El ex dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de
Oaxaca (APPO), Flavio Sosa Villavicencio, dio a SinEmbargo detalles de qué es ser un recluso
del Centro Federal de Readaptación Social Número 1, El Altiplano. Preso
político durante un año y medio allí –recibió una invitación a Gobernación
y lo detuvieron por sedición, robo, secuestro, lesiones y despojo agravado–, el
político y activista oaxaqueño no coincidió con la descripción hecha ayer por
Miguel Ángel Osorio Chong.
Sosa estuvo encarcelado de diciembre de 2006 a abril del 2008 en
el mismo centro penitenciario del que, el sábado, se fugó el capo del
narcotráfico Joaquín Guzmán Loera, alías “El Chapo”, supuestamente recorriendo
un túnel de más de un kilómetro y medio de extensión que iniciaba en un pequeño
hueco de su regadera en la celda y que finalizaba en una casa abandonada.
Para
empezar, dijo, es difícil creer que “El Chapo” se bañara un sábado por la
noche, que es cuando supuestamente se detuvo frente a la regadera y luego
desapareció. Los baños, aclaró, sólo se permiten a las 6 de la mañana.
El activista social y ex Diputado local en Oaxaca dijo en
entrevista que “es imposible fugarse de una cárcel de máxima seguridad como El
Altiplano sin complicidad”. Las celdas son una cápsula dentro de otra cápsula,
explicó. Todo el sistema de vigilancia debió de estar relajado para poder
lograr algo como lo que logró “El Chapo”, expresó.
Para fugarse sin que nadie se percatara, el líder del Cártel de
Sinaloa necesitó complicidad no sólo de los guardias del área de máxima
seguridad, en donde se encontraba su celda, sino también de las tres
corporaciones que hay ahí adentro: la Federal, la del Penal y una guardia
especial.
Estas tres áreas, dijo, dependen de jefes distintos y suelen ser
muy desconfiadas y vigilantes entre sí.
Sosa fue declarado inocente de las causas penales y posteriormente
liberado en la administración de Felipe Calderón Hinojosa. “Los primeros
20 días los pasé en el Centro de Observación y Clasificación (COC), para luego
ser traslado a Tratamientos Especiales, en la celda 13”, dijo Sosa en la entrevista. Esta
área, agregó, es la de máxima seguridad del centro penitenciario, en la cual le
asignaron un número como recluso: el 1801.
“El custodio y la guardia se dirigen a ti por tu número, no por tu
nombre”, narró el ex dirigente de la APPO.