Josefina Vázquez Mota vivió un vía crucis esta Semana Santa. Una corona de 14 espinas fue colocada sobre la candidata panista. Ahora muchos cuestionan si la única mujer que estará en las boletas para la elección presidencial ya está “crucificada” o si el espíritu del Sanedrín que preside Felipe Calderón, y que operó los cambios de su nueva guardia pretoriana, le da la posibilidad de una “resurrección”.
Por Ramón Alberto Garza, Félix Arredondo 12/04/2012 -
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Josefina Vázquez Mota vivió una Semana Santa entre espinas, clavos y azotes políticos.
Y lo que se esperaba que fuera una jornada electoral plagada de ramos de olivo, se tornó una pesadilla que la transformó en una dolorosa Magdalena.
Catorce heridas, catorce caídas, casi dos por día, se infligió la candidata panista a la Presidencia, quien fue obligada a retrazar su ruta al paraíso azul o a agilizar su martirio en el Gólgota.
Y el Sanedrín panista, el que juzga y opera desde Los Pinos las decisiones clave, se vio obligado a ayudarle a cargar la pesada cruz. Es la primera semana de las 12 que durará el martirio electoral.
Pero parecería que la tierra se mueve bajo los pies de Josefina Vázquez Mota. Pierde pisada, se siente azotada por los medios de comunicación y, sin duda, indignada porque el pueblo le da sus preferencias y la salvación a quien ella considera un Barrabás.
Para colmo, el Sanedrín de Los Pinos le endosa escuderos con pobres cartas de recomendación.
Un pretoriano presidente del PAN que debió cargar las culpas de la debacle electoral de 2009.
Un pretoriano cuñado que no pudo sacar adelante la carrera sucesoria del Cordero.
Una pretoriana hermana que fue sacrificada al buscar la gubernatura de su natal Michoacán.
Y un pretoriano ex secretario de Estado que carga con la tragedia de la guardería de Sonora y la imposibilidad de salvar a Mexicana, y que heredó todos los desencuentros en el sector de telecomunicaciones. Analicemos.
LAS CATORCE ESTACIONES DEL VÍA CRUCIS DE JOSEFINA
I ESTACIÓN
Josefina cae por primera vez
La primera caída del sinuoso vía crucis de Josefina ocurrió el Viernes de Dolores en Teziutlán, Puebla, la ciudad que la candidata del PAN escogió para el arranque de su campaña.
Y es que ahí nacieron sus padres. Y además de sus padres, ahí estaban su esposo y sus tres hijas.
“Ellos son mi familia, y quiero que se enamoren de Teziutlán tanto como yo lo estoy”, dijo Josefina Vázquez Mota al presentar a su familia ante la multitud que acudió al mitin.
La organización parecía perfecta. Era casi imposible que hubiera una desbandada y que Josefina se quedara hablando sola.
No. Esa noche prometía ser idónea para un buen arranque de campaña. El entusiasmo fue creciendo y creciendo. Llegó al clímax cuando Josefina prometió:
“¡Voy a defender a sus familias y a sus hijos con la fuerza de la ley y con la fuerza del Estado, no daremos tregua!”.
Y seguían los eufóricos aplausos cuando la candidata lo echó todo a perder. Incurrió en un resbalón que provocó la primera caída del vía crucis:
“¡Vamos a fortalecer el lavado de dinero!”, exclamó una emocionada Josefina.