Tierra Blanca: el fiscal ocultó las muertes / Mussio
Cárdenas Arellano
Infame es encubrir a un verdugo. Es el rol de Campa, de “Culín”, el mal llamado fiscal de Veracruz, de Javier Duarte, aterrizando la tragedia con un engaño, alargando la angustia de los padres, infiltrando esperanza, alentando sueños, para luego advertir que sí, que de los cinco jóvenes levantados en Tierra Blanca, dos por lo menos están muertos.
Su tarea es descargar el dolor en episodios. Hacer que la ejecución sea digerible, como si ver a un hijo sin vida tenga cómo encontrar alivio.
Devastadora
noticia para los familiares de los cinco jóvenes, que este lunes 8 fueron a la
Secretaría de Gobernación a ser enterados que los restos hallados en el rancho
El Limón , en Tlalixcoyan, cerca de Veracruz, corresponden a dos de ellos.
Llegan
al Palacio de Covián y se les niega información. Entonces pretenden
manifestarse y son reprimidos por elementos de la policía, como si estuvieran
en el Veracruz de Javier Duarte y fueran pensionados que exigen el pago de sus
quincenas.
Esa
acción obliga a ser atendidos. Y así, en el marco de los acuerdos para el
seguimiento del caso de los cinco jóvenes desaparecidos, levantados por la
policía estatal, las fuerzas del secretario Arturo Bermúdez Zurita, hay
noticias, pero son malas.
Les
informa el subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa Cifrián, con él el
fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, alias “Culín”, que se practicaron exámenes a
ropa y restos óseos, que fueron sometidos a estudios genéticos, que dos de los
restos corresponden a dos de los jóvenes levantados, y que seguirá la
investigación.
Terrible,
la noticia los devasta. Si esa fue la suerte de dos de ellos, si les quieren
descargar el dolor en pedazos, lo mismo debió ocurrir con los otros tres.
Dice el
comunicado de Gobernación:
“Asimismo,
se notificó que tras la ubicación y aseguramiento de un rancho, en el municipio
de Tlalixcoyan, Veracruz, expertos en materia forense y criminalística de la
División Científica de la Policía Federal, desarrollaron un exhaustivo análisis
con el que se corroboró que en ese sitio se desarrollaban diversas actividades
ilícitas.
“Se
levantaron indicios de que se manipulaban drogas, manejaban equipos empleados
para alterar vehículos, almacenaje ilegal de hidrocarburos, así como otros
ilícitos.
“En el
sitio, binomios caninos de la Policía Federal, entrenados para la localización
de personas, marcaron de manera certera varios puntos donde los peritos
recolectaron restos óseos, así como manchas hemáticas, los cuales fueron
sometidos a un riguroso análisis genético.
“Al
efectuar la confronta de las muestras tomadas en el rancho, con los perfiles
genéticos proporcionados por los familiares de las víctimas, se determinó la
coincidencia con dos de los jóvenes desaparecidos”.
Nada
nuevo cuenta Campa Cifrián. Hacía dos semanas lo sabían todos, pero había que
mantener la incertidumbre, matizar el impacto, como si el dolor de un padre se
pudiera mitigar.
Dos
semanas antes, el hallazgo en “El Limón” lo dieron a conocer los familiares.
Había indicios de que los cinco jóvenes —cuatro varones y una mujer— fueron
llevados a ese lugar. Era el 27 de enero y Tlalixcoyan se convirtió en punto
clave para esclarecer el caso, vivos los muchachos o no.
Ese
día, la prensa reveló detalles. Sus informantes eran los familiares, no Campa,
no “Culín”, no Javier Duarte, ninguna institución, sino los padres de los
jóvenes levantados el 11 de enero por la policía criminal del secretario de
Seguridad, Arturo Bermúdez, el que deja que el 34 por ciento de los elementos
que no aprobaron los exámenes de control y confianza sigan en la corporación,
con su perfil delincuencial, agraviando a los veracruzanos, trabajando la
mayoría de ellos para el crimen organizado.
Irritados,
ahora los padres de los jóvenes reaccionan como debe ser. Se indignan, se duelen,
se expresan. Otros padres de otros desaparecidos los observan, se solidarizan
con su pérdida y se engallan.
Recoge
su reacción Imagen del Golfo:
“Por
eso decían que pronto darían información del paradero de los muchachos.
Malditos, porque ellos ya sabían y no nos querían decir, nos tenían engañados.
Qué esperaban, revivirlos como lo hicieron con el delincuente ese de Orizaba.
Maldito sistema de justicia de Veracruz.
“El
gobernador quiere ver muertos a los veracruzanos o de qué se trata. Dios, esto
no se le desea ni al peor enemigo, ni al mismo Duarte. Dios que lo perdone y
que ojalá nunca tengan que sentir un dolor como éste, porque no hay palabras de
ver el sufrimiento de estos señores (los papás de los desaparecidos), más les
vale que den la información que falta sobre los demás muchachos. Ya basta, ya
no más”.
Malditos
los que encubrieron la verdad y maldito el sistema de justicia en Veracruz.
Agrega
Imagen del Golfo:
“Los
padres de los jóvenes desaparecidos no han respondido mensajes, ni llamadas
celulares. Se entiende pues el desenlace de esta historia ha sido el más
trágico”.
Campa,
“Culín” Bravo y funcionarios menores sueltan lo medular de la tragedia. Dicen
que son dos de los jóvenes, que se aplicaron pruebas genéticas, que había ropa.
No dice
el comunicado de Gobernación el por qué de las pruebas a solo dos cadáveres, si
habían más cuerpos, si los cuerpos estaban irreconocibles, si habían sido
sometidos a algún tratamiento químico para desaparecer evidencia. No lo dice.
Infame
es el cómplice del verdugo. Aterriza la tragedia fragmentándola. Pudieron decir
que son los cinco, pero van diluyendo el golpe.
Eso no
era lo que demandaban los padres de las víctimas cuando exigieron que el
gobierno federal interviniera. Querían acciones para rescatar a los jóvenes.
Querían acabar con la inacción del fiscal de Veracruz, el obsesivo “Culín” que
trepa al escenario, toma el micrófono, se adueña del atril para decir que
trabaja y trabaja y trabaja, pero los muertos y mutilados inundan la entidad,
los levantados se multiplican por doquier, la violencia arrolla al duartismo,
lo somete, lo acorrala.
Campa
Cifrián intervino cuando los familiares amagaron con ir a instancias
internacionales, a la ONU, a las organizaciones defensoras de los derechos
humanos. Campa fue el bombero de Peña Nieto, evitando lo que ocurrió con el
periodista Moisés Sánchez Cerezo, levantado el 2 de enero de 2015, reacio el
gobierno de Javier Duarte a entregar su cuerpo, a reconocer que lo habían
ejecutado, encantado el gobernador con que se quedara en calidad de comunicador
desaparecido, no muerto, para no hacer más fatídica la estadística de sangre
que distingue al régimen del gordobés.
Se
cuelgan los políticos de la tragedia. Se pronuncian por la justicia y el
castigo a los culpables. Cada quien a su modo, cada quien viendo cuántos votos
cosecha.
Dice
Héctor Yunes landa, candidato del PRI al microgobierno de dos años, que hay
indignación y luto para todos los veracruzanos y que no deben volver a existir
este tipo de crímenes.
Dice
bien el priísta. Le falta decir que la policía que los levantó es duartista,
que es la policía del secretario de Seguridad, Arturo Bermúdez; que el fiscal
se dedicó a distraer, llevando las pesquisas a Vicente, Oaxaca, y allá
encontró, vía un operativo conjunto con agentes oaxaqueños, una casa de
seguridad. Pero no encontró ni a los jóvenes ni a los criminales que se los
llevaron. Halló gente dedicada a la pornografía infantil.
Dice
Héctor Yunes que deben pagar los culpables. Sí, los autores materiales e
intelectuales, y los policías que los levantaron y los entregaron al crimen
organizado, el comandante Marcos Conde Hernández con todo y su historial de
desapariciones, tolerado por el “general” Arturo Bermúdez, pese a reprobar
exámenes de control y confianza, pese a su trayectoria siniestra.
Dice
Héctor Yunes que debe haber castigo y que esto no se repita nunca más. Sí,
castigo a quienes llevaron a Veracruz a este clima de violencia, castigo a la
clase política que le abrió las puertas al crimen organizado, a quienes les
permiten ser impunes, castigo a Fidel Herrera y a Javier Duarte, a “Culín” y a
Bermúdez, a todos los que permiten el dolor de los veracruzanos dejando
intocados a los delincuentes.
No da
nombres Héctor Yunes. Se los reserva. Sabe que el costo de la violencia y la
impunidad lo pagará el PRI, su partido, el que lo postula para contender por el
microgobierno de Veracruz. Del PRI es Javier Duarte, del PRI es Bermúdez, al
PRI sirve el fiscal.
Dos
semanas antes, el 27 de enero, ya se sabía que Tlalixcoyan era la clave, pero
por algo el fiscal de Veracruz desvió la atención. Dio tiempo, hizo ganar
tiempo. La duda es ¿tiempo a quién y para qué?
Terrible,
la tragedia se las fue dando en episodios.
Infame
Campa, “Culín” y Javier Duarte que infiltran esperanza y alientan sueños para
terminar dando dolor.
Qué
lección tan perversa.
Archivo muerto
Anabel
Flores es ya el nuevo dilema. Fueron por ella. La hallaron en su hogar y así,
de madrugada, un comando armado, los tipos con ropa militar, cascos, pasamontañas,
se la llevaron por la fuerza. No mostraron orden de aprehensión. No mostraron
orden de cateo. No fue puesta a disposición de ninguna autoridad. Anabel Flores
Salazar es periodista, reportera de policíaca en El Sol de Orizaba. Al amanecer
de este lunes 8, los medios reaccionaron, indignados, alarmados. Se teme por su
vida. Y cuando apenas habían transcurrido una horas, “Culín”, alias el fiscal,
alias Luis Ángel Bravo Contreras, la criminalizó. Dijo que se investigaba su
desaparición, pero también que Anabel podría tener vínculos con delincuentes,
pues el 30 de agosto de 2014 un tipo con el que se hallaba en un restaurant,
Víctor Osorio Santacruz, alias “El Pantera”, fue detenido por miembros del
Ejercito Mexicano. Infame, “Culín” la criminalizó. Horas después una familiar
lo desmintió. Dijo que el incidente ocurrió, pero que ellas se hallaban en otra
mesa y vieron cuando los militares procedían contra tres personas a quienes no
conocían. Anabel se identificó como periodista y les hizo ver que un operativo
así alarmaba a la familias que nada tenían que ver. Hay zozobra. Ojalá Anabel
regrese con bien. Su caso inunda las redes, las incendia, las agita. Si algo le
ocurre, Javier Duarte volvería al centro del escándalo, quizá por última vez,
derramada la gota, agotada la paciencia de la cúpula priista y de Los Pinos que
ven cómo los desatinos, el descontrol político, el caos conducen al PRI a una
estrepitosa derrota en la elección del 5 de junio para microgobernador… Víctor
Rodríguez no puede ser diputado por Coatza Urbano. Su domicilio, su sección
electoral, su credencial de elector, corresponden al distrito 30, el Coatza II,
el Coatza Rural, que abarca el área sur de la ciudad, las congregaciones Villa
Allende y Mundo Nuevo, los ejidos, Nanchital, Ixhuatlán del Sureste, Moloacán,
Agua Dulce y Las Choapas. Consta así en la denuncia que interpuso el ex regidor
Alejandro Wong Ramos, del PRD, ante el Órgano Público Local Electoral, este
lunes 8, en que refiere la aspiración del hombre fuerte de Marcelo Montiel Montiel,
ex subdelegado administrativo de la Sedesol en Veracruz, a contender por el
Coatza I, como lo ha expresado abierta y públicamente, y el impedimento que se
establece en la ley en la materia. Expresa la denuncia que Víctor Rodríguez se
encuentra inscrito en la lista nominal de electores con el domicilio ubicado en
Felipe Carrillo Puerto número 310, colonia Frutos de la Revolución, código
postal 96470, sección electoral 0885. La re distritación realizada en Veracruz
contempla que la Sección electoral 0885, a la que pertenece Víctor Rodríguez,
forma parte del distrito 30, el Coatza II, o sea Coatza Rural, según se
acredita con el Diario Oficial de la Federación, de fecha 7 de septiembre de
2015. En esa fecha, de acuerdo con la lista nominal de electores, el pupilo de
Marcelo Montiel seguía perteneciendo a la sección electoral 0885. Para ser
candidato a diputado, el Código Electoral de Veracruz establece una residencia
mínima de tres años en el distrito. Víctor Rodríguez acredita la
residencia, pero en el distrito 30, en el Coatza Rural, no en el 29, el Coatza
Urbano. Obvio, tratará de presentar otra credencial de elector, con domicilio
nuevo, pues para eso están los marcelistas que se prestan a todo, Sergio Vera
Olvera entre ellos, mandamás en el Registro Federal de Electores a nivel
estado. El problema es cómo invalidar la lista nominal donde consta que su
sección electoral, la 0885, no pertenece al distrito Coatza Urbano. Si hubiera
realizado cambio de domicilio, se habría reflejado en la lista nominal. Esa es
una. La otra es demostrar que tiene tres años residiendo en el distrito 29 y
que eso se observe en la lista nominal. Las pruebas demuestran que por
Coatzacoalcos Urbano no puede contender. O sea, si quiere ser diputado
que le vaya pidiendo el voto a los electores de nanchitecos, choapenses y
demás, los del Coatza Rural… Alguien con perfil de periodista, de imagen,
mediáticamente sólido, contempla el PRD para contender por la diputación local
en el distrito Coatza Urbano. Alguien sin broncas ni conflictos que le pudieran
dar pie al PRI y a su prensa para destrozarlos a media campaña. Victoria
Rasgado Pérez, conductora de noticieros en DI Noticias, la televisora del Clan
de la Succión, reportera de Diario del Istmo, ha externado que va. Jesús
Hernández tea, caricaturista y analista político, militante de la izquierda, ex
síndico municipal, ex regidor en sus años mozos, candidato a diputado federal y
a alcalde, no dice si quiere aspirar. Ambos son las figuras que encajan en el
esquema perredista y que en los círculos estatales observan con atención para
ser propuestos al interior de la alianza “Unidos para Rescatar a Veracruz” con
el PAN… Bueno en Coatza. Ofrece conferencia de prensa el ex senador y ex
diputado federal ex panista, ahora aspirante a candidato independiente al
microgobierno de Veracruz, Juan Bueno Torio. Será a las 9 AM, este martes 9, en
el restaurant Colonial. Mínimo una mega paliza a Miguel Ángel Yunes Linares y a
Javier Duarte. A Yunes azul por ser más de lo mismo, priista converso al panismo,
el que le frustró ser abanderado del PAN y, por consiguiente, de la alianza con
el PRD. Al gobernador por el mega desastre político, económico y social en el
gobierno de Veracruz, al borde de la quiebra, con una deuda de 121 mil millones
de pesos, reprimiendo a quienes lo cuestionan, dejando a los veracruzanos a
expensas del crimen organizado y de su policía criminal. Con Juan Bueno estará
Raúl Ojeda Banda, empresario, ex líder de la Canaco en Coatzacoalcos, el más
sólido de los aspirantes a la candidatura independiente para contender por la
diputación local en el distrito Coatza Urbano…