Ocho de cada 10 mexicanos viven
esta condición, señalan académicos en la UNAM
El estado
de derecho, debilitado y en deterioro, afirman participantes en una mesa sobre
el tema
Emir Olivares Alonso
Periódico
La Jornada
Jueves 22 de mayo de 2014, p. 14
La
pobreza es uno de los problemas más graves que enfrenta México y hasta ahora el
gobierno no ha emprendido acciones efectivas para erradicar este flagelo
social. Con matices, los académicos de El Colegio de México Julio Boltvinik y
Gerardo Esquivel presentaron un panorama desolador respecto de la pobreza en el
país.
El
primero dijo que aun cuando las cifras oficiales señalan que son 52 millones de
mexicanos los que viven en pobreza, la cifra es mucho mayor, pues ocho de cada
10 habitantes del país (más de 97 millones) enfrentan esa condición. Esquivel,
por su parte, aseveró que hay un segmento de la población que pese a no estar
clasificado como pobre es altamente vulnerable a serlo, porque la política
social no funciona y el crecimiento económico se concentra sólo en sectores de
altos ingresos, de modo que es un desarrollo excluyente.
Ambos
especialistas participaron en la primera mesa, referente a la pobreza, del
coloquio Los grandes problemas nacionales, organizado por la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), por conducto de la Coordinación de Difusión
Cultural, que fue moderado por el ex embajador Héctor Vasconcelos. En ese
espacio, Boltvinik –colaborador de La Jornada– planteó que 97
millones 440 mil mexicanos (82 por ciento del total)están fregados, pues viven
con carencias y tienen necesidades insatisfechas.
El
académico, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI),
obtuvo esa cifra al hacer una medición de la pobreza distinta a la empleada por
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(Coneval). Detalló que utiliza el Método de Medición Integrada de la Pobreza
(MMIP), en el que incluye varias dimensiones para cuantificar el problema.
Indicó
que desde la década de los 80 del siglo pasado y después de la crisis de 1994
los niveles de pobreza crecieron y no ha habido mejoría. “Hoy estamos peor que
hace 50 años. México es un país de 80 fregados y 20 bien, es
decir, 80 por ciento tienen carencias y 20 por ciento vive sin necesidades”.
Lamentó
que en el sexenio de Felipe Calderón este flagelo creció, pues durante su
gobierno se sumaron a la pobreza 12 millones de mexicanos, sobre todo en zonas
urbanas, al pasar de poco más de 85 millones en 2006 a 97 millones 440 que
estima para 2012.
Criticó
las cifras oficiales del Coneval ya que, sostuvo, la miseria no puede reducirse
a contar con ingresos para comprar la canasta básica, puesto que hay carencias
que van más allá de eso.
Aun
cuando Esquivel, también miembro del SNI, no coincidió con los números de
Boltvinik, aseveró que si las cifras del Coneval pudieran ser conservadores,
revelan una serie de problemas estructurales de la economía. Más allá de los
montos, el tema es cómo hacemos para reducir y erradicar la pobreza.
Mencionó
que el crecimiento económico no sólo ha sido bajo, sino que no ha sido
incluyente. Por lo que advirtió que de seguir así, no se reducirán los
pobres.
Esquivel
subrayó que el país enfrenta un piso de pobreza que no se ha podido reducir,
porque los programas sociales han sido ineficientes y porque en los pasados 20
años el ingreso por persona creció muy poco (sólo 20 por ciento), el cual no ha
disminuido las carencias de los hogares mexicanos.
Al
término de esa discusión, se realizó la mesa Estado de derecho, donde el ex
procurador capitalino Bernardo Bátiz; el ex secretario de Gobierno del Distrito
Federal José Agustín Ortíz Pinchetti; el académico del Centro de Investigación
y Docencia Económicas, Agustín Acosta, y el director de la Fundación Miguel
Alemán, Alejandro Carrillo Castro, coincidieron en afirmar que en el país el
estado de derecho está debilitado y en deterioro.
Bátiz
–también colaborador de esta casa editorial– planteó que en México no hay
estado de derecho, sino que se viveuna simulación permanente entre lo que dicen
las leyes y lo que sucede en la realidad. Acosta, por su parte, afirmó que se
tiene que construir la democracia sobre la base de la ley, en un país
autoritario donde el respeto a las normas es considerado como una invitación al
caos.
Ortiz
Pinchetti, también articulista de este diario, aseveró que la justicia está
controlada por el poder político y económico, lo que lesiona y debilita el
estado de derecho.