TEXTO IRREVERENTE
por Andrés Timoteo
ACUSE DE RECIBO
El fin de semana fue
secuestrada y asesinada Teresa Valiente, hermana del activista Crisanto
Valiente de Ixhuatlán del Café. El cuerpo de la víctima apareció mutilado a un
lado de la autopista Córdoba-Veracruz. Es, por supuesto, un mensaje para el
luchador social y el resto de quienes encabezan el activismo social pues el
amago es que se les golpeará brutalmente a través de sus seres queridos.
Nadie puede desligar
ese homicidio de la trayectoria de Crisanto Valiente que lidera luchas contra
la corrupción policíaca, los abusos de alcaldes, la tala clandestina de árboles
y la defensa del medio ambiente. Valiente ha sido férreo opositor de la
construcción de un basurero en Ixhuatlán del Café y también en el 2018 logró
que fueran expulsadas las granjas porcícolas de la empresa “Agropecuaria ACA”.
Valiente Miramón
también ha sido blanco de agresiones físicas como la sufrida en el 2016 cuando
un grupo de hombres allanó su vivienda y lo molieron a golpes. En ese entonces,
todos responsabilizaron al alcalde priista Enrique Hernández Delín, de haber
enviado a testaferros para darle una paliza al luchador social, aunque nunca
fue procesado judicialmente.
En ese mismo año, la
policía municipal detuvo ilegalmente a uno de los hijos de Valiente Miramón, de
13 años, como parte de la andanada que Hernández Delín tenía en su contra. Un
año antes, en el 2015 fue detenido y llevado por algunos días al penal federal
de Villa Aldama acusado de atentados contra las vías de comunicación por haber
encabezado un bloqueo a la carretera Coscomatepec-Huatusco.
Apenas en diciembre del
año pasado, la revista Proceso dio cuenta del intento de robo de su camioneta
en el pleno zócalo de Coscomatepec -donde gobierna el perredista Serafín
González Saavedra-. Valiente acusó a la corporación policíaca de ser
“protectora de criminales”. Ahora, el asesinato de su hermana con demasiada
sevicia parece un ‘acuse de recibo’ a su activismo social y sus denuncias
públicas.
Encima de que el
plagio, tortura y asesinato de la señora Teresa Valiente tiene graves
implicaciones sobre el activismo social también se adiciona a la ola de
feminicidios que sigue imparable en Veracruz.
¿Cuántos se han
cometido en este 2020? De acuerdo con el recuento de diversas organizaciones
civiles -porque el gobierno estatal se empeña en esconder las cifras- de enero
a julio sumaban 52 feminicidios y la entidad se colocaba en el segundo sitio
nacional en ese delito después del Estado de México.
Las agresiones mortales
contra las mujeres no se han detenido con la pandemia, pero el agregado
peculiar es que, si bien hay un aumento de violencia doméstica ligada al
confinamiento, también la mayor parte de los feminicidios en estos meses han
sucedido fuera de los hogares.
Es decir, la marejada
de asesinatos de féminas no obedece exclusivamente a la situación pandémica,
sino que son parte del ritmo delictivo que se traía desde hace tiempo. Hay que
recordar que tanto en el 2019 como en lo que va de este 2020 el estado es
puntero en este tipo de crímenes.
El asesinato de la
hermana del activista Crisanto Valiente también derrumba los dichos del
gobernante en turno, Cuitláhuac García, sobre que el índice de homicidios ha
bajado hasta en un 15 por ciento en la zona centro.
Lo dijo sin empacho
durante la Mesa para la Construcción de la Paz que se realizó en Córdoba, pero
lo desmienten los hechos. Tan solo en la última semana se cometieron cinco
asesinatos brutales en la región.
Es más, ayer mismo
mientras García Jiménez daba tal declaración mentirosa se localizaba el cadáver
de un hombre en Atoyac, municipio cercano a Córdoba, con huellas de tortura y
envuelto en una cobija. Un par de días antes, el cuerpo de un taxista en las
mismas condiciones -desnudo, maniatado, torturado y envuelto en sábanas-, se
encontró a un costado de la autopista a Veracruz, a la altura del municipio de
Carrillo Puerto. Así, la brutal realidad exhibe nuevamente al mendaz
gobernante.
LECTURA Y PINOLE
Es algo un tanto
bizarro: al alcalde de Zongolica, el perredista Juan Carlos Mexhua le aqueja lo
mismo que a las feministas porteñas que le declararon la guerra a un árbol pues
el estrés de la pandemia de Coronavirus les alteró las neuronas y salen a la palestra
mediática a soltar todo tipo de despropósitos. El más reciente de Mexhua fue
promocionar como atractivo turístico que las milpas sean usadas como moteles
para que las parejas de jóvenes sostengan relaciones sexuales.
No es una ocurrencia
sino un síntoma de su pensamiento retardatario pues la sugerencia está cargada
de misoginia e irresponsabilidad. Ojo, la crítica no obedece a un moralismo
trasnochado sino por la carga de secuelas sociales que conlleva. Todos saben que en regiones indígenas donde
hay un analfabetismo rampante y un machismo milenario las mujeres se embarazan
o se casan siendo casi niñas.
En Zongolica hay una
discriminación innegable de las mujeres que son consideradas como propiedad de
los varones y meros vientres para parir hijos. Entonces, ¿por qué la autoridad
municipal promueve que las lleven a los sembradíos de maíz para que “hagan el
amor” ?, ¿no es una estupidez?, ¿no es ubicarlas al estatus de objetos de
placer y diversión?, ¿por qué mejor no impulsa que las zongoliqueñas estudien
para alcanzar tanto la movilidad social como la competencia de género?
No es el primer dislate
de Mexhua Campos en ese terreno. En mayo, Yahir Xochicale, quien era director
del DIF municipal pidió “bañar con ácido” a una mujer por criticar al
ayuntamiento. El alcalde hizo de todo para protegerlo y justificar sus dichos,
pero el escándalo mediático lo obligó a despedirlo -bueno nada más le cambió el
colofón porque sigue cobrando en la nómina municipal ya que es cercanísimo
suyo-.
¿Qué le pasó a Mexhua?
Hasta antes de ser edil, su trayectoria política destacó por la defensa de los
derechos ciudadanos y en especial de las mujeres. Él fue de los pocos que alzó
la voz cuando doña Ernestina Ascensión Rosario fue violada y asesinada en
Soledad Atzompa. Al parecer lo perturbaron las delicias del poder y lo acabó de
enloquecer la ociosidad pandémica. Que se ponga a leer, por lo menos. a fin de
contener el desvarío o que coma pinole para mantener ocupada la boca y no decir
tonterías.
*Envoyé depuis Paris,
France.