Por:
Edgar Hernández*
19 y contando… ¿Habrá un 20?.. ¿Quién sigue?
El gremio periodístico veracruzano, tras enterrar a sus muertos, se
mueve entre la ira y el miedo; el temor y la consumación de nuevas venganzas;
la impotencia y el azoro ante la incapacidad gubernamental para detener la
escalada.
Hoy en Veracruz nadie la tiene segura.
No hay poder humano que pare el derramamiento de sangre e
infortunadamente a los periodistas ha tocado rendir tributo a la tierra de
manera repetida, inusitada, desproporcionada, sin límite ni medida.
No alcanzan los calificativos.
Los asesinatos y cuerpos fragmentados dan cuenta del odio criminal en
similar proporción a la indolencia gubernamental que poco, nada en realidad, ha
hecho en favor de quienes desempeñan la honrosa misión de informar y moderar a
la opinión pública.
El periodista Pedro Tamayo ha sido asesinado.
La noche del miércoles fue ultimado de once balazos en su domicilio del
centro de la ciudad de Tierra Blanca. Un comando lo sacrificó y huyó sin que
nadie atreviera.
Acaso un pálido intento de persecución a los agresores de parte de un
familiar del periodista que fue frustrado al atravesarse una patrulla de la
Secretaría de Seguridad Pública y dejar el paso libre a los maleantes.
El colega que trabajaba para “La Voz de la Tierra Blanca”, “El Piñero de
la Cuenca” y “Al Calor Político”, tuvo que huir de Veracruz en enero de este
año por temor a las amenazas que recibiera de unos supuestos policías
disfrazados de trabajadores de Telmex que intervinieron su teléfono.
El brazo criminal, sin embargo lo alcanzó.
Y la paradoja.
Pedro Tamayo fue ejecutado a pesar de contar con medidas cautelares de
la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas, la SSP y la
Fiscalía General por las amenazas que había sido víctima y estaba resguardado
por una patrulla.
Valió madres esa seguridad.
Pedro Tamayo se ha convertido en el periodista número 19 asesinado en el
gobierno de Javier Duarte, quien si no da una explicación en lo inmediato
pasará no solo omiso ante tan grave agresión, sino como un indolente a quien la
muerte de un periodista es solo una estadística que poco le importa.
Y si a Duarte no le importa, a los periodistas (vivos), a los familiares
de los comunicadores y a todo un pueblo sí. Por ello y para no olvidar
regresemos a la memoria quienes cayeron abatidos por balas asesinas.
Anabel Flores Salazar, 27 años de edad, reportera del periódico “El Buen
Tono” y de “El sol de Orizaba”.
Un grupo de hombres armados, vestidos de militares la secuestró la
madrugada del lunes 8 de febrero de este 2016 cuando se encontraba en su
domicilio. La reportera fue hallada muerta y violentada físicamente en un
paraje del municipio de Tehuacán.
Rubén Espinosa, 31 años de edad, corresponsal de “Proceso” y
“Cuartoscuro” en Veracruz fue sesinado el 31 de julio de 2015. Se había ido de
Veracruz semanas antes tras denunciar amenazas.
Juan Mendoza Delgado, 46 años de edad, director del portal
“Escribiendo la verdad” fue reportado como desaparecido el 1 de junio de 2015.
Su cuerpo, atropellado, fue hallado al día siguiente. La investigación sigue
abierta, Nadie sabe, nadie supo.
Armando Saldaña Morales, 53 años de edad, periodista de la estación “La
Ke Buena” fue asesinado el 4 de mayo de 2015. Su cuerpo fue encontrado con
cuatro balazos y señales de tortura en la frontera entre Oaxaca y Veracruz. La
investigación sigue abierta. Oaxaca se desmarca y Veracruz no asume la
responsabilidad a pesar de las evidencias de que el crimen se cometió del lado
veracruzano y arrojado a la entidad vecina.
Moisés Sánchez Cerezo, 49 años de edad, director de “La Unión”.
Secuestrado el 2 de enero de 2015. Su cuerpo apareció el 24 de enero,
decapitado. El gobernador lo describió como “un taxista”. Omar Cruz Reyes,
presidente municipal de Medellín, fue acusado de ser el autor intelectual de su
homicidio. Huyó y nadie lo encuentra.
Octavio Rojas Hernández, corresponsal del periódico “El Buen Tono”.
Asesinado en su casa en Cosolapa, Oaxaca, en la frontera con Veracruz. El caso
sigue abierto.
Gregorio Jiménez de la Cruz, 43 años de edad, reportero del diario
“Notisur”. Desapareció el 6 de febrero de 2014. Su cuerpo fue encontrado seis
días después. El gobernador dijo que fue asesinado por “problemas personales”;
sus familiares acusan que fue por publicar un reportaje.
Sergio Landa Rosales, periodista de “El Diario de Cardel”. Fue
secuestrado el 26 de noviembre de 2012, desaparecido desde entonces. El caso
sigue abierto.
Miguel Morales Estrada, 35 años de edad, desaparecido el 25 de julio de
2012. Fotógrafo del Diario de Poza Rica. El caso sigue abierto.
Víctor Manuel Báez Chino, 46 años de edad. Reportero del sitio
“reporterospoliciacos.com”. Desapareció el 13 de junio de 2012, su cuerpo,
mutilado, fue recuperado un día después a las afueras del Diario de Xalapa. Al
igual que en los demás casos, el gobierno culpó al crimen organizado de su
homicidio.
Guillermo Luna Varela, 21 años, fotógrafo de “Notiver”; Gabriel
Huge Córdova, fotógrafo de “Notiver”, de 37 años de edad; Esteban Rodríguez
Rodríguez, reportero del periódico “AZ”, de 30 años de edad y Ana Irasema
Becerra Jiménez, de 33 años de edad, empleada administrativa de “El Dictamen”
cuyos cuerpos fueron encontrados el 3 de mayo de 2012, el Día mundial de la
libertad de prensa, en bolsas de basura.
Regina Martínez Pérez, 48 años de edad. Corresponsal de Proceso.
Estrangulada en su casa el 28 de abril de 2012. La entonces Procuraduría
concluyó que fue víctima de un robo y/o un crimen pasional. El gobierno local
nunca investigó si su muerte estuvo relacionada con su trabajo. Hoy por
voluntad ciudadana la segunda plaza más importante de Xalapa lleva su nombre.
Yolanda Ordaz de la Cruz, 48 años de edad. Reportera de “Notiver”
desapareció el 24 de julio de 2011. Su cuerpo, decapitado, fue encontrado dos
días después.
Misael López Solana, de 21 años, fotógrafo de Notiver, fue
asesinado con su madre por un comando armado el 20 de junio de 2011 en su casa.
Miguel Ángel López Velasco, conocido como Milo Vela. 55 años de edad.
Periodista de Notiver fue asesinado en su cama en compañía de su esposa. Nadie
asume responsabilidad. La autoridad calló.
Noel López Olguín, 45 años de edad. Trabajaba para “Horizonte”, “La
Verdad” y “Noticias de Acayucan”. Desapareció el 8 de marzo de 2011. Su cuerpo
fue encontrado el 1 de junio de ese año.
Todos ellos muertos durante el sexenio de Javier Duarte, quien el 30 de
junio de 2015, dirigiéndose a periodistas en un discurso en Poza Rica, dijo:
“Se lo digo a ustedes, por su familia, pero también por la mía, porque
si algo les pasa a ustedes a mí me crucifican todos (sic). Pórtense bien, todos
sabemos quiénes andan en malos pasos, dicen que en Veracruz sólo no se sabe lo
que todavía no se nos ocurre. Todos sabemos quiénes, de alguna u otra manera,
tienen vinculación con estos grupos… todos sabemos quiénes tienen vínculos y
quiénes están metidos con el hampa… ¡Pórtense bien, por favor!, se los suplico.
¡Vienen tiempos difíciles!”.
Hoy nadie ha sacrificado a Duarte, los criminales sí, a 19… Así que,
tiene usted la palabra, señor gobernador.
Tiempo al tiempo.