21 de junio de 2015

EVALUAR PARA DESPEDIR: EL DÍA SE ACERCA, LA MENTIRA SE MANTIENE.

Por: Oswualdo Antonio González
A pesar de los discursos de la titular del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que aseguran que la evaluación no es para “despedir” a maestros en servicio, sino para ayudarlos a ser mejores, cada acción que realiza el instituto confirma lo que ya se sabía, lo que ya se había decidido, la evaluación del desempeño docente servirá para adelgazar la plantilla de docentes.
Al vincular en la reforma constitucional los resultados de la evaluación de los maestros, con su permanencia y ésta de manera directa con la mejora de la calidad, se crea un círculo justificatorio, sustentado en un discurso técnico aparentemente impecable.
Las evidencias de las primeras acciones realizadas por el INEE, lo muestran como un actor político, que sabe usar los medios para comunicar sus decisiones y sus acciones permiten ubicar un discurso de autoprotección en dos frentes recurrentes: el primero es que así se los mandata la ley, por tanto son decisiones no discutibles y segundo argumentando que “eso” es competencia de la SEP, en consecuencia no discutible. Con esos dos marcos justificatorios, las acciones del INEE se ubican en un plano de certeza absoluta y que en cualquier contexto o ante cualquier reclamo siempre tendrá la razón.
Evaluar para cumplir un marco normativo y no para mejorar necesariamente la educación, es la decisión que ya tomó el INEE. Así al terminar este ciclo de experimento neoliberal, lo importante será haber cumplido con las encomiendas institucionales, cuyas motivaciones siempre fueron políticas, sin que esto implique la mejora de la educación.
El INEE por ejemplo, en el marco del Concurso de Oposición para  el Ingreso al servicio docente emitió el jueves 6 de marzo de 2014, los “Lineamientos iniciales específicos para llevar a cabo la evaluación del ingreso al Servicio Profesional Docente” en ellos se puede observar lo que se afirma líneas arriba, sus decisiones son políticas no enfocadas en la mejora del sistema educativo.
En lugar de plantear en los citados lineamientos lo que en su discurso público sostiene, el INEE opta por recomendar la aplicación de un “examen” como instrumento para definir quien es el “idoneo” para desempeñar la función docente. No plantea un procedimiento integral en el “Concurso de oposición” que como mínimo debiera contemplar: un examen para explorar el perfil, el desarrollo de un plan de clases y el desarrollo de una clase, por mencionar 3 procedimientos de cuya triangulación se obtendría un mejor diagnostico de cada candidato. ¿Por qué el INEE es incongruente entre su discurso de la evaluación como un proceso y los lineamientos que construye y la SEP debe aplicar?
Veamos textualmente lo que el INEE le plantea a la SEP: dice el INEE que el Concurso de Oposición es: “concurso público que tiene como finalidad garantizar la idoneidad de los conocimientos y capacidades de los aspirantes, según corresponda, para el ingreso al servicio público educativo…” ¿se puede obtener mediante los resultados de un “examen” a los candidatos “idoneos” para ser docentes?
En el artículo 4, numeral 7 de los citados lineamientos el INEE plantea: “La evaluación nacional para el Ingreso al Servicio considerará las dimensiones del Perfil que son: Contenidos y enfoque pedagógico del currículo vigente; intervención didáctica; mejora profesional; compromiso ético y expectativas sobre el aprendizaje de sus alumnos, gestión escolar y vinculación con la comunidad”, ¿todas esas dimensiones pueden ser evaluadas con un “examen”?
En el numeral 10 el INEE especifica: “Los instrumentos de evaluación estarán conformados por reactivos o ítems que permitan medir adecuadamente los aspectos a evaluar. Su diseño, aplicación y uso deberá atender los criterios técnicos que para el efecto determine y publique el Instituto” ¿un reactivo puede “medir” esas dimensiones?
En el numeral 11 el INEE indica: “Los instrumentos deberán incluir al menos 20 reactivos para medir cada aspecto. En el supuesto de que un aspecto se subdivida, el número de reactivos se mantendrá en 20 para cada uno de ellos” ¿con estas recomendaciones ingresarán al servicio los mejores docentes?
Estas son las acciones del INEE, este es el perfil de su actuación, no seamos ingenuos, esta misma perspectiva institucional de concebir la evaluación es la que permeará la evaluación del desempeño docente, una evaluación pensada en “despedir” no en mejorar, aunque la propaganda nos inunde de manera cotidiana insistiendo que todo es para que México tenga un mejor sistema educativo.
¿Qué hacer?
Las movilizaciones pedían una contrarreforma a través de una “derogación” o como algunos lo externaban una “abrogación”, lo cierto es que el gobierno ganó esa batalla y ha logrado circunscribir la lucha en polos perfectamente ubicados. El reto es rearticular la lucha más alla de siglas, lo cual se vislumbra complejo.
La otra posibilidad es Votar por una bancada de Diputados federales capaces de impulsar iniciativas que rescaten los derechos laborales que se perdieron. Esto implica una labor político electoral que trascienda siglas sindicales y las redes sociales. En este camino ya estamos trabajando varios grupos movilizados, ojala se logre integrar un plan de acción en cada uno de los 21 distritos electorales de Veracruz.
Finalmente, la otra línea de acción implica consolidar los colectivos docentes y de directivos para enfrentar de manera coordinada la evaluación del desempeño docente. Organización que nos ayude a no sucumbir ante los cientos de empresas que ya están listas para ofertarnos múltiples cursos para supuestamente pasar los “exámenes”, algunos incluso impulsados desde las propias instancias oficiales.
Organizarnos es la tarea, el día se acerca, la mentira se mantiene.

Fotografía: InsurgentePress

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