Su iniciativa ha generado polémica en la región ya que estableció sanciones de hasta 220 días de salario mínimo —más de 13 mil pesos aproximadamente— contra quien no solicite un permiso formal.
Gabriela Gutiérrez / Teziutlán
Al estilo Santa Anna, el alcalde de Teziutlán, Antonio Vázquez, creó un
nuevo impuesto en este municipio: cobrar a todo aquel que haga uso del Escudo
de Armas, acción que ya fue autorizada por el cabildo y que ha generado
polémica en la región.
La administración difundió el nuevo reglamento y en ella se establece
que las sanciones irán de cinco a 200 días de salario mínimo —más de 13 mil
pesos—.
El documento consta de 12 artículos del orden público en los que
se regulan las características, difusión y uso del escudo de Teziutlán, en las
que destaca que éste será utilizado únicamente en la sala de cabildos, o en el
lugar preferente de salas u oficinas de los funcionarios titulares siendo la
Secretaría General del Ayuntamiento la facultada en autorizarlo.
En el nuevo reglamento también se especifica que el escudo puede ser
ocupado en papelería oficial del gobierno municipal, así como en vehículos oficiales,
sellos y tarjetas de presentación.
Sin embargo, toda reproducción fuera de ello como en carteles, marbetes,
medallas, mercancías, anuncios, o en cualquier otra forma de reproducción,
destinados a comercio, sólo se podrá ocupar bajo permisos y pagando por el
derecho.
Genera polémica
Tal iniciativa ha generado polémica entre los habitantes de esta
ciudad ya que lo han calificado como un “capricho más” del presidente municipal
Antonio Vázquez Hernández, para obtener más ingresos propios.
Cabe señalar que el reglamento no contempla la comercialización del
escudo municipal en papelerías ni la suerte que correrán quienes lo vendan ya
que las escuelas, principalmente de nivel secundaria, acuden a solicitarlo para
los trabajos escolares.
Cabe citar que entre los impuestos
más absurdos que se han creado en el país está el de cobrar por contar con
puertas y ventanas, como se hizo en 1858, cuando el presidente de
México, Antonio López de Santa Anna, decretó esa contribución.