21 de junio de 2016

¿DÓNDE ESTÁ EL BILLULLO?

Línea Caliente

                                                   Por Edgar Hernández*


Dejan gobernadores cuentas sin saldar”, ASF



Ya buscaron por todos lados y no aparecen.


Son 9 mil 557 millones de pesos correspondientes a 2014 que el gobierno de Javier Duarte no ha podido comprobar.


A ello se suman los más de 22 mil millones pendientes de 2011-2012 y 2013 que están en el tobogán del ¡ya te comprobé! del gobierno del estado, contra el no hay nada en caja de la Auditoría Superior de la Federación.


El caso es que Veracruz sigue bajo sospecha de la federación, mientras a nivel local se libra una lucha desesperada por atajar la embestida del nuevo gobierno que habrá de encabezar Miguel Angel Yunes Linares.


Desesperados intentos por fortalecer al Fiscal General, Luis Angel Bravo Contreras, para que no se raje atascándolo de prebendas –terrenos y helicópteros- y un nuevo Fiscal Anticorrupción que blinde a Javier Duarte son los dos más importantes piales con que cuenta, ya que el Congreso local saliente, empezó a desmarcarse.


De cualquier forma la embestida de México contra el decaído gobernador crece.


Esta mañana de lunes la prensa nacional da cuenta de las traiciones internas y el “desprestigio, caprichos y rechazo de la población que arrastraron al PRI y a sus candidatos a perder en sus estados”.


El máximo dirigente priista Manlio Fabio Beltrones insistió el pasado sábado ante el presidente Enrique Peña Nieto que al no actuar contra Javier Duarte en su momento ante la escalada de corruptelas, el PRI tuvo que pagar el costo político de la derrota.


Habrá que recordar además que en los prolegómenos de la campaña electoral el Veracruz el Congreso de la Unión dio entrada a la demanda de juicio político contra el gobernador Duarte, misma que podría reactivarse en estos días en que la federación va por el cobro de facturas pendientes.


Habrá que recordar que el sistema político mexicano castiga más por lo que engañas y traicionas que por las raterías que acometes.


Para el caso de Veracruz la versión del “triunfo electoral”  y el ¡todo está bajo control! la mantuvo engañosamente el PRI y Duarte hasta pasadas las 4 de la tarde del domingo 5 de junio.


Tanto a la Secretaría de Gobernación como a la Presidencia de la república se dio cuenta de una victoria apretada, pero segura, de dos puntos en favor de Héctor Yunes Landa.


Ya para las seis de la tarde no se dio el vuelco electoral. Simple y llanamente los operadores priistas habían concluido su trabajo de fotografía de las sábanas electorales cuyos resultados eran desfavorables para el PRI.


“¡Paren todo festejo!”, se ordenó en la casa de campaña de Héctor en Lázaro Cárdenas, en Xalapa hasta donde habían llegado desde las seis de la tarde mariachis y decenas de simpatizantes.


Duarte se guardó.


No quiso contestar a nadie… y la historia de la derrota luego de 86 años de supremacía priista empezaba a reescribirse con la alternancia.


Al día siguiente Héctor tuvo que admitir oficialmente la derrota, días después y a regañadientes el OPLE entregar a Miguel Angel Yunes la constancia de mayoría que lo acreditaba como gobernador electo… y para Duarte, el derrumbe.


Así, para estos días –han pasado apenas 15 días después de la elección-  lo que se observa son deudas impagables, la prensa oficial que calla, otra huye… ¿dónde andan los Ginos?, desesperación por cerrar a la carrera, venganzas de última hora y entuertos para proteger la salida que marca el fin de una era que inició Fidel Herrera Beltrán y concluyó en el desastre total.


Hoy el señor Javier Duarte, está en un serio predicamento.


El compromiso ante la irritada ciudadanía de llevarlo a la cárcel pareciera irreversible máxime que las asideras de Duarte en el centro quedaron difuminadas particularmente luego del balance que este fin de semana adelantó cambios en el gabinete federal, cambios en el PRI nacional y juicio político a los traidores.


O la federación castiga a Duarte o será el próximo gobierno estatal que ya se relame lo bigotes. Ello por más que se diga que Yunes Linares necesita la autorización del presidente Peña Nieto para meterlo a la cárcel.


Y es que en la aplicación de la ley a nivel federal y ante tanta evidencia le va resultar imposible al presidente de la república meter la mano por su amigo Duarte –que nunca lo fue- y a nivel estatal hay serios desvíos financieros e irregularidades por abuso de autoridad que obligarán a llevarlo ante un juez.


Hoy de nuevo y ante versiones perversas de que está por huir del país Javier Duarte, hay otra en el sentido de que el mismo primero de diciembre le será entregada una orden de presentación tras la ceremonia de trasmisión de poderes.


Ello si es que antes no lo derriba el encolerizado gobierno de Peña Nieto tras la derrota y traición duartistas.


Como se recuerda el dicho de Alberto Silva de que “¡Si gana Miguel, ya nos llevó la chingada!”.


Y si, ¡eh!



Tiempo al tiempo. 
  

*Premio Nacional de Periodismo

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