Sanjuana Martínez, Lydia Cacho y Carmen Aristegui |
Más allá
del oficio al que cada una de las mujeres Mexicanas se dedique, es
un hecho innegable que son ellas en su mayoría, las que están
marcando la pauta, haciendo el trabajo, mostrando como se puede y se debe hacer
la diferencia, aun en una labor tan riesgosa como el periodismo. Sin afán
de menospreciar al otro género, resulta fundamental exaltar
el valor y el coraje con el que ellas, las periodistas que decidieron dar
batalla desde el frente, están decididas a protegerse entre sí y a recuperar la
dignidad que implica informar con verdad a pesar de las consecuencias que esto
puede conllevar en estados en donde impera la corrupción, la complicidad
oficial y la impunidad.
El pasado 8 de Agosto, una compañera reportera de Coatzacoalcos, de quien omitimos el nombre por motivos de seguridad en este momento, fue amenazada de muerte por un sujeto quien le advirtió que correría con la misma suerte que muchos de sus compañeros. Valiente como es, interpuso una denuncia formal ante las autoridades estatales, quienes lograron detener al sujeto, aunque horas más tarde fue liberado. Hasta donde se sabe la Comisión de Defensa de Periodistas de su municipio la está respaldando y el proceso legal sigue “su curso”, pero ante la ineptitud, indiferencia y perversidad con la que se han manejado las autoridades estatales en este tema en particular, no solo dejando que prevalezca la impunidad sino enlodando a vivos y muertos, se espera que sea la Sub Procuraduría de Derechos Humanos Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad dependiente de la FEADLE la que pueda en algún momento atraer el caso, como atraerá el de Regina Martínez.
En el caso de Regina Martínez, excepto exigir que se investiguen y esclarezcas los hechos con la seriedad que el tema amerita y que hasta hoy no se ha mostrado, no se puede hacer más, pero en el caso de la compañera, recién ocurrido, no solo se puede, sino que se DEBE obligar al estado a que le proporcione todas las garantían de seguridad que esta requiera. En sus manos está y sobre el tema estaremos todos….ni lo duden.
En Carne propia….
Si dos periodistas han vivido en carne propia el costo de decir la verdad en México, de desafiar al sistema, de denunciar a funcionarios corruptos, de levantar la voz por los que no pueden…son Lydia Cacho y Sanjuana Martínez. Ambas estarán el día de mañana en Oaxaca presentando el Informe Diagnóstico sobre Violencia en Contra de Mujeres Periodistas en México 2010-2011, dado a conocer a través del Programa de Libertad de Expresión y Género de Comunicación e Información para la Mujer Asociación Civil (CIMAC).
La encargada de detallar dicho informe será la Coordinadora General de CIMAC Lucía Lagunes, dicho reporte ha sido presentado ya en el Senado de la República y en el Congreso Federal. En el caso de las periodistas, además desde luego de narrar sus experiencias personales, han señalado la importancia de dar a conocer este diagnóstico, único en su tipo a nivel mundial por dos razones. La primera es que fue realizado por una Asociación independiente a cualquier Gobierno o partido político por lo que los datos ahí revelados, convenientes o no, demuestran la realidad de un género cada día más vulnerable por su ejercicio profesional. La segunda y no menos importante, es que a pesar de que éste informe no es halagador para ninguna autoridad estatal y federal porque exhibe su incapacidad para garantizar la seguridad de sus gobernados, más allá de su género u oficio, son los propios estados quienes a través de los Institutos de la Mujer, han abierto las puertas a las expositoras.
Este foro ya se ha realizado en Sinaloa, en Morelos y ahora en Oaxaca….. En el caso de Veracruz, que además es el que cuenta con el mayor número de periodistas, mujeres y hombres, asesinados en los últimos dos años, difícilmente podría realizarse, para empezar porque el estado se rehúsa a rendirse ante la obviedad, no admite que los homicidios tengan que ver con el libre ejercicio del periodismo y para finalizar porque ni CIMAC, ni las expositoras –periodistas especialmente críticas al Gobierno de Javier Duarte- están dispuestas a sentarse a negociar sobre los datos que “conviene” o no dar a conocer en cada estado en particular.
Lydia Cacho ha dedicado gran parte de su actividad periodística a denunciar todas las formas de violencia que se dan en nuestro país en contra de las mujeres, especialmente niñas. Tras muchas publicaciones, incluida la del libro “Los demonios del Edén”, la periodista fue acusada de calumnias y detenida de modo arbitrario por agentes de la policía del estado de Puebla, bajo las órdenes de Mario Marín, y trasladada en un convoy conformado por 5 vehículos y una decena de policías. Durante los 1,500 kilómetros que duró el trayecto de Quintana Roo, donde residía, a Puebla donde fue denunciada, fue torturada psicológicamente, tortura que solo se detuvo cuando varias organizaciones defensoras de derechos humanos y la propia PGR responsabilizaron al entonces gobernador poblano por lo que pudiera ocurrirle.
Sanjuana Martínez, periodista valiente y solidaria con su gremio como pocas, fue también víctima de la “saña oficial”. Tras denunciar los abusos de la juez Luz María Guerrero y al ser calificada como “periodista incomoda” por el Gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina, Sanjuana fue detenida en su domicilio, sin orden de aprehensión alguna y en medio de un aparatoso operativo que incluía 8 camionetas de la Procuraduría Estatal con agentes encapuchados portando armas largas y encarcelada por varias horas por un asunto de índole civil. Gracias a la presión mediática ejercida por periodistas como Carmen Aristegui y la propia Lydia Cacho, fue liberada.
La lista de mujeres periodistas que han dedicado su vida a la denuncia sin amedrentarse jamás ante el poderío de los que gobiernan es muy larga, sin embargo aquellas, las que están en completa indefensión porque no hay en sus estados autoridad alguna que se atreva a respaldarlas por más que sea su deber legal y moral hacerlo, son a las que CIMAC y estas dos mujeres llevan a través de la exposición pública del tema, la esperanza de no saberse solas ante Gobiernos como del Veracruz, podridos desde las entrañas y capaces de cualquier arbitrariedad con tal de que la información real no llegue a los gobernados.
FUENTE: NOTIVER