12 de agosto de 2015

UN GRITO DE PAZ Y AMOR POR LA VIDA

Timocepanotoke Noche Altepeme Macehualme uecvt – fnls, nos solidarizamos ante la represión generalizada ejercida por el  Estado, de manera sistemática, mediante la existencia de un Estado policíaco -militar, en el resto del país para sofocar el descontento popular.
UN GRITO DE PAZ Y AMOR POR LA VIDA 
 Estamos convencidos y convencidas de que nuestro dolor se transformará en esperanza, en rabia, en fuerza colectiva que nutrirá nuestros sueños y anhelos e libertad, que articulará nuestras voces con palabras e imágenes de aliento, bríos para seguir sobre las ruinas y construir a contrapelo el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones. 
 Hoy un asesinato más, cuatro asesinatos más, miles de asesinatos que se registran a lo largo y ancho del Estado de Veracruz y del país. Ya sabemos quiénes son los responsables. Comenzamos a entender los intereses, prejuicios y cegueras que colman nuestras tierras de sangre e indolencia. ¿Cómo podemos permanecer sólo contemplando nuestras heridas convertidas en miedo, en llanto, en ausencias de seres queridos, de hombres y mujeres casi desconocidos que nos marcan el camino de una convicción de bien común y compromiso social? ¿Cómo podemos habitar la indiferencia, sentir el aguijón de la urgencia y permanecer callados? 
Este nuestro llanto reprimido, estas nuestras voces violentamente acalladas por aquellos que solo siguen órdenes inhumanas en pos de un “desarrollo” que en realidad solo atiende a sus intereses de clase, los que ultrajan a las comunidades, a los pueblos, a las mujeres, a niños y niñas, este duelo por aquellos que viven indolentes frente a nuestro futuro anhelado de que otro mundo es posible, nuestro llanto, este llanto, se convertirá en lluvia que removerá la resignación y hará florecer la rabia, la digna rabia, para ser de nuevo fuerza y esperanza. 
¿Quién o quiénes son responsables de tanta amenaza, violencia, de tanta ignominia, de tanta sangre derramada? Todos y todas lo sabemos y no bastan las declaraciones inútiles de fiscales, no basta el estado de derecho a modo, ni las falsas declaraciones o peor aún los silencios contundentes del verdugo. 
Todos y todas lo sabemos, con nombre y apellido, como dicen los jóvenes estudiantes, pero pocos nos atrevemos a decirlo, ante el miedo de ser el siguiente de la lista del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, o de Bermúdez, o de Duarte, o de Mancera, o de Enrique Peña Nieto, o del sistema, o de las corporaciones transnacionales, o ¿de ellos? 
 Por qué o para qué ocultar lo que a toda luz ha sido la retórica oficial: ¿fiestas? ¿Crímenes pasionales? ¿Vínculos con el narco? ¿Nacionalidad colombiana? “¡Pórtense bien! ...que van a caer muchas manzanas podridas” dijo Duarte a los periodistas, ¿del árbol de quiénes caerán las manzanas? ¿Por qué no sacudimos nosotros el árbol de la podredumbre de los de arriba?, ¿qué esperamos para sacudir el árbol de los asesinos, de los rufianes, de los criminales de cuello blanco? 
 Han ultrajado nuestro derecho a la libertad de expresión como ultrajan todos y cada uno de nuestros derechos: a la salud, a la educación, a la alimentación, a la vivienda, al empleo, al territorio, a la vida… ¡a todo! 
 ¿Hasta cuándo vamos a soportar el martirio de ver desaparecer al vecino, ó a 43, a 22, a 8 ó 5? ¿Hasta cuándo veremos, al final del túnel, la luz de la verdad, de la ética, del compromiso social, de la justicia? ¿Cuántos más valores ciudadanos perderemos arrancados a golpe de pobreza o de dádivas sociales o televisores y su programación idiotizante, o de metralla o de difamaciones de vínculos con los mal portados, los revoltosos, a quienes llaman terroristas? 
No esperaremos. La urgencia nos llama, el freno de emergencia. Es el vuelco de la indignación que se cuela en los huesos y en las miradas de los inconformes el que nos urge a hablar. No callaremos. Hacemos un llamado a la reflexión y a las acciones colectivas de mujeres, hombres, niños, niñas, jóvenes y ancianos, para que aún con nuestros miedos, pero cargados de iniciativas, de sueños, de esperanzas, hagamos posible otra forma de vida en nuestra casa, salón, escuela, barrio, comunidad, en Veracruz y en México. Con la frente en alto y la convicción de que se pueden cambiar las cosas, seguiremos, tantas veces como sea necesario, reclamando y exigiendo: 
- Javier Duarte de Ochoa… si conoces lo que es la dignidad y aún te queda algo de ella… ¡RENUNCIA! Todos/as nosotros/as te hemos hecho juicio político y resultas culpable de los asesinatos de Regina, Moisés, Noé, Gregorio, Rubén, Nadia; de todos los periodistas asesinados por su compromiso con la dignidad y la justicia social; así como de la represión y hostigamiento a los estudiantes de la Universidad Veracruzana, y a defensores de Derechos Humanos. 
 Castigo a los sicarios y autores intelectuales del asesinato de Rubén Espinosa, Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Nicole y Alejandra, cometido en la calle Luz Saviñón No. 1909 de la Colonia Narvarte en la Ciudad de México; a Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera y todo el aparato de mando único que encubre con la delimitación política de los territorios la responsabilidad de las fuerzas federales de seguridad en la política de exterminio a luchadores sociales. 
Este es el reclamo que cunde en nuestros corazones. El anhelo de justicia con el cual llamamos a la acción ciudadana para rescatar nuestros valores y limpiar nuestra conciencia social, nuestra ética sociopolítica, nuestra solidaridad para liberarnos de este mal que nos aqueja, el veneno de la impunidad, de la militarización, de la corrupción, de la barbarie. Justicia reclamamos, no de los asesinos. Justicia reclamamos de los pobladores de esta tierra adolorida. Justicia y digna rabia. 
¡Ni un asesinado más!
¡Ni una asesinada más!

Duarte, ¡juicio y castigo!

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