Héctor de Mauleón
Once de la mañana en el
palacio de gobierno de Xalapa. El gobernador Javier Duarte viene de ofrecer una
conferencia de prensa: la primera en diez días sobre el multihomicidio ocurrido
en la colonia Narvarte de la ciudad de México, en el que perdieron la vida
cinco personas, entre ellas el fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista
social Nadia Vera. La oficina de color caoba, con puros sobre la mesa de centro
y óleos de veracruzanos ilustres, algunos de los cuales —Miguel Alemán, Adolfo
Ruiz Cortines— llegaron a la Presidencia de la República, se encuentra desde el
31 de julio pasado en el ojo del huracán. Ese día trascendió que Rubén Espinosa
y Nadia Vera habían huido de Veracruz, denunciando un clima de persecución.
Desde entonces, no se ha dejado de insinuar que ese clima de persecución es
alentado desde esta oficina.
Duarte no está precisamente de buen humor. Pero sí está
dispuesto a hablar de todo. Este es el extracto de una conversación de 38
minutos con Javier Duarte:
—¿Conoció a Rubén Espinosa?
—Rubén Espinosa llega a Veracruz contratado por un medio de comunicación con la
finalidad de cubrir mi campaña política a la gubernatura. Debo decir que nunca
tuve trato directo con él, no tuve el honor, pero evidentemente sí lo conocía
porque él cubrió el desarrollo de mi campaña.
—¿Recuerda sus fotos? ¿Hubo alguna que lo irritara?
—En absoluto. Si a mí me molestaran las fotos que me toman, a estos señores los
hubiera mandado por un tubo hace tiempo (señala a los fotógrafos de su equipo
de comunicación).
—Se ha escrito que las fotos de Rubén Espinosa resultaban
incómodas a su gobierno.
—No existe ningún agravio, ni enojo, ni mucho menos por las fotografías que él
tomaba.
—¿Recuerda alguna?
—¡Él tenía muchísimas fotos! Te digo que cubrió mi campaña política. Muchas de
esas fotos fueron utilizadas por nosotros mismos para difundir diferentes
eventos. Ningún agravio ni enojo.
—Ocho meses antes de morir en el mismo departamento donde murió
Espinosa, la activista Nadia Vera lo responsabilizó a usted y a su gobierno si
algo le ocurría. ¿Qué dice al respecto?
—Efectivamente. Nadia Vera, oriunda de Chiapas y egresada de la Universidad
Veracruzana, de acuerdo a testimonios, habría decidido irse a radicar al DF. En
el ámbito universitario era conocida por su activismo social y labor cultural.
Y efectivamente, en alguna entrevista señaló que era responsabilidad mía y de
mi gobierno su seguridad como ciudadana que residía en este estado. Esa
expresión la comparto plenamente. Soy responsable de la seguridad de todos los
que habitan y viven en esta entidad.
—¿Garantiza entonces el ejercicio del periodismo en su estado?
—Sí. Yo garantizo que se den las condiciones para el ejercicio pleno del
periodismo. Evidentemente, no puedo ponerle un policía a cada periodista para
que lo esté cuidando, pero existen condiciones de armonía y convivencia social
para que se pueda desarrollar el periodismo y cualquier otra actividad lícita
en los mejores términos.
—Gobernador, Reporteros sin Fronteras ha denunciado que existe
un control tremendo del estado sobre “periodistas que se atreven a cuestionar
determinadas situaciones”. La Relatoría Especial de la ONU ha considerado al
estado el más peligroso para el periodismo.
—Es falso. No existe un control por parte del gobierno. Tan es así que basta
ver algunos medios de Veracruz para darse cuenta de que no existe tal control.
Hemos sido los más tolerantes, lo más respetuosos hacia las diferentes críticas
que se hacen a la administración que tengo el honor de encabezar.
—Circula un video en el que, un día antes de la muerte de
Espinosa, usted recomienda insistentemente a los periodistas que se porten
bien. Les dice que va a sacudir el árbol y se caerán muchas manzanas podridas…
—Se ha descontextualizado ese mensaje. Ese mensaje que dirigí en la ciudad de
Poza Rica, lo dirigí a la sociedad en general de esa región particular, porque
al otro día iniciaba el operativo Blindaje Poza Rica. Di el mensaje el 30 de
junio y el operativo inició el 1º. de julio. Ese operativo consiste en el
desmantelamiento de la policía intermunicipal y la entrada en funciones de la
fuerza civil de Veracruz, una institución de élite de seguridad pública que a
partir de ese día tiene la responsabilidad de llevar la titularidad del mando
único en esa región. Por ello fue que recomendé no solo a periodistas, sino a
notarios, profesionistas, servidores públicos, a todos, conducirse dentro del
marco de la legalidad. Y sí, a lo mejor usé un símil de que íbamos a zarandear
el árbol y las manzanas podridas iban a caer.
—No era un mensaje dirigido a periodistas.
—No.
—¿Aunque el gobierno de Veracruz haya manejado que existen
datos, evidencias de que algunos periodistas reciben dinero del crimen
organizado?
—Le debo de decir que no.
—La procuraduría estatal habló, por ejemplo, de una columnista
de Notiver que recibía dinero del crimen organizado y tenía la orden de
repartirlo entre otros reporteros de la fuente policiaca. Eso lo dijo la
procuraduría. ¿Por qué me tiene que decir que no?
—Porque no es correcto criminalizar a las víctimas. Que sean las instancias
investigadoras, en este caso, la PGR, la que determine si hay algo o no sobre
ese asunto.
—¿Cómo definiría entonces la situación de la prensa en Veracruz?
¿Y a qué atribuye el hecho de tener a la prensa nacional encima?
—El tema tiene que ver con los antecedentes de este lamentable suceso que se
suscitó en el DF. Tenemos que partir de un punto: este aberrante caso sucedió
en la colonia Narvarte del DF y es por ende responsabilidad de las autoridades
capitalinas resolverlo, esclarecerlo y en su caso deslindar responsabilidades.
El tema que genera polémica y ha generado estridencia en algunas columnas y medios
de comunicación, son los once casos que ha habido en Veracruz de periodistas
asesinados.
—¿No son 19?
—No sé de dónde sacan la cifra. Son once casos. Y no podemos decir que ha
habido impunidad en esos casos. En ocho, la PGR ha ejercido la facultad de atracción,
por existir elementos de federabilidad. No es que en el estado no podamos
resolver esos casos por falta de infraestructura o de capacidad para atender
este tipo de acontecimientos. Esto tiene que ver con que la Constitución
deslinda puntualmente cuáles son las facultades que tiene cada orden de
gobierno. Y en algunos casos existen delitos del fuero federal que solo la
autoridad federal tiene facultad para investigar. Es el caso, por ejemplo, de
temas relacionados con la delincuencia organizada. En ocho casos la PGR ejerció
su facultad de atracción y es la instancia encargada de resolverlos.
En cinco de esos ocho casos existen elementos que pueden ayudar a la PGR a
resolverlos: dictámenes periciales, informes de investigación y testimonios.
Existen otros tres casos —el de Regina Martínez, corresponsal de Proceso; el de Gregorio Jiménez, de Diario del Sur y El Liberal; el de José Moisés Sánchez Cerezo, de La Unión de Medellín— que la fiscalía general
del estado ha resuelto: en algunos hay detenidos y sentenciados, y en otros
esperamos la sentencia condenatoria. El presunto autor intelectual del
asesinato de José Moisés Sánchez, el ex alcalde de Medellín, José Tomás Cruz,
fue desaforado por el Congreso del estado: estamos buscándolo. En el caso de
Gregorio Jiménez hay seis detenidos, y en el de Regina Martínez una persona ha
sido condenada a 38 años de prisión, en tanto que otra se encuentra prófuga.
¿Esto te parece impunidad?
—¿Qué puede decir sobre el alto número de periodistas
desplazados?
—Yo diría que más allá de desplazados, si hacemos un análisis puntual de los
desplazados y de los medios de comunicación que han surgido y funcionan en el
estado, por mucho el balance será a favor de los medios que han surgido. Hay
muchos más periodistas hoy en día que los que había antes en Veracruz. Somos un
estado cuya identidad tiene que ver con el ejercicio periodístico. Existen más
de mil medios de comunicación locales, más de ocho mil periodistas, locutores,
reporteros, fotoperiodistas, trabajadores, editores, directivos de medios de
comunicación que laboran en el estado. Solo en televisión tenemos 70
televisoras entre cableras y televisiones abiertas. Hay 159 estaciones de radio,
más de 500 medios impresos y más de 500 páginas web en la entidad. Somos el
estado que más medios de comunicación tiene en el país. Por ello es importante
tutelar que la libertad de expresión se pueda desarrollar.
—Eso no cambia que sea el estado con mayor número de periodistas
perseguidos, acosados, desplazados.
—Para este caso particular, y por instancia mía, envié una iniciativa para
crear un órgano autónomo, que sea del estado pero no del gobierno. Los
diputados tuvieron a bien aceptar esa iniciativa y aprobarla y se creó la
Comisión de Atención y Protección a Periodistas: lo integran periodistas,
académicos y directores de medios reconocidos y prestigiados. En 2014 es
comisión, que no depende de mí, desarrolló 675 acciones en apoyo a periodistas de
92 municipios. Cabe señalar que en la mayoría de los casos son por
eventualidades ajenas a su ejercicio periodístico.
—Retomo esta pregunta que un columnista, Ciro Gómez Leyva, le
hizo esta mañana: ¿Hay periodistas en la nómina del gobierno del estado?
—No.
—¿A qué atribuye su mala relación con la prensa nacional?
—Yo aquí haría una acotación. Con qué tipo de prensa. Yo te puedo decir que
tengo una extraordinaria relación con muchos comunicadores, muchos periodistas,
muchos trabajadores de los medios, muchos directores de medios de comunicación.
La tengo desde hace años, desde antes de ser gobernador, y la trato de cuidar y
conservar. Evidentemente, hay un sector de este gremio que es crítico por el
propio ejercicio y la responsabilidad que tengo, y por el momento en que me
tocó gobernar, que ha sido uno de los más difíciles y complicados de nuestro
país, y por ende de Veracruz. Me ha tocado gobernar en condiciones difíciles,
complejas, una de ellas, los lamentables sucesos en donde han sido asesinados trabajadores
periodistas.
—¿Qué tipo de prensa es, pues, la que tiene malas relaciones con
usted?
—No puedo calificar que hay un tipo de prensa, digo que, como en todo, hay unos
que me quieren y otros que no.
—¿Diría que se han magnificado las versiones que vienen de la
prensa que no le es afín?
—Creo, para volver a lo que ya hemos hablado, que tiene con ver con los
antecedentes. Si no hubiéramos tenido esos antecedentes, el caso de la Narvarte
no hubiera sido tan explotado, tan sobredimensionado en términos de la atención
hacia mi persona, porque sucedió en el DF, así de simple y sencillo.
—Dentro de esas condiciones difíciles que le ha tocado enfrentar
se encuentra la aparición, un año después del inicio de su gobierno, de decenas
de cadáveres en Boca del Río. Cuatro años más tarde, ¿ha hecho de Veracruz un
estado más seguro?
—Halago en boca propia es vituperio, pero los índices hablan por sí mismos. Los
hemos bajado de manera importante y hoy tenemos instituciones que antes no
teníamos, y que están mejor preparadas, capacitadas, con mejores instrumentos y
mayor tecnología para garantizar la seguridad de una entidad como la nuestra.
—¿Bajaron los homicidios?
—De manera drástica.
—¿Y el secuestro?
—También.
—¿Refrendaría lo que dijo hace poco, que antes se hablaba en
Veracruz de balaceras y asesinatos y hoy del robo de Frutsis y Pingüinos?
—¡No, bueno! Veracruz es un estado muy grande y a veces en los medios
nacionales, cuando yo digo una frase en la que me refiero a un región
particular, la ocupan para toda la entidad. No somos como el DF donde nada más
es una sola ciudad, o como Puebla que es nada más una ciudad, o como Nuevo León
que es solamente Monterrey, o Jalisco que solamente es Guadalajara. En Veracruz
existe una dispersión poblacional muy amplia. Y voy a una región y hago una
declaración referente a esa región en particular, y la sacan de contexto
argumentando que me refiero a toda la entidad. Hacía esa referencia porque en
meses no había ocurrido ningún incidente delictivo en esa región particular, y
los únicos temas con los que las cámaras de vigilancia nos presionaban era por
robo a tiendas de autoservicio. Era el único tema que teníamos caliente en esa
región particular. Pero bueno, siempre se busca el frijolito en el arroz y
sacar de contexto declaraciones.
—No hay entonces señal de persecución contra periodistas en su
gobierno.
—En ningún de esos casos ha habido señalamiento contra algún funcionario de
gobierno en el asesinato de periodistas. El señalamiento que tenemos es el de
generar condiciones para poder ejercer. No que persigamos periodistas y los
asesinemos. También se habla de impunidad, cuando no la hay en Veracruz: la
nota es siempre el asesinato, y no la resolución del caso.
—Alguien ha señalado que usted debería pedir licencia en tanto
se lleva a cabo la investigación.
—Absurdo. Sucedió en el DF, no en Veracruz.
Héctor de Mauleón
Escritor y
periodista. Su más reciente libro es La ciudad que nos inventa (Cal y arena, 2015).