La nueva placa en memoria de la corresponsal de Proceso, Regina Martínez. Foto: Rubén Espinosa |
XALAPA, Ver. (proceso.com.mx).- Rubén Espinosa, fotoperiodista
de Proceso y colaborador de la agencia AVC en
Veracruz, decidió exiliarse temporalmente de esta entidad, luego de que varios
sujetos desconocidos lo siguieron y acosaron afuera de su casa, en los
alrededores de su trabajo y en el desarrollo de sus actividades periodísticas
durante los últimos días.
Espinosa, activista en las marchas y pronunciamientos para
exigir “justicia” en los asesinatos de 12 periodistas en lo que va del sexenio
de Javier Duarte, señaló que prefiere “autoexiliarse” antes de que le ocurra
algo similar al ataque a los ocho jóvenes –varios de ellos estudiantes
universitarios–, que fueron atacados por un comando la madrugada del 5 de junio
y que orilló a la hospitalización urgente de tres de ellos.
“Me molesta, me caga estar así, aislado, con miedo, no poder
chambear a gusto, pero prefiero salirme, antes que me pase lo que a los
estudiantes”, expuso.
Apenas el 9 de junio pasado,
Espinosa fue de los periodistas que encabezó la recolocación de la placa Regina
Martínez en la Plaza Lerdo, frente al Palacio de Gobierno. Al fotoperiodista de Proceso le tocó hacer la mezcla de cemento y
colocar la placa, en medio de una docena de “orejas” de la Subsecretaría de
Gobierno, Secretaría de Seguridad Pública y la Dirección de Política Regional,
quienes se abocaron a tener un registro puntual fotográfico de los rostros de
reporteros que participaron en el acto de protesta, y el medio de comunicación
al que pertenecían.
Rubén Espinosa se reunió la noche del viernes con directivos de
esta casa editorial para dar un reporte puntual de los hechos. En septiembre
del 2013, el fotoperiodista fue golpeado por policías estatales acreditables
durante el violento desalojo de maestros de la CNTE en la Plaza Lerdo, en
vísperas del Grito de Independencia.
Al fotógrafo de Proceso policías lo golpearon y lo obligaron a
“formatear” su tarjeta de memoria de su cámara, para no tener ni una sola
imagen del violento desalojo en septiembre del 2013. Aunque Rubén Espinosa,
junto con otros reporteros, puso una denuncia penal, el gobierno de Javier
Duarte buscó interlocución con él, ofreciéndole dinero para retirar su
querella. Espinosa rechazó el ofrecimiento.
Vía telefónica, Rubén narra el acoso y hostigamiento por sujetos
desconocidos:
“El pasado miércoles, tres hombres corpulentos, con actitud
sospechosa y sin retirar sus miradas intimidatoria, me tomaron fotografías en
las afueras de mi casa, ellos iban acompañados de un taxi… un sujeto, con
bermudas blancas, playera azul de un equipo de futbol y zapatos de vestir, hizo
movimientos corporales con toda la intención de que yo me percatara de que me
estaban tomando fotografías”.
Rubén Espinosa asegura que esas mismas personas que lo
fotografiaron afuera de su casa, son los mismos que había visto por la mañana,
“aunque en ese momento no presté tanta atención”, expuso.
Durante la cobertura del diálogo entre estudiantes y autoridades
de la Rectoría de la Universidad Veracruzana, Rubén Espinosa siguió su agenda
normal –narra–, pero al regresar a la zona centro, sobre la avenida de
Xalapeños Ilustres, al pasar por la iglesia de San José otros sujetos de
“complexión delgada, pero musculosa”, con pinta porteña, vestidos de negro,
“encargaron su mirada en mi persona con un gesto burlón y retador” haciéndole
saber que tenía que “quitarme de su camino” so pena de ser agredido.
“Algunos metros más adelante, al pasar por las instalaciones de
la Policía Auxiliar, otros dos tipos, morenos, de cabello corto, corte tipo
militar, que se encontraban en la parada de autobuses, afuera de una
carnicería, me siguieron. Uno avisó al otro con el codo, me señaló con la
mirada y de nueva cuenta no dejaron de seguir mi trayecto a lo que me resguardé
en una tienda de artículos para bebé que se encuentra a contraesquina de la
carnicería, los tipos cruzaron la calle, uno de ellos volteó, me retó con la
mirada por última vez y se retiraron del lugar”, detalló.
Rubén Espinosa deduce que en ambos casos, los sujetos
desconocidos pudieron haberlo monitoreado con fotografías o video.
Una semana antes, durante las conferencias habituales del
Partido del Trabajo (PT) en sus instalaciones y en las afueras del café La
Parroquia, Rubén Espinosa y otros reporteros advirtieron la presencia de dos
hombres con guayabera blanca y pantalón de vestir, quienes portaban armas
cortas, enfundadas al cinto. Los sujetos, indiferentes con la prensa, hablaban
con naturalidad con empleados de la Subsecretaría de Gobierno (Subsegob)
conocidos como “orejas” o “espías”.
En esos días, el líder estatal del PT, Fidel Robles, dio a
conocer un informe gubernamental denominado “Balance Electoral 2015”, en donde
la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Secretaría de Gobierno (Segob)
ponían en la mira a diversos ambientalistas, activistas, líderes universitarios
y políticos de oposición a quienes catalogaban como “anarquistas” y
“desestabilizadores de elecciones”. Rubén Espinosa dio seguimiento a esa
cobertura informativa y a las críticas y burlas que dicho documento desató en
académicos e investigadores de la UV.
Espinosa asegura que en Veracruz no se pueden echar en saco roto
“las intimidaciones”, “los acosos” y la vulnerabilidad en la que periodistas
ejercen el oficio, por ello, decidió mejor exiliarse, antes que le pueda
ocurrir algo de mayor gravedad.
En Xalapa, compañeros de Rubén
Espinosa, quienes trabajan en medios comoProceso, AVC
Noticias, Plumas Libres, Expediente Mx, La Jornada Veracruz, Sala Negra, entre
otros, responsabilizan al gobierno de Duarte y a la Secretaría de Seguridad
Pública de Veracruz de cualquier agresión a su integridad física.