Por José Miguel Cobián
http://www.josecobian.blogspot.com/ miguelcobian@gmail.com
@jmcmex
Es increíble lo absurdo del comportamiento de los gobernantes en México. Su ambición política los hace distorsionar el criterio y considerar lo más ridículo como algo cuerdo y lo razonable como algo imposible de llevar a cabo.
No sé si en otros países sucede lo mismo, cuando menos en USA he visto que la agenda político va por encima incluso de la vida de los estadounidenses, como en el caso de las guerras iniciadas para lograr la reelección de un presidente o la próxima contra Irán si se observa que Obama pierde puntos contra el republicano que resulte candidato.
En México nuestro estado benefactor, nuestros funcionarios de figura paterna que nos resuelven todos los problemas a los que nos enfrentamos, los superhéroes que llegan cuando el pueblo más los necesita, siempre nos desilusionan con sus absurdas prácticas políticas y burocráticas.
¿A dónde quiere llegar el desventurado columnista? Lleva mucha perorata y no ha tocado el tuétano del asunto, se pregunta el corrector de estilo y el amable lector. Ante tanta presión quien esto escribe no tiene más remedio que descubrir el velo que hasta este párrafo ha tratado de ocultar.
Hay sequía en 20 estados del país. La sequía es la más dura en los últimos 70 años, según las propias autoridades. Agricultores y ganaderos están a niveles de hambre –se habla de suicidios por hambre en la sierra tarahumara-, la secretaría de hacienda afirma que hay una enorme bolsa de recursos para apoyar a los productores afectados, pero… el dinero no fluye y los días pasan.
El gobierno federal tiene dinero y no quiere entregarlo directamente a los gobernadores, ante la posibilidad (muy real por cierto) de que éstos, usen esos recursos para ayudar a la gente, pero también para promover electoralmente a sus candidatos y partidos políticos. Los gobernadores están urgidos de recibir esos recursos para entregarlos a la población cuya conducta ya raya en la desesperación y no los reciben, porque el cálculo político de la federación es que no es el momento adecuado y habrá que esperar hasta que se realicen las elecciones.
Visto lo anterior, tal parece que el hambre, los campos, los ciclos agrícolas, las reses a punto de morir, etc., todos ellos tendrán que esperar hasta julio para ser socorridos, pues en este país por encima del bienestar de los ciudadanos se privilegian las agendas políticas de los funcionarios que toman decisiones y de los partidos de dichos funcionarios.
Así de triste es nuestra realidad, misma que no sentimos tan dura en Veracruz porque aquí la sequía no ha pegado, aunque ya tuvimos la experiencia de tener que esperar más de un año, los recursos del fonden (ese fondo para remediación de efectos de desastres naturales), porque a pesar de las necesidades de la gente, el aspecto burocrático es lo más importante para los funcionarios que deben entregar esos recursos para reconstrucción de zonas de desastre y apoyo a ciudadanos afectados por esos mismos desastres.
Debido a que esta forma de actuar y manejar los dineros que son de todos los mexicanos por parte de los funcionarios públicos no va a cambiar en el corto plazo, hay que rogar a Dios que no suceda otro desastre natural antes de las elecciones y que los huracanes que afecten nuestro estado no caigan en fechas cercanas a elecciones, (por cercano considero año y medio o menos), porque aunque por ley se deben usar recursos ya etiquetados por el congreso para paliar los daños, la realidad implica que no van a llegar hasta que los tiempos políticos sean favorables, como si el sufrimiento y el hambre de la gente pudieran esperar seis meses, un año o dos.
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