POR NOÉ ZAVALETA PUBLICADO:
TIERRA
BLANCA, Ver. (apro).- Durante los 24 días que llevan desaparecidos los cinco
jóvenes de Playa Vicente –levantados por policías estatales y entregados a una
célula del Cártel Jalisco Nueva Generación el pasado 11 de enero– “nos la hemos
pasado llorando y rezando”, dice Columba Arróniz, madre de Bernardo Benítez.
Esta
tarde los familiares se concentraron en la iglesia Del Carmen en Tierra Blanca,
donde oraron y pidieron por el pronto regreso de sus hijos.
El
obispo de Veracruz, Felipe Gallardo Martín del Campo, quien ofició una misa en
el lugar, dijo a los desesperados padres que “en un callejón sin salida hay que
fortalecerse en Dios desde la familia”.
Añadió:
“Hoy es una angustia pedir justicia. Es admirable cómo se están conduciendo con
esa fortaleza”.
Hace
diez días, José Benítez, padre de José Benítez de la O, aseguró que a él y a
los familiares de los otros cuatro jóvenes desaparecidos se les acabaron las
lágrimas. Hoy el llanto, los nudos en la garganta, los ojos vidriosos volvieron
a asomar en la marcha rumbo a la iglesia y al llegar a ella.
Los
familiares partieron de la Fiscalía Regional de Tierra Blanca –que ha sido su
casa las últimas tres semanas y media– hacia la parroquia, ubicada a seis
cuadras.
A la
marcha acudieron apenas 50 personas custodiadas por elementos de Fuerza Civil,
pero ya en la iglesia se concentraron alrededor de 200 habitantes de Tierra
Blanca para ofrecer su respaldo a los familiares.
“La fe
que le perdieron a las autoridades, la depositaron ahora en un ser supremo“,
expresó una octogenaria al ver llegar a la parroquia a los padres de José
Benítez de la O, de 24 años de edad; Mario Arturo Orozco Sánchez, de 27;
Alfredo González Díaz, de 25; Bernardo Benítez Arróniz, de 25, y Susana Tapia
Garibo, de 16 años.
Un altar en memoria de los jóvenes
desaparecidos en Tierra Blanca, Veracruz. Foto: Noé Zavaleta
Minutos
antes de marchar por calles de este municipio, donde por última vez fueron
vistos sus hijos, los padres reprocharon la lentitud de las autoridades, la
corrupción de las corporaciones policiacas, la inseguridad en que vive el
estado y la desesperación de no poder abrazar a sus muchachos ni saber nada de
ellos.
“Aquí
hemos estado sin salir, encerrados, esperando alguna noticia, viendo la tele y
la radio para saber sí hay algo“, expresaron.
De
acuerdo con Bernardo Benítez, en la reunión que tuvieron ayer con el
subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto
Campa, éste les pidió “unos días de plazo” para dar con el paradero de sus
hijos. “Nosotros le damos máximo una semana”, asegura tajante.
Mientras
tanto, los pasillos de la Fiscalía Regional de Tierra Blanca continúan llenos
de colchonetas y cobijas. Desde hace más de tres semanas pernoctan ahí los
familiares y amigos de los jóvenes desaparecidos. Ahí también cocinan, ven
noticieros, leen la prensa y checan internet.
Con
ellos se encuentra el reportero Miguel León desde que se reportó la
desaparición de los muchachos de Playa Vicente, ubicado a 90 kilómetros de
Tierra Blanca, cuyos vecinos les llevan comida, palabras de aliento o una
simple compañía.
“Llevamos
24 días en que hemos botado todo, esperando saber de nuestros hijos. Que algo
suceda y nos los regresen con bien”, resalta la familia de los jóvenes Benítez.