•Sara Luz Herrera, de Alvarado; Carolina Gudiño, de Veracruz, y Elizabeth Morales, de Xalapa, dejarán la presidencia municipal, y en automático, dejarán de ser pobres
Por: Luis Velázquez/@BlogExpediente
Veracruz, México; 13 de septiembre, 2013.--Un trío de mujeres políticas de Veracruz han desencantado a sus contemporáneas, pero también a la población electoral: La alcaldesa de Alvarado, Sara Luz Herrera. La alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales. Y la alcaldesa de Veracruz, Luz Carolina Gudiño Corro.
La primera, con un pueblo escindido, dividido entre tirios y troyanos, cargando, además, el asesinato raro y extraño de uno de sus exsecretarios particulares.
Pero, además, con sus viajes ostentosos a Las Vegas, y bajo sospecha creciente de su tiempo en la oficina de Hacienda Estatal en Los Tuxtlas, cuando adquiriera fama pública de legalizar automóviles ‘chocolate’ y fuera salvada de la cárcel por un exalcalde, exdiputado y exsubsecretario y secretario de Finanzas y Planeación.
Además, con la culpa de que su partido, el PRI, perdió la elección de presidente municipal debido a su estilo personal de gobernar y ejercer el poder.
Claro, desde un principio la clase política tricolor supo del riesgo en la tarea de gobernar que significaba su candidatura a la alcaldía, y no obstante, fue entronizada en el cargo público.
LA FORTUNA DE CAROLINA GUDIÑO
Del trío, la alcaldesa jarocha rebasó las expectativas.
Por ejemplo, se convirtió en el ícono del nepotismo, imponiendo a su esposito de regidor, a su hermanito de diputado local, a su papá de diputado local suplente y a dos amigas como ediles.
Pero, además, con los negocios visibles durante los últimos tres años manejados por sus hermanos, a quienes los constructores apodaron “Los hermanos Macana”, porque arrasaban y se quedaban con todo.
De entrada, el negocio de la obra pública.
En la ambición desmedida el manejo del departamento de compras en el Hospital Regional del puerto jarocho, donde ninguno de los 3 secretarios de Salud (Jon Rementería, Manuel Lila de Arce y Luis Fernando Antiga Tinoco) levantó la voz para inconformarse.
Por añadidura, con sentido excluyente, rencorosa, vengativa, se peleó con los líderes priistas locales, pero además, asestó una patada a los priistas que la iniciaron en política y la acercaron, incluso, con el senador Fidel Herrera.
El único a quien nunca, jamás, pudo doblegar, fue Marlon Ramírez, ungido como el cuarto subsecretario General de Gobierno, luego de José Enrique Ampudia Mello (el filósofo yunista), Tomás Carrillo Sánchez (El pijul de la Cuenca del Papaloapan) y Érick Lagos Hernández (El chilly willy).
Con cuatro cargos (tres de ellos, que dejara inconclusos) alcanzados en menos de un sexenio, la fama pública consigna que la Gudiño llegó al palacio municipal con cien millones de pesos de fortuna personal, que habría multiplicado cada año.
Todo, en la impunidad, porque ha gozado del encubrimiento del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, y de la Comisión de Vigilancia del Congreso y la secretaría de Fiscalización de la Legislatura.
CENTRO DE ESCÁNDALOS PÚBLICOS
Elizabeth Morales García, Elmo, alcaldesa de Xalapa, también ha cantado muy bien las rancheras.
Mientras la Gudiño convirtió el palacio en una sucursal de influencias de su familia, Elmo inauguró el reinado de barbies y reinis, con quienes ha ejercido el poder, en unos casos, con el escándalo público como aquellas fotografías trepadas a las redes sociales (algunos dicen que por ella misma), donde posaba en altamar, en un yate, con una de sus chicas, Shariffe, a quien impuso como candidata a la presidencia municipal de Emiliano Zapata, y ni modo, perdiera en las urnas.
Las barbies, pues, han gobernado Xalapa, con tanto tráfico de influencias que, una, Érika Ayala, está encargada del CDE del PRI. Otra, Corintia Cruz, es diputada local suplente con David Velasco Chedraui. Otra más, Michelle Servín, fue electa edil en la planilla del futuro alcalde, Américo Zúñiga.
Además, claro, de otras barbies que han desempeñado cargos públicos con sueldos de hasta 60 mil pesos mensuales, además de los negocios lícitos e ilícitos.
Por ejemplo, la Asociación Estatal de Industriales denunció que Elmo favorecía con la obra pública a un hermano de Shary, mientras a todos ellos los relegaban, y los tenían con la zanahoria por delante.
Incluso, la alcaldesa ha sido ubicada en el centro del huracán con varios negocios (hasta bares y paleterías), además de sus residencias, una de ellas, en Emiliano Zapata, centro de escándalos públicos que han enfurecido a los vecinos.
BAJO SOSPECHA DE HONESTIDAD
Hacia el mes de diciembre, 21 alcaldesas terminarán el periodo constitucional en un Veracruz con 212 ayuntamientos.
Sin embargo, ninguna mujer política podría celebrar con entusiasmo y fervor patrio el trabajo de las 3 alcaldesas anteriores.
Por el contrario, concluirán la administración pública en medio del escándalo y bajo sospecha de deshonestidad.
FUENTE: EL PIÑERO DE LA CUENCA