Coronas de flores en el funeral de Regina Martínez (Reuters)
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Tan sólo en Veracruz han sido asesinados cinco periodistas desde comienzos de 2011, cuando se intensificaron en la zona las acciones de Los Zetas.
Ciudad de México, México.- La cobertura sobre el narcotráfico de los medios mexicanos suele suscitar amenazas e intimidaciones a periodistas, como el mensaje que, según autoridades, el cartel de Los Zetas dejó el martes junto a cinco cadáveres en Michoacán, apenas tres días después del asesinato de una reportera.
La cuerpos baleados fueron arrojados en la comunidad de Tinaja, en el estado de Michoacán que tiene costa sobre el Pacífico, junto con tres cartulinas en las que estaba escrita un mensaje intimidador, mencionó AFP.
"Junto a los cinco cuerpos había tres cartulinas en donde Los Zetas se atribuían el crimen, pero además advertían a la prensa", dijo el secretario de seguridad Pública de ese estado, Elías Álvarez, quen precisó que la amenaza no iba dirigida ningún medio en particular.
Los Zetas, creados por militares desertores en los años 90, se han convertido en una de las dos más poderosas organizaciones del narcotráfico que operan en México y disputan numerosas zonas con la llamada federación de cárteles del Pacífico, encabezada por el capo Joaquín "El Chapo" Guzmán, según la agencia antidrogas estadounidense DEA.
La amenaza a los periodistas en Michoacán aparece tras el asesinato el sábado en Veracruz, sobre la costa del Golfo, de la corresponsal de la revista Proceso, Regina Martínez y tras la aprobación final el viernes por el congreso mexicano de una ley que crea un mecanismo para proteger a periodistas y defensores de derechos humanos en riesgo.
"Estamos realizando la investigación sobre el mensaje. La presencia de Los Zetas en Michoacán no es nueva, pero tampoco podemos descartar que sea un mensaje para desviar la atención", dijo un funcionario de la fiscalía estatal que pidió el anonimato.
En todo México, según la estatal Comisión de Derechos Humanos, al menos 77 periodistas han sido asesinados desde 2000. La violencia contra la prensa se ha concentrado particularmente en estados como Veracruz, Michoacán, Tamaulipas y Durango, donde las acciones de las bandas del narcotráfico son más intensas.
"Las presiones de los integrantes de los grupos delictivos contra directivos y reporteros de diarios para colocar sus mensajes dentro de la pauta noticiosa" se incrementaron en el último año en las regiones más afectadas por el narcotráfico, señaló la fundación Article 19, con sede en Londres, en un informe anual presentado a fines de marzo en México.
Tan sólo en Veracruz han sido asesinados cinco periodistas desde comienzos de 2011, cuando se intensificaron en la zona las acciones de Los Zetas. Hasta ahora no ha habido avances en ninguno de esos casos y las organizaciones de periodistas y medios locales alzaron su voz de protesta por la falta de resultados.
En Tamaulipas, otro estado con fuerte presencia de Los Zetas, los periodistas han sido sometidos a una ley del silencio que afecta incluso a aquéllos que utilizan las redes sociales para evadirla, como ocurrió con la jefe de redacción Primera Hora que fue decapitada en septiembre en Nuevo Laredo y junto a su cadáver se dejó un mensaje que atribuyó su muerte a su actividdad como bloguera.
Estos casos contra los periodistas de provincia, que están más sometidos a las presiones del narcotráfico muestran "que las autoridades no están reaccionando como se necesita", dijo a la AFP Brisa Solis, de la ONG Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), una de las organizaciones que promovió la adopción de la ley aprobada en el Congreso.
"Esa ley promueve la adopción en menos de 36 horas de medidas de protección contra periodistas amenazados", recordó Solis, señalando que los nuevos casos de violencia contra los periodistas hacen urgente que el gobierno empiece a aplicarla rapidamente.