El presidente electo
Enrique Peña Nieto.
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).-
El pasado 17 de octubre, las autoridades electorales decidieron multar con 1.5
millones de pesos a la dupla PRD-PT por haber “calumniado” a la tienda
departamental Soriana y señalarla como el vehículo utilizado por el PRI y
Enrique Peña Nieto para la compra y coacción del voto.
Un día después, en
parte de la prensa mexicana Peña Nieto apareció como estadista, como el hombre
que en tan sólo unas horas logró apaciguar la furia del gobierno francés por el
trato jurídico que se le ha dado al caso de su ciudadana Florence Cassez.
En el resolutivo del
Instituto Federal Electoral (IFE) se argumenta que las frases utilizadas por la
izquierda en el spot “miles de pruebas” no pueden estar amparadas en el derecho
a la libertad de expresión.
Quizá habría que explicarles
a los consejeros electorales que fue “el derecho a la verdad” a lo que recurrió
la izquierda, pues en el spot se daba cuenta de testimonios vertidos por gente
a la que el PRI pidió su voto a cambio de “tarjetas Soriana”. La operación fue
de tal burla hacia la ciudadanía que al día siguiente de las elecciones, el 2
de julio, hubo manifestaciones de gente a la que los priistas no había
cumplido, pues las “tarjetas Soriana” no tenían el dinero prometido o era, con
mucho, menor al ofrecido.
Cuando aún no terminan
las “investigaciones” de la autoridad electoral a las denuncias por la compra y
coacción del voto; cuando aún no se indaga sobre las ganancias “atípicas” de
dos mil millones de pesos que Soriana obtuvo entre los meses de abril a junio
(tiempo de la campaña electoral), el Tribunal Electoral le ordena al IFE que
multe al PRD y al PT por haber “difamado” a Soriana abusando de la libertad de
expresión.
Toda la fuerza de la
ley para multar a quien se atrevió a cuestionar a los aliados de Peña Nieto;
así como toda la fuerza de la ley para los jóvenes en Michoacán que “violan”
los derechos de los particulares.
A los priistas les
sobra espacio para sostener que no son autoritarios ni represores, sino que,
por el contrario, sólo buscan el restablecimiento de la normalidad y para ello
recurren a la ley, porque son respetuosos de la ley.
En realidad, los
priistas no son respetuosos de la ley, sólo la usan dependiendo de sus
intereses; así lo demostraron en la campaña presidencial, así en el actuar
abusivo de gobernadores y como muestra ahí esta el exgobernador de Coahuila,
Humberto Moreira, quien endeudó al estado torciendo la ley, usando documentos
apócrifos. Este caso parece haberse olvidado, incluso nadie pregunta en qué se
uso ese dinero ni se verifican las supuestas obras. Lo que sí ha habido es
recorte de la burocracia estatal para “obtener ahorros”.
En el caso del tema
electoral parece que la ciudadanía ya olvidó el insulto, la burla, el cinismo,
la violación a la ley, el traficó de la pobreza, y todas las mañas a las que
recurrió el PRI para que hoy, Enrique Peña Nieto ande en Europa, en Sudamérica,
y ofrezca resolver crisis económicas ajenas.
El gran “ignorante” de
la Feria Internacional del Libro de noviembre de 2011 es hoy, el gran
estadista.
A quién le importa si
Peña Nieto transgredió la ley y recibió el beneplácito de las autoridades
electorales, a quién le importa, pues, si el IFE realmente está investigando el
caso Soriana, a quién le importan las más de 20 empresas utilizadas para
triangular recursos; quién se ocupa hoy de la historia negra que hay detrás de
cada uno de los integrantes del equipo de trabajo de Peña Nieto. Parece ser que
nadie.
Si al PRD y al PT se
le multa hoy con 1.5 millones de pesos por actuar con forme al derecho a la
verdad y Peña Nieto sabe hasta cómo resolver la crisis económica de los
españoles, el día de mañana sus hombres pasarán de ser simples asesores
financieros de gobernadores a grandes operadores políticos de la Presidencia,
como por ejemplo Luis Videgaray o Miguel Ángel Osorio Chong que, de ser la
pieza clave de Elba Esther Gordillo en el peñismo, será convertido en el gran
policía que el país requiere para meter en cintura a capos de la droga.
Cuando uno hojea los
periódicos puede leer claramente que el PRI le apuesta al olvido de la
ciudadanía, que aplaude el silencio de su principal crítico: Andrés Manuel
López Obrador, pero mantiene su objetivo anularlo; que busca acabar con
legisladores que se dicen de izquierda ya sea ofreciéndoles presidencias de
comisiones o secretarias de estas. Pero sí aun con esto quedan algunos críticos
de Peña Nieto y su PRI, tiene el último y mejor recurso que conocen: ofrecer
puestos de asesores.
Así, eliminados los
críticos de Peña Nieta y descartada cualquier indagatoria seria en el IFE, el
SAT, la PGR u otras autoridades, Peña Nieto se prepara para ser entronizado y
pasar de ignorante de la Feria Internacional del Libro 2011 al estadista del
próximo sexenio. Vaya días aciagos que seguirá viviendo México.
Txt @jesusaproceso
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