27 de enero de 2017

EL MURO DE TRUMP COMO EXPRESIÓN IDEOLÓGICA.


Trump es un magnate de la construcción. Su giro es el el inmobiliario, tiene edificios en Nueva York y en varias partes de Estados Unidos y del mundo.
Es probable que en su ideología construir y construir sea una solución para problemas económicos. Las grandes obras, el concreto, el acero, las autopistas, el hormigón, las vigas, las represas, los puentes, los rascacielos. Es una especie de anhelo romántico de aquellos años 20, con la imagen del obrero maniobrando en las alturas.
Lo del muro es una de esas grandiosas edificaciones. Cientos y cientos de kilómetros de una construcción que además es un símbolo múltiple. Simboliza el gran empeño norteamericano, pero también es una barrera psicológica contra los peligros de "afuera" y encima viene a satisfacer tendencias xenófobas y discriminatorias contra los mexicanos y los hispanos.
Si China, el competidor global de Estados Unidos y una de las obsesiones de Trump, tiene su Gran Muralla como orgullo nacional y como símbolo de su unidad, ¿por qué Estados Unidos no ha de tener la suya frente a sus propios peligros?
El muro representa además una concreción de la idea de Trump de "América primero", es la materialización del proteccionismo. Se apela al sentimiento de las clases trabajadoras que se sienten desplazadas, minusvaloradas o frustradas en sus aspiraciones. El responsable es el "otro", el externo, la dinámica global que se retrata como injusta y desleal.
Desmontar este discurso quizá no desmonte el muro pero sí nos da la claridad teórica para guiar la praxis frente al peligro de Trump y la derecha aislacionista norteamericana…

No hay comentarios:

Publicar un comentario