El muestreo telefónico entre mil 581 ciudadanos levantado al concluir el debate revela que el 67 por ciento de los encuestados vio el debate. El debate derrotó al futbol.
De los mil 13 que dicen que sí lo vieron, 28 por ciento dice que ganó el progresista López Obrador y 26 por ciento el panalista Quadri, lo que con el margen de error se interpretaría como un empate técnico.
Sólo el 21 por ciento piensa que el priista Peña Nieto se llevó la noche y el 15 por ciento que lo ganó la panista Vázquez Mota.
Habrá que ver las encuestas de población abierta, para evaluar el efecto definitivo del debate en la intención de voto del electorado.
¿Por qué ganaron López Obrador y Gabriel Quadri? Por una sencilla razón: “Conectaron” más con la gente que les vio.
Y es que probablemente si se hiciera una encuesta entre los que los vieron qué fue lo que más les llamó la atención de sus propuestas, es probable que la mayoría no pueda recordar con precisión lo que finalmente propusieron ambos candidatos.
El candidato del Panal desde el principio adoptó una posición que fue bien recibida, sobre todo entre los indecisos o los que aborrecen a los políticos, que no son pocos.
Su estrategia fue clara :“Yo no soy político, los políticos son los otros tres. Y ya ven, se la pasan peleando, echándose lodo, sin preocuparse de ti, ciudadano”.
Y aunque López Obrador volvió al golpeteo menos amoroso, al recordar, como en 2006, que una camarilla está apoderada de México para perjuicio de los que menos tienen, vivió momentos en que conectó en directo.
Como aquel en el que López Obrador y Peña Nieto empezaron a sacarse los trapos sucios respecto de la corrupción de sus colaboradores cercanos.
El progresista sacudió al priista: “Cómo son las cosas. Cómo es este mundo. Ponce, secretario de finanzas en el tiempo que fui jefe de Gobierno está en la cárcel, lleva ocho años. Bejarano también estuvo en la cárcel. Y usted, que fue secretario de administración en el gobierno de Arturo Montiel, está aquí, de manera inexplicable…”.