Niñas de la comunidad indígena de Tantoyuca, venden de todo
Niño indígena, también dedicado a sobrevivir vendiendo bolis
Livia Díaz
Tantoyuca, Ver.
Profesores de Educación Indígena dieron a conocer el raquitismo que afecta a los niños y las niñas y que merma su educación.
Este raquitismo deriva de una situación social, fue descrito por Pablo González Casanova en su libro “La democracia en México.”
Los supervisores de educación indígena de la zona 589, Gabriel Santiago Martínez, y de la 623, Melquiades del Ángel del Ángel, describieron el escenario que reportó en 1965, con la diferencia de que este se vive, en la huasteca veracruzana en el 2011.
Lo que ha llamado el raquitismo indígena, en la historia moderna es una mezcla de feudalismo, capitalismo, esclavismo, trabajo asalariado y forzado, aparcería, peonaje y servicios gratuitos.
Es la situación descrita por supervisores del sector 13 de educación indígena, el raquitismo descrito por Melquiades y Gabriel es el escenario de los huastecos.
Los niños y las niñas de las escuelas de los maestros entrevistados, por la falta de trabajo y desintegración familiar; y dejan de estudiar, de comer, de tener salud y estabilidad a causa de la migración; en la mayoría de comunidades no hubo siembre, así que los que se quedaron padecen de falta de comida y agua.
Ha dicho González Casanova que el indígena como consecuencia del sistema dominante, tiene un mínimo nivel monetario y capitalización, tierras de acentuada pobreza, baja calidad (cuando están incomunicadas) o de buena calidad (aisladas), o impropias para la agricultura y ganadería deficientes (semillas de ínfima calidad.
Esto produce animales raquíticos, hombres y mujeres de estatura más pequeña que los de su género.
En el trabajo agrícola, técnicas atrasadas de explotación, prehispánicas o coloniales (coa, hacha, malacate).
En la sociedad, bajo nivel de productividad; niveles inferiores del campesino de las regiones indígenas, en consecuencia insalubridad, alta mortalidad, alta mortalidad infantil, analfabetismo y raquitismo.
Ambos profesores hablaron del raquitismo que afecta a los niños y las niñas en las aulas, de las comunidades tének y de las comunidades náhuatl.
En ambas experiencias, los profesores que tienen 29 y 30 años en el servicio de la educación en zonas monolingües de México, ven esto como “un problema social que siempre ha existido.”
“Aquí las condiciones son muy difíciles, -dijo el profesor Santiago Martínez- primero por la falta de centros de trabajo, raquitismo, mala alimentación, malas atenciones médicas. Pero eso sí, el maestro, sea como sea, sea con las condiciones que sea, tiene que sacar el trabajo y tiene que salir adelante.”
Habla por las 12 escuelas primarias que supervisa, y los 20 kínder y una escuela de educación especial; además, hasta septiembre del 2010, era profesor en el Cerro Botica. Allí, aunque se han formado las famosas “cocinas escolares”, luego no funcionan porque recaen sobre los padres de familia, que no tienen tiempo, preparación ni dinero para sostenerlas.
Hay muchos factores que afectan la educación de los niños y las niñas indígenas, en las comunidades no ha sido posible tener muebles, o materiales que se necesitan. “El profesor que llegue allí, -agregó el maestro- es con las condiciones de la escuela, la falta de equipamiento, muebles, y condiciones; hay algunas que solo tienen láminas o paredes endebles, son escuelas muy sencillas. Carecen de letrinas, agua y muy pocas tienen luz.”
Egresan los menores “de la escuela –que en promedio tienen cada una de 11 a 20 niños- y van a la secundaria, de la que abandona la mitad de los estudiantes, y al siguiente nivel, bachilleres, llegan rara vez alumnos, y “a la superior ya no llegó ni un alumno, algunos alumnos que llegan a la educación superior, pero ¡son poquitos, poquitos…!. Es triste ver a los papás cuando hacen parejas a sus hijos, dejan de ser una carga, se casan a muy temprana edad, pues hasta ahí se terminó.”
Se ha notado en todas las escuelas la baja de alumnos.
El profesor Gabriel dijo que si ponemos en orden las causas de la baja de alumnos, en primer lugar están los problemas familiares; en segundo el cambio de domicilio (migración), y en tercero que deciden los padres poner a sus hijos en otro tipo de escuelas.
En Tantoyuca aún hay escuelas unitarias, en las que van todos los niños a un solo salón con un solo maestro que lidia con todos los años de primaria, como la de “Emiliano Zapata” en donde solo hay 11 niños.
En nivel preescolar la supervisión en la que trabaja Gabriel, tienen 606 alumnos; 153 en primero, 203 en segundo, 250 en tercero. Además del plantel de Educación Inicial en Acececa.
Hay escuela en Estanzuela, Cerro Botica, Lajitas Tecomate, El Chiquero, Potrero Primero, Huizache, Aquichal, Loma de la Cruz, Chicjolar, Chilapérez, Poza Azul, San Jerónimo, Gallo Chopopo, Guayabal Grande, La Campana, Cueva del Tigre, Monte Grande, Cerro San Gabriel, Pitaya.
En educación primaria tienen 535 alumnos; 301 hombres y 234 mujeres. Hay planteles en Emiliano Zapata, Potrero Primero, Chiquero, Cerro Botica, Lázaro Cárdenas, Aquichal, Huizache, Corral Viejo, Lindero, Aguacate, Santa Rita, Cerro Chilapérez.
A pesar de todo esto, educación indígena ha recibido reconocimientos en las pruebas ENLACE, en deportes, y en olimpiadas de conocimientos.
En el sector que le corresponde al profesor Melquiades Del Ángel Del Ángel, que supervisa la zona 623, donde tiene 26 escuelas de preescolar, 13 primarias, dos albergues y un internado, las cosas no son diferentes.
Dijo que los problemas son muy fuertes, la situación económica afecta a todos los niños y las niñas; luego los padres salen y abandonan a los hijos, se van a buscar otra vida u otro trabajo, y hay una alta migración.
El principal problema es que los menores padecen enfermedades, “raquitismo por la mala alimentación, gripa, tos, calentura, pero principalmente enfermedades diarreicas.”
Considera que “esto pasa porque no sembraron nada, porque no hay alimentos por que la sequía que ha sido demasiado larga. En las comunidades no pudieron sembrar.”
En el sector en el que trabaja Del Ángel Del Ángel, hay escuelas de nueva creación, que llevan dos ciclos y siguen sin aulas, como es La Mora Zilozúchil, Loma Larga, Jobo Aquiche y Palmar Aquiche. Allí se trabaja bajo árboles, en estructuras hechas por la comunidad, como son palapas rústicas o techos y no se tiene mobiliario ni baños.
En las escuelas indígenas bajo su cargo se usan letrinas, las que las tienen, otras no tienen baños, y casi ninguna tiene agua. Las mamás de los niños llevan agua para que usen y se laven las manos, y esto prevalece en casi todas las comunidades.