30 de mayo de 2016

FIN DE UNA FISCALÍA GENERAL CORRUPTA

Línea Caliente
Por Edgar Hernández*

¡Anima el regreso de Morales Lechuga!

Más que la estrofa de -¡El final se acerca ya!- pareciera un clamor generalizado poner un hasta aquí a tanto abuso de poder.

Esa necia y persistente necesidad social de que regrese la justicia a Veracruz, misma que un día se extravió cuando dos regímenes se entregaron a la delincuencia organizada quesque para mantener la gobernabilidad y de paso ganar en lo oscurito carretadas de dinero.

Esa persistente contención de tanta impotencia de las familias veracruzanas ante los interminables atropellos ciudadanos y abusos de poder y ese esperar que algún día retornara la justicia…

Ese día, finalmente, está por sucederse.

Para el proyecto de gobierno de Héctor Yunes Landa el regreso a la legalidad se encuentra en Ignacio Morales Lechuga, decisión que concita la esperanza. 

El proyecto arroja una luz de que espera a Veracruz un mejor destino.

De ser así quedaran para la historia negra todo ese odio sembrado entre hermanos, la incontable cifra de muertos en esa falsa lucha contra los criminales y el contubernio entre la secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado, que dieron como resultado el más gigantesco cementerio que se tenga memoria en la entidad.

La guerra sucia dejó a millares de familias en la orfandad ya que en la mayoría de los casos hoy día no se sabe dónde quedaron sus hijos, las esposas, los paterfamilia, los amigos, la gente con la que tenían vecindad, los que un día desaparecieron y no se supo más, sus mujeres, sus niños.

Un día se sabrá quién mató a los 18 periodistas, quién estranguló a Regina Martínez, quién mando al homicida; quien mató a golpes a Gibrán Martiz¨; quien violentó y despareció a miles de jovencitas y a qué fosas fueron a parar los enemigos del régimen.

Las cárceles se abrirán para devolver la libertad a todos los inculpados de manera abusiva y arbitraria por una autoridad incapaz de resolver la criminalidad y refugiada en la invención de culpables por la vía de la tortura, igual que hace un siglo en la era porfirista.

¿Por qué no tener un gobierno que rescate la dignidad y moralmente haga sentir orgullosos a los veracruzanos de este proyecto, es decir, “que no seamos corruptos vergonzantes, sino que expulsemos a los corruptos de Veracruz”, dijo ante Héctor Yunes Landa, el exprocurador Ignacio Morales Lechuga, quien con el almirante Wilfrido Robledo Madrid, han sido propuestos para ocupar la Fiscalía General de Veracruz y la Secretaría de Seguridad Pública.

Ello anima.

El fincarle responsabilidades a Luis Angel Bravo Contreras y al general habilitado –cero estrellas- Arturo Bermúdez representa el sueño de Fuenteovejuna.

Habremos de estar preparados para resistir la revelación de las peores páginas sangrientas de Veracruz. Ese número indeterminado de levantados y masacrados. Preparados para cuando se abra la gigantesca fosa que está debajo de la Academia de Policía en donde los vecinos de Emiliano Zapata afirman que hiede día y noche.

Ello al igual que las de Tlalixcoyan, Villarín, Tuxpan y Minatitlán. La explicación del por qué nunca se emitió la alerta de género. La verdad de Tierra Blanca y Papantla. Los 584 desparecidos entre 2010 y 2014 reconocidos por el propio gobierno. Las 950 personas que desde que llegó Luis Angel Bravo dice buscar y no encuentra. Las 306 llamadas “ausentes”... ¿Y se explique qué pasó en la discoteca “Madame”?.. Y la cuota diaria de aprehensiones ilegales que se reportaba al gobernador para convencerlo de que Veracruz era el crisol de la paz social en donde solo se roban “frutsis y gansitos?

Son muchos, muchísimos los pasivos de un régimen que escondió en la impunidad y abuso de poder su incapacidad que desde el arranque se manifestó con la pila de cadáveres arrojados el pie del WTC de Boca ante procuradores y presidentes de tribunales de justicia como una muestra de quien es el que verdaderamente manda en Veracruz.

Lo de Morales Lechuga nos regresa en la historia de la legalidad. La guerra sucia está por llegar a su fin.

Tiempo al tiempo.


*Premio Nacional de Periodismo

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