EL 2 DE OCTUBRE DE 1968 NO SE OLVIDA Y...LE LLEGO SU HORA...
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La muerte y la venganza finalmente alcanzaron al general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro. La había esquivado en varias ocasiones durante su prolongada vida militar, cuando combatió a la guerrilla en Guerrero, pero recientemente la vio cerca, en la esquina de Sinaloa y Tampico, calles de la colonia Roma, donde fue emboscado por un tirador solitario que le metió un balazo en el abdomen.
Todo había ocurrido cuando el general retirado, que fue escarnecido por su presunta protección a narcotraficantes, investigaba el secuestro del "Jefe" Diego Fernández de Cevallos.
El atentado que sufrió el miliar el martes 15 de mayo de 2010 fue motivo de preocupación para sus allegados, porque para cazar así a Acosta Chaparro, decían, "se requiere de muchos huevos".
En aquella primera agresión que sufrió, eran alrededor de las 21:45 horas, una dama de nombre Minerva Vanesa Karin Demicelis Lotfy acompañó a despedirse a Acosta Chaparro a la puerta del domicilio. Y cuando se despedían, sobre la calle de Sinaloa, ella vio a un hombre que venía por la calle de Tampico. Al ver al exmilitar esa persona asumió posición de tirador y le disparó a una distancia de cuatro metros, pero se recuperó y volvió a su trabajo.
Trayectoria
Al militar retirado le cargaron varios "milagritos": desde ser uno de los principales creadores de la llamada Brigada Blanca, en los años 70, conocida como "la guerra sucia", de vínculos con el narcotráfico y hasta de crear grupos clandestinos de elite militar similares a la Brigada Blanca (utilizada durante la Guerra Sucia para exterminar a las guerrillas rural y urbana), en el actual sexenio.
Versiones periodísticas señalan que desde mediados de 2008, las caravanas de la muerte estaban bajo las órdenes del general Mario Arturo Acosta Chaparro, quien fuera procesado por abuso, tortura y desaparición de por lo menos de 143 personas supuestamente vinculadas a grupos subversivos de Guerrero, en la década de 1970 y principios de 1980.
Lo cierto es que el general, con 47 años de carrera militar, tenía larga experiencia profesional en conocimiento y combate a grupos armados clandestinos y en temas de seguridad nacional como narcotráfico.
Acosta Chaparro formó parte de la Brigada Blanca y de la Dirección Federal de Seguridad. Fue jefe de la Policía Judicial de Guerrero, con el gobernador Rubén Figueroa (1975-1981) y estuvo en la Coordinación Nacional de Seguridad Pública, con Arsenio Farell Cubillas, en el sexenio de Ernesto Zedillo. También se le adjudica conocimiento, e incluso complicidad, en materia de narcotráfico.
El 17 de Mayo del 2010, el Partido Democrático Popular Revolucionario-EPR, envió un comunicado sin precedente para deslindarse de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos.
"Es lamentable la desaparición del señor Licenciado Diego Fernández de Cevallos, cualquiera que sea su origen o motivo, es un hecho doloroso para la familia, dolor que conocemos y sabemos por la que están pasando".
El señalamiento era de que el 25 de mayo de aquel año se cumplían tres años de la detención desaparición forzada de los Eperristas, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
"Sabemos del dolor por el que pasa la familia del señor Diego Fernández de Cevallos porque nosotros también tenemos a dos de nuestros compañeros detenidos/desaparecidos por las fuerzas represivas del señor Felipe Calderón Hinojosa: Edmundo Reyes Amaya y Alberto Cruz Sánchez. Conocemos de su dolor por el dolor que han pasado y viven los familiares de los cientos de luchadores sociales que han sido desaparecidos por el Estado mexicano, de los familiares de los familiares de los trabajadores de Pasta de Conchos, por los 37 petroleros de cadereyta desaparecidos en las mismas fechas que nuestros compañeros, por los miles de 'levantones' y asesinatos que ha implicado la supuesta guerra contra el narcotráfico".
Investigador
Acosta Chaparro fue uno de los principales investigadores de secuestros en el país durante las últimas décadas. Aún cuando estaba en las filas militares, era buscado por particulares para que les ayudara a resolver casos de plagios.
El general con su experiencia, conocimiento y redes de información, casi siempre daba con el cautivo y sus secuestradores, lo cual le creo fama en un círculo reducido. Quienes conocen a Acosta Chaparro, lo describen como un hombre duro, frío y eficaz.
Dada su experiencia en el manejo de información de inteligencia militar, el general tenía a su alcance fuentes de información y métodos que le ayudaban a ser eficaz en sus pesquisas.
Hay quienes afirman que tenía una posición muy clara contra el secuestro. Fue por eso que la familia de Fernández de Cevallos lo contactó desde el sábado 15 de mayo, cuando se percataron de la desaparición de "El Jefe Diego".
Pero la habilidad para solucionar secuestros no es la única que tenía el general, pues también se hablaba de su profundo conocimiento en materia de narcotráfico y crimen organizado, incluso se le llegó a vincular con organizaciones criminales.
Específicamente, se le acusó de presunta colusión con Amado Carrillo Fuentes, líder del Cártel de Juárez. Por este hecho, fue detenido en 2000. Y en 2002, un Consejo de Guerra le impuso 15 años de prisión. Luego de casi siete años de reclusión en la cárcel del campo Militar número 1, Acosta Chaparro volvió a la vida en junio de 2007.
A los pocos meses de haber iniciado el sexenio de Felipe Calderón fue liberado mediante un amparo otorgado por el quinto tribunal colegiado ya que el Supremo Tribunal Colegiado que lo había enjuiciado no presentó pruebas suficientes de su culpabilidad. A consideración del tribunal civil, no se presentaron las pruebas necesarias para acreditar la supuesta colusión del general, con el narcotráfico.
Al poco tiempo de su liberación fue consejero de Calderón y del Jefe de la Oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño, en temas de Seguridad Nacional.
En una ceremonia realizada el miércoles 23 de abril del 2008, la Secretaría de la Defensa Nacional lo condecoró como miembro de "un selecto grupo de generales" que son fiel testimonio de una vida de patriotismo, lealtad, abnegación, dedicación y espíritu de servicio a México y sus instituciones". Su cuestionado pasado quedó atrás.
Un dato conocido sólo por su círculo más cercano es que la esposa del general, Silvia, miembro de una de las familias mas prominentes de León, Guanajuato, es prima del expresidente panista Vicente Fox, quien es muy amigo del "Jefe Diego" a quien acaba de contratar como abogado para un litigio personal.
Mercedes Quezada, madre de Fox era madrina de Silvia, quien le decía "tía". Al expresidente le llamaba "primo".
Finalmente, esta vez el militar no tuvo suerte y murió a manos de los sicarios que, según informaciones periodísticas, siempre le andaban pisando los talones y terminaron por ejecutarlo en una colonia de por sí peligrosa, La Anáhuac.
En esa ocasión recibió un balazo de calibre 38 en el abdomen, el cual entró y salió de su cuerpo, pese a lo cual, el mismo se incorporó y manejó su vehículo Mercedes Benz, hacia un hospital. Había ido a ese sitio, donde se ubica un edificio a visitar a una persona.
Acosta Chaparro fue acusado por las autoridades en el año 2000, de haber protegido al narcotraficante, Amado Carrillo "El Señor de los Cielos", jefe del Cártel de Juárez, lo que propició que en noviembre del 2002, fuera sentenciado a permanecer en una cárcel militar, 15 años.
Sin embargo, posteriormente, en el año 2005 fueron anuladas las acusaciones hechas en su contra por el Consejo de Guerra, y en el 2007, las procuradurías Militar y la General de la República, no lograron acreditar sus nexos con dicho narcotraficante.
En total permaneció solamente seis años con 10 meses, y luego salió libre.
A lo largo de su carrera militar se le consideró experto en enfrentar a grupos subversivos, en la década de los años 70, sobre todo en el estado de Guerrero, donde prevalecía el activista Lucio Cabañas. Se le imputaron delitos de lesa humanidad por estos combates en lo que se denominó "La Guerra Sucia", que se caracterizó por la tortura.