EL
ESTADO COMO GARANTE DE CAPITALES E INSTRUMENTO DE LA CLASE EN EL PODER, SE
FORTALECE EN SUS DESTACAMENTOS ESPECIALES DE REPRESIÓN
Chiapas,
México, 22 de octubre de 2014
A los medios de
comunicación nacionales e internacionales
A las
organizaciones hermanas y solidarias
A los compañeros
de la FECSM
Al pueblo de
México
El 26 de
septiembre, el Estado como maquinaria represiva, perpetró los crímenes de lesa
humanidad al masacrar a 7 personas, y ensañarse con la desaparición de 43 jóvenes
normalistas más, con lo que se configura un crimen de Estado. Un hecho atroz
que evidencia la forma de operar de las estructuras castrenses, de la
coordinación entre policías, militares y paramilitares.
Ha sido el pueblo
organizado, que mediante movilizaciones, mediante las acciones
políticas de masas, ha evidenciado el carácter represivo y antipopular de la
actual administración. Éste crimen de Estado revela, a su vez, que desde la
formas burguesas de hacer política, solamente convalidan y justifican éstos
crímenes, ya que sin mediar sigla alguna de los partidos políticos
actuales, PRI, PAN, PRD, entre otros, mantienen una actitud cómplice; ya que al
estar inmersos en las estructuras gubernamentales se limitan a declaraciones
huecas y demagógicas que implícita y directamente justifican la política
represiva. Señores funcionarios, políticos de oficio, sus manos están manchadas
de sangre de la juventud proletaria, trabajadora.
EPN y Aguirre
Rivero de manera insistente y como táctica política, recurren a la
difusión de la tesis del crimen organizado y
narcotráfico como enemigo del Estado perpetrador de la masacre y
desapariciones forzadas, señalando detalladamente la forma en que éstos
operaron; confesando, al mismo tiempo, la supuesta infiltración de las policías
y estructuras gubernamentales. Con ello, pretenden diluir y liberarse de todas
las responsabilidades implicadas en éstos hechos.
Desde el conjunto
del movimiento popular, sobre todo desde las organizaciones independientes,
sabemos con claridad que el narcotráfico es parte del andamiaje de las
estructuras gubernamentales, que cumplen la función de oxigenador del sistema
al aportar capitales de manera ilícita; en tanto que quienes lo conforman, al
estar en la ilegalidad, el Estado, y específicamente los gobiernos de los tres
niveles, usan a estos grupos para operar extrajudicialmente, para combatir y
exterminar toda disidencia política y social; son la medida perfecta
para evitar sus implicaciones en los hechos, y al mismo tiempo, les permite crear
chivos expiatorios para dirigir sus instrumentos represivos en contra de
luchadores sociales y críticos del régimen.
Guerreros Unidos,
el grupo delincuencial, con el que EPN y Ángel Aguirre Rivero pretender diluir
sus responsabilidades, es un grupo paramilitar, que actúa con el consentimiento
y bajo órdenes directas de los mandos policiacos y militares, cuyos planes
generales se trazan desde las altas esferas gubernamentales estatales y
federales.
Sostenemos desde estas trincheras, que el
narcotráfico y crimen organizado es dirigido y asesorado desde la Presidencia
Nacional conjuntamente con la Secretaria de la Defensa
Nacional, quienes les proveen armamento y adiestramiento, aplicando los
métodos de tortura de los manuales de contrainsurgencia. Por ello, afirmamos
sin temor a equivocarnos que la violencia que impera en nuestro país es
originado por el Estado y está dirigido en contra del conjunto de
organizaciones democráticas e independientes, de toda aquella persona u
organización que mantenga una posición crítica a las políticas neoliberales y
al gobierno en general, como es el caso en estos momentos de los compañeros de
la Federación de Estudiantes Campesinos Socialista de México.
Este crimen de
Estado, significa la continuidad de la guerra contra el pueblo y sus
organizaciones, que tuvo una noche larga con el Panismo, a su vez,
expresa la consolidación del Estado policiaco-militar. El crecimiento en número
de corporaciones policiacas y militares bajo premisas contrainsurgentes, lo
único que provoca son crímenes de Estado, crímenes de lesa humanidad; la Gendarmería
Nacional y la Fuerza Civil, ésta ultima de reciente creación en
Veracruz, tiene en sus orígenes la mano del Ejército, por lo que las tácticas
presuponen un mismo actuar, de combate al pueblo descontento y organizado.
El Estado como
garante de capitales e instrumento de la clase en el poder, se fortalece en
sus destacamentos especiales de represión con el reclutamiento
de mayores elementos para las corporaciones policías y militares, cuyo crecimiento
es proporcional a los cuerpos paramilitares. Por lo que el paramilitarismo
repunta como táctica represiva ante el descrédito y rechazo los cuerpos
represivos legales.
A los compañeros
de la FECSM, y familiares de las víctimas del 26 de septiembre, expresamos
nuestra más sincera solidaridad en las movilizaciones que hemos
emprendido. Hoy más que nunca consideramos que solamente el pueblo organizado y
movilizado puede permitirnos tener respuestas a nuestras justas demandas.
Nos sumamos a su
reclamo y exigencia de la presentación con vida de los detenidos desaparecidos,
de los 43 compañeros normalistas, así como la de los luchadores sociales
Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez (militantes reivindicados
por el PDPR-EPR), y la de aquellos que son víctimas de éste flagelo.
Exigimos el cese
a la militarización de la entidad guerrerense, así como la desarticulación de
las bandas paramilitares en el país; cese a la represión masiva y selectiva.
¡Vivos
los llevaron, vivos los queremos!
¡A
los desaparecidos, preséntenlos ya!
Fraternalmente:
Frente Nacional
de Lucha por el Socialismo; Colectivo Tsoblej-FNLS; Núcleo Estudiantil en
Resistencia y Rebeldía; Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y
Derecho, de la UNACH C-III; Colectivo Rosa Luxemburgo-FNLS; Dirección Política
del NEI del Comité Ejecutivo Seccional del Bloque Democrático de la Sección
VII; Asamblea Democrática de la Sección 40; Colonia El Relicario de San
Cristóbal de Las Casas; Escuela Normal Rural Mactumactzá, Chiapas; Comité
Popular en Defensa de los Derechos Humanos (COPODH).