13 de marzo de 2017

¡ANTE EL TERRORISMO DE ESTADO! ¡LA GUERRA POPULAR!


EDITORIAL
EL INSURGENTE, ÓRGANO DE ANÁLISIS Y DIFUSIÓN DEL PDPR-EPR

AÑO 21 | Nº 174
FEBRERO DE 2017
El incremento de los combustibles y la electricidad puso en evidencia el grado de descontento e inconformidad que existe contra el gobierno antipopular, la voluntad popular de combatir se expresó en diferentes formas y magnitud con un común denominador, el repudio a la actual administración que con las reformas neoliberales sólo procura la defensa de los intereses de una minoría, es decir, de un puñado de burgueses que como clase imponen su voluntad. 
Las reformas neoliberales de carácter burgués fueron impuestas por medio del Pacto por México, en su aval intervinieron todos aquellos que son parte activa del régimen, políticos de oficio que hoy se hacen los occisos y presumen amnesia al negar su responsabilidad, sin embargo, se rasgan las vestiduras, se alarman y temen que el pueblo rompa las contenciones corporativizantes y transite por la expresión de la lucha independiente, es el miedo a la organización y lucha del pueblo. 
La expropiación de mercancías, el bloqueo de carreteras y vías férreas, la liberación de casetas, el bloqueo a las instalaciones de PEMEX, la expropiación de los combustibles, las marchas, así como hacer frente a la acción policíaca son expresiones concretas de la voluntad popular de combatir; es la manifestación de la inconformidad popular desde la respuesta espontánea hasta la que constituye acción política de masas. 
Quien niega esa condición toma partido por quienes son responsables de todas las medidas antipopulares que se impulsan en defensa del régimen neoliberal, del tamaño del agravio al pueblo es la respuesta cuando se rompen los muros de la indiferencia y el temor porque en la misma lucha se aprende que las fuerzas represivas son vulnerables. Queda demostrado por la vía de los hechos que gobierno, instituciones, politicastros y políticos de oficio no representan al pueblo, no se deben a él y mucho menos están para la defensa del interés popular; sus intereses son otros, los de la oligarquía. 
En esa misma dirección están las expresiones de subordinación y actitud timorata ante la actual política del gobierno norteamericano, que en su actual representante deja en claro su verdadera esencia imperialista para asegurar los mecanismos de expoliación y sometimiento económico de donde se desprende sujeción política. Mucho se dice y escribe sobre la construcción del muro, el cual ya tiene tiempo de estar construido y funcionar como línea fronteriza por las diferentes administraciones norteamericanas, no obstante, se diluye la verdadera esencia del problema, la política imperialista del gobierno norteamericano. 
Lo mismo sucede con los mexicanos indocumentados que hoy pende la espada de Damocles sobre su cabeza, por ellos se levantan todo tipo de banderas y de nuevo se tiende cortina de humo para diluir la esencia del fenómeno. Quienes migraron allende la frontera del norte no quieren regresar a su tierra; llegaron al corazón del imperialismo con la ilusión de una vida mejor al ser expulsados por hambre y violencia del Estado mexicano, lo único que encontraron es explotación y opresión, ésta hoy se recrudece y sólo les resta desarrollar ahí mismo la lucha por la defensa de sus derechos como trabajadores dejando a un lado las actitudes victimizantes. 
No se trata de negar la inconformidad popular, tampoco de diluir su verdadero alcance en el contexto de la lucha de clases retomando concepción, conceptos y consignas de los defensores del régimen, por lo contrario la voluntad popular de combatir debe romper todos los marcos corporativizantes y transitar por la combativa crítica política de las masas reproduciendo las formas de lucha que se distinguen por su combatividad y claridad política de que el enemigo común de los mexicanos es el gobierno antipopular y represivo.
Tampoco es con discursos estridentes contra el representante actual de la administración norteamericana; mucho menos con el nacionalismo burgués que procura la defensa de una minoría de opresores y explotadores. Es organizando la lucha antiimperialista como se hace frente a las pretensiones del gendarme mundial, pero ésta no pasa por los Pinos, sus representantes e instituciones, es el mismo pueblo quien la debe organizar y desarrollar.

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