24 de noviembre de 2015

OJO DE GATO: ¡POCA MADRE!

Guillermo Manzano

La represión ordenada por Javier Duarte en contra de la población civil veracruzana no tiene parangón. Un fin de semana sangriento. Para no olvidarlo. Para jamás perdonarlo. El badulaque de palacio de gobierno ríe, celebra, se regodea. ¿Qué esperar de un ínfimo intelecto? No hay perdón para ‘ese’.
    Los amanuenses hablan de ‘enfrentamiento’. No. Para que haya ‘enfrentamiento’ debe haber condiciones de igualdad. Lo que vivimos este fin de semana fue represión. Madrizas de policías estatales y federales. ¿Una mentada de madre equivale a un toletazo?
    El gordo ha enloquecido. Lo sabemos. El problema es que su locura nos afecta a quienes vivimos en este estado. Ordenar golpear a civiles sólo es reflejo de una mente desequilibrada. De un idiota. De un estúpido.
     Docentes y periodistas fueron golpeados sólo por cumplir su trabajo. ¿Por qué? No lo sé. No puedo entrar en el coprointelecto de tan indigno individuo. Sé, por regla, que no hay que escribir encabronado. Hoy rompo esta regla porque estoy más que encabronado, indignado, molesto, emputado. No se vale. No se vale.
    Quienes protestan por las evaluaciones están en su derecho. Quienes acuden a evaluarse también. Lo que no está en Derecho es utilizar a las policías para agredirlos. Eso es autoritarismo y rompe cualquier principio democrático de nuestra sociedad. Por supuesto, a Duarte y a su secretario de seguridad no les importa.
    Veracruz se bañó con sangre inocente. Una mancha más para un gobierno que se caracteriza por derramarla. Nunca, en la historia moderna de Veracruz, se había tenido un gobernante de tal calaña.

¿Qué piensan los priistas añejos?, ¿Qué dicen de su gobernador?, ¿Por qué se quedan callados? ¿Qué dicen los ‘dirigentes’ magisteriales? ¿Por qué callan? El silencio es complicidad de la represión. Está bien. Sé que nos les preocupa. El próximo año habrá elecciones y el dinero mata conciencias. Así ha sido. Pero no sé si así será.
    La violencia institucional se adueñó de Veracruz. Es difícil contenerla porque ellos son armados con nuestros impuestos. Nosotros sólo tenemos la palabra. La sociedad sólo tiene su dignidad. Así no se puede. Estamos en desventaja.
    Este lunes las maestras y los maestros de la prole de Javier podrán comentar los hechos contra sus colegas. Contra la sociedad. Contra los reporteros y reporteras. Claro, también podrán tragar mierda y seguir la vida loca.
    Nos queda un camino largo y sinuoso que recorrer. No debemos callar más. Cierto, hay miedo y desorganización. Normal. Comprensible. Pero en un algún momento este miedo debe ser vencido para derrotar a quienes nos reprimen
    He visto testimonios de maestras. Fueron golpeadas. Fueron vejadas. No puedo dejar de pensar en mis compañeras normalistas. En mi madre. En mis compañeras de trabajo.
    He visto la sangre de reporteros. He leído las denuncias de reporteras por ser violentadas. No puedo dejar de pensar en ellas. En ellos. Son amigos. Son compañeros de cerveza y ron. No puedo dejar de pensar porque hacerlo me pone en la misma condición intelectual de Javier Duarte y su secretario Arturo Bermúdez…

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