2 de agosto de 2015

LA PRENSA QUE SE CALLA CON UN CHAYOTE

En la entrevista Rubén Espinosa denunció el modus operandi del gobierno de Javier Duarte para mantener a la prensa sometida.
El fotoperiodista aseguró que alrededor del 98 por ciento de la prensa en Veracruz, desde directivos de medios, hasta reporteros, recibe “chayote” como automóviles y dinero para publicar a gusto del Gobernador.
De hecho, contó, hay unos desayuno llamados “Desayunos de la Libertad de Expresión”, donde se rifan vehículos, pantallas, iPads y teléfonos.
“Lo que ya no se quiere hacer en Veracruz, es periodismo de investigación, está prohibido, todos deben conformarse con el boletín. Estamos hablando de que van 12 compañeros asesinados, cuatro desaparecidos y del 2000 a la fecha, 17 exiliados. Y cada que llama un Diputado y el mismo Gobernador a sus desayunos se llena, porque desgraciadamente la prensa en Veracruz está al servicio de quien le echa de comer”, dijo.
Espinosa Becerril recordó el caso de Víctor Báez, director de Reporteros Policiacos, quien fue asesinado, descuartizado y “aventado” frente a las instalaciones del Diario de Xalapa, una semana después de recibir un automóvil como regalo.
“Le duró una semana su coche. Yo estoy muy en desacuerdo con que a la prensa se le tenga que dar dinero, no tiene que hacerlo. Entiendo que los sueldos son bajos, pero si exigimos prestaciones, seguro como gremio, posiblemente lo vamos a conseguir, pero para todos es más fácil recibir dinero”, expresó.
“Cuando quemaron la Junta Local del INE en Ruiz Cortines llegamos los medios, atrás de nosotros venían unos albañiles, entonces los granaderos los detuvieron y nosotros les tomamos fotos. Lo grave de esto, no es esa detención sin sustento; lo grave es que la que dirigió la detención es una periodista. Ella fue la que le dijo a los policías: huélele las manos, ábrele la mochila, revísale esto y es una periodista que porta armas y que su hija está trabajando en la Procuraduría de Justicia”, narró.
EL DF DEJÓ DE SER SEGURO: ARTÍCULO 19

La última vez que Darío Ramírez, director de la organización internacional Artículo 19, habló con Rubén, fue hace una semana. El joven fotoperiodista estaba más tranquilo y seguía en contacto con sus colegas de Veracruz. Preocupado por seguir difundiendo lo que sucedía en esa entidad, le dijo.
Hoy con Rubén muerto, Darío Ramírez está consternado. Artículo 19 le ayudó con el desplazamiento de Veracruz al Distrito Federal y ahora la organización está ante una terrible negligencia del gobierno de Veracruz y del gobierno federal.
“Es un dolor profundo, es un momento de frustración y cólera, por la indolencia de las autoridades del Distrito Federal y del gobierno federal. Esta muerte está en los hombros de funcionarios públicos del estado de Veracruz y del gobierno federal”, dijo.
Ramírez indicó que Artículo 19 le dio aviso al Mecanismo de Protección de la Secretaría de Gobernación y además emitió una alerta por las amenazas que recibió Rubén en Veracruz.
“Dimos a conocer la alerta y la necesidad de que el gobierno reaccionara. Hay un nuevo fondo y me refiero a que la violencia está mucho más cercana al Distrito Federal. Ya no es ese santuario a donde podían venir y sentirse tranquilos los periodistas. No podemos presumir que el DF es un santuario, sino que la violencia está en las calles. Seguimos hablando de un alto grado de esquizofrenia, de locura, porque las autoridades hablan de una protección inexistente, un mecanismo inútil”, dijo.
Rubén se convirtió en el periodista de Veracruz asesinado número 13 y el 16 del gobierno de Enrique Peña Nieto. En total en los últimos años suman 88.
Hace un mes Espinosa Becerril aseguró que no confiaba en los mecanismos de protección del gobierno y que prefería acercarse a los organizaciones de defensa de periodistas: “He hablado con Artículo19, con CPJ [Comité para la Protección de los Periodistas], con los medios con los que colaboro, con Proceso y Cuarto Obscuro, con AVC, ellos están conscientes. Estoy buscando a Periodistas de a Pie, porque en Veracruz no hay esa garantía. La Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas no sirve de nada. El día de la golpiza del 14 de septiembre a un compañero le dieron con toletes eléctricos en el corazón y la misma Comisión le dijo: ‘Mejor recibe dinero, no hagas escándalo, ya te pasó, ya te robaron’. He venido acá y me preguntan si ya me acerqué a la Comisión. No tienen idea de la corrupción que hay en esa Comisión. Yo no confío en ninguna institución del Estado, no confío en el gobierno, temo por mis compañeros, temo por mí. No es nada más Rubén, es familia, amigos, yo no quiero perjudicar a nadie más con eso”, dijo.
Antes de despedirse, el joven fotógrafo auguró días difíciles para el estado del que huyó y pidió a la sociedad “voltear a ver a Veracruz”.
“Viene una represión muchísimo más grande que la que tenemos hoy en día y recordemos que Javier Duarte al inicio de su mandato dijo que era admirador de Franco, es un referente al que la gente no puso mucha atención y lo están viviendo los veracruzanos. Sólo le pido a la gente, a la sociedad y a los periodistas que volteen a ver a Veracruz, porque nos están matando a toda libertad de expresión”, indicó.

Al final de la entrevista Rubén se acomodó la cámara fotográfica, saludó a sus colegas y se encaminó a la salida. Sonrió y se despidió con un abrazo. Minutos más tarde, el fotógrafo retrataba a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa en la marcha que salió a las cinco de la tarde del Ángel de la Independencia y que concluyó con una lluvia a las afueras del Palacio de Bellas Artes.

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