30 de abril de 2015

EL CASO ARISTEGUI, UN INDICADOR DEL SISTEMA MEXICANO: LORENZO MEYER

Un periodismo "a la Aristegui" es lo que en este momento menos desea el gobierno, escribe el historiador en el periódico Reforma.
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El caso de la periodista Carmen Aristegui “es hoy un indicador de la naturaleza que va adquiriendo el actual sistema mexicano. Se suponía que México ya habría concluido su tránsito del autoritarismo priista clásico a algún tipo de democracia, pero realmente no es el caso y un neoautoritarismo podría estar en nuestro futuro”, escribe este jueves, en su columna del periódico Reforma, el historiador Lorenzo Meyer. 

Sobre la salida del aire del programa de la periodista, apunta que ”negar a un público masivo el acceso a una fuente cotidiana de información crítica es una forma de restarle poder a ese conjunto de ciudadanos que recurrían a la información y análisis como los generados por Aristegui y su equipo para definir su posición en el juego de la política”:

“No es aventurado suponer que el despido de la conductora incómoda fuera una forma en que “Los Pinos” se cobró el costo en legitimidad que le ocasionó la investigación sobre la mansión de la familia presidencial (la “Casa Blanca”). Sin embargo hay en esto algo más que venganza. En el proceso electoral en curso está en juego el afianzamiento del control del Presidente y su partido sobre el Congreso y otras estructuras de poder… Un periodismo “a la Aristegui” es lo que en este momento menos desea el gobierno, y menos aún su efecto de cara al largo plazo, pues entonces dificultaría más el proyecto neoautoritario”, abunda.
Además, Meyer expone la ruta judicial que ha tomado el asunto.

Y concluye: “La incertidumbre sobre la forma en que la muy endeble y poco confiable institucionalidad jurídica mexicana va a resolver “el caso Aristegui” será un poderoso indicador sobre el rumbo que tomará el sistema político mexicano. Si la posición de la empresa, que es la posición del gobierno, prevalece, entonces podemos suponer que el neoautoritarismo habrá dado un paso más en su consolidación. Si, por el contrario, David lograra prevalecer sobre Goliat, entonces se podría abrigar cierto grado de optimismo en relación a un futuro mejor y menos injusto que el presente. Por hoy, la moneda está en el aire”.


(Con información del diario Reforma)

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