad de la Constitución, en un elementar sentido de ética política”, dijo balbuceante Camacho Quiroz. La traducción es obvia: pide que el gobernador se quede para responder ante la ley pero como en México la ley es letra muerta, entonces significa que no habrá repercusión más allá del escándalo mediático.
 
Y Camacho no lo hizo para defender al expriísta y ahora perredista Aguirre Rivero sino a los gobernadores del tricolor. Una consulta pública para decir que un mal gobernador se vaya pone en riesgo a todos los mandatarios priístas y de hacerse en Guerrero, el precedente será un arma ciudadana. ¿Cuántos gobernadores priístas lograrían el respaldo de los ciudadanos para seguir en el cargo?. Ninguno, todos son repudiados por el ejercicio abusivo de poder, la corrupción y, en algunos casos concretos, sus alianzas con el crimen organizado.
 
Después de Guerrero la mirada se posa invariablemente en otras entidades como Tamaulipas y Veracruz donde los gobernantes han demostrado una total ineficacia para el combate de la delincuencia. Tan ineficiente ha sido el desempeño en materia de seguridad pública que los observadores la confunden con una complicidad. Edigio Torre Catú y Javier Duarte de Ochoa, actúan de manera simular, dejan hacer, dejan pasar, y solo se ocupan de su seguridad personal. Ambos mandatarios tiene a la policía estatal como “guardia pretoriana”, es decir, para cuidarlos a ellos que viven en burbujas color rosa en lugar de resguardar a la ciudadanía que está bajo fuego graneado.
 
Sus principales colaboradores en materia de seguridad pública y procuración de justicia han sido señalados de todo tipo de cosas, algunas terriblemente graves, pero aún así los sostienen sospechosamente. Tamaulipas y Veracruz además son tierras minadas para el ejercicio periodístico, el plomo es el lenguaje con el que se habla a los reporteros -aunque ahí la entidad veracruzana le gana a la tamaulipeca con once comunicadores asesinado- y el ciudadano común se encuentra en estado de indefensión ante la ola de asesinatos, secuestros, extorsiones y amenazas.
 
Camacho Quiroz dijo ayer algo de Guerrero que cae como anillo al dedo en Veracruz y Tamaulipas: un gobernador es jefe de la policía, de la procuraduría y corresponsable político de lo que ocurre en los municipios. En la entidad veracruzana  habrá que recordar decenas de casos donde la policía estatal al mando del defeño Arturo Bermúdez Zurita han sido señalados de detener a jóvenes que nunca vuelven a aparecer. Según lo documentado, habría en Veracruz unos sesenta jovencitos desparecidos tras ser aprehendidos por policías locales en los últimos dos años. Más que Ayotzinapa, pues.
 
En un artículo de opinión publicado en diversos medios, el analista y experto jurídico, José Elías Romero Apis describe a Guerrero como si estuviera describiendo a Veracruz o Tamaulipas: “la actual situación parece muy oscura en los criminalístico pero muy clara en lo político. El gobierno local ya no existe. Nunca he creído en la necesidad de convocar a una sesión senatorial para declarar la llamada desaparición de poderes pero el poder político guerrerense ya es imaginario”.
 
Romero Apis se pronuncia por la figura de un comisionado, que en realidad es un gobernador sustituto, en Guerrero pues la autoridad local está fallida.Tal como Veracruz. Por supuesto, si hay una consulta a los ciudadanos de Guerrero para decidir si se va o no Ángel Aguirre, el pueblo veracruzano será el segundo en levantar la mano para que acá se haga lo propio como también muchos han sugerido el nombramiento de un comisionado como se hizo en Michoacán.  En cuatro años, Duarte de Ochoa agotó todo lo imaginable y rebasó la ignominia. ¿Quién en su juicio querría otros dos años con Duarte en palacio de gobierno?.
 
A lo anterior se adereza la declaración del copetón Enrique Peña Nieto frente al pleno de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) celebrada en Aguascalientes, donde dijo que es inaceptable que en México haya regiones con vacíos de autoridad y con vínculos de complicidad entre gobernantes y delincuentes. Vaya, ese si fue escupir hacía arriba  y no le cayó solo al mexiquense sino seguramente le rebotó en el rostro a Duarte de Ochoa, señor de todos los escupitajos. La vida es irónica y el karma lo persigue.
 
Por otro lado, el caso Guerrero también impacta ya la agenda político-electoral porque puso en relieve otra vez el tema de la infiltración del narcotráfico en los procesos electorales con el fin de postular candidatos a puestos de representación popular que les sirvan como intermediarios, gestores, voceros y dotadores de permisos para operar. Los partidos políticos ahora están obligados a revisar con lupa a quienes aspiran a las diputaciones federales que se renovarán en el 2015 y luego a las gubernaturas, como en Veracruz en el 2016. Aquí viene otro punto muy amenazador para los políticos veracruzanos pues si se aplica el llamado “blindaje anti-delictivo”, los  “niños de la fidelidad” quedarán automáticamente excluidos de las boletas electorales. Se extinguiría la descendencia política del innombrable y ese es un tema  que merece un texto aparte.

FUENTE: NOTIVER

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