24 de agosto de 2015

38 MINUTOS CON JAVIER DUARTE

Héctor de Mauleón 
Once de la mañana en el palacio de gobierno de Xalapa. El gobernador Javier Duarte viene de ofrecer una conferencia de prensa: la primera en diez días sobre el multihomicidio ocurrido en la colonia Narvarte de la ciudad de México, en el que perdieron la vida cinco personas, entre ellas el fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista social Nadia Vera. La oficina de color caoba, con puros sobre la mesa de centro y óleos de veracruzanos ilustres, algunos de los cuales —Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines— llegaron a la Presidencia de la República, se encuentra desde el 31 de julio pasado en el ojo del huracán. Ese día trascendió que Rubén Espinosa y Nadia Vera habían huido de Veracruz, denunciando un clima de persecución. Desde entonces, no se ha dejado de insinuar que ese clima de persecución es alentado desde esta oficina.
Duarte no está precisamente de buen humor. Pero sí está dispuesto a hablar de todo. Este es el extracto de una conversación de 38 minutos con Javier Duarte: 
—¿Conoció a Rubén Espinosa?
—Rubén Espinosa llega a Veracruz contratado por un medio de comunicación con la finalidad de cubrir mi campaña política a la gubernatura. Debo decir que nunca tuve trato directo con él, no tuve el honor, pero evidentemente sí lo conocía porque él cubrió el desarrollo de mi campaña.

—¿Recuerda sus fotos? ¿Hubo alguna que lo irritara?
—En absoluto. Si a mí me molestaran las fotos que me toman, a estos señores los hubiera mandado por un tubo hace tiempo (señala a los fotógrafos de su equipo de comunicación).

—Se ha escrito que las fotos de Rubén Espinosa resultaban incómodas a su gobierno.
—No existe ningún agravio, ni enojo, ni mucho menos por las fotografías que él tomaba.

—¿Recuerda alguna?
—¡Él tenía muchísimas fotos! Te digo que cubrió mi campaña política. Muchas de esas fotos fueron utilizadas por nosotros mismos para difundir diferentes eventos. Ningún agravio ni enojo.

—Ocho meses antes de morir en el mismo departamento donde murió Espinosa, la activista Nadia Vera lo responsabilizó a usted y a su gobierno si algo le ocurría. ¿Qué dice al respecto?
—Efectivamente. Nadia Vera, oriunda de Chiapas y egresada de la Universidad Veracruzana, de acuerdo a testimonios, habría decidido irse a radicar al DF. En el ámbito universitario era conocida por su activismo social y labor cultural. Y efectivamente, en alguna entrevista señaló que era responsabilidad mía y de mi gobierno su seguridad como ciudadana que residía en este estado. Esa expresión la comparto plenamente. Soy responsable de la seguridad de todos los que habitan y viven en esta entidad.

—¿Garantiza entonces el ejercicio del periodismo en su estado?
—Sí. Yo garantizo que se den las condiciones para el ejercicio pleno del periodismo. Evidentemente, no puedo ponerle un policía a cada periodista para que lo esté cuidando, pero existen condiciones de armonía y convivencia social para que se pueda desarrollar el periodismo y cualquier otra actividad lícita en los mejores términos.

—Gobernador, Reporteros sin Fronteras ha denunciado que existe un control tremendo del estado sobre “periodistas que se atreven a cuestionar determinadas situaciones”. La Relatoría Especial de la ONU ha considerado al estado el más peligroso para el periodismo.
—Es falso. No existe un control por parte del gobierno. Tan es así que basta ver algunos medios de Veracruz para darse cuenta de que no existe tal control. Hemos sido los más tolerantes, lo más respetuosos hacia las diferentes críticas que se hacen a la administración que tengo el honor de encabezar.

—Circula un video en el que, un día antes de la muerte de Espinosa, usted recomienda insistentemente a los periodistas que se porten bien. Les dice que va a sacudir el árbol y se caerán muchas manzanas podridas…
—Se ha descontextualizado ese mensaje. Ese mensaje que dirigí en la ciudad de Poza Rica, lo dirigí a la sociedad en general de esa región particular, porque al otro día iniciaba el operativo Blindaje Poza Rica. Di el mensaje el 30 de junio y el operativo inició el 1º. de julio. Ese operativo consiste en el desmantelamiento de la policía intermunicipal y la entrada en funciones de la fuerza civil de Veracruz, una institución de élite de seguridad pública que a partir de ese día tiene la responsabilidad de llevar la titularidad del mando único en esa región. Por ello fue que recomendé no solo a periodistas, sino a notarios, profesionistas, servidores públicos, a todos, conducirse dentro del marco de la legalidad. Y sí, a lo mejor usé un símil de que íbamos a zarandear el árbol y las manzanas podridas iban a caer.

—No era un mensaje dirigido a periodistas.
—No.

—¿Aunque el gobierno de Veracruz haya manejado que existen datos, evidencias de que algunos periodistas reciben dinero del crimen organizado?
—Le debo de decir que no.

—La procuraduría estatal habló, por ejemplo, de una columnista de Notiver que recibía dinero del crimen organizado y tenía la orden de repartirlo entre otros reporteros de la fuente policiaca. Eso lo dijo la procuraduría. ¿Por qué me tiene que decir que no?
—Porque no es correcto criminalizar a las víctimas. Que sean las instancias investigadoras, en este caso, la PGR, la que determine si hay algo o no sobre ese asunto.

—¿Cómo definiría entonces la situación de la prensa en Veracruz? ¿Y a qué atribuye el hecho de tener a la prensa nacional encima?

—El tema tiene que ver con los antecedentes de este lamentable suceso que se suscitó en el DF. Tenemos que partir de un punto: este aberrante caso sucedió en la colonia Narvarte del DF y es por ende responsabilidad de las autoridades capitalinas resolverlo, esclarecerlo y en su caso deslindar responsabilidades. El tema que genera polémica y ha generado estridencia en algunas columnas y medios de comunicación, son los once casos que ha habido en Veracruz de periodistas asesinados.

—¿No son 19?

—No sé de dónde sacan la cifra. Son once casos. Y no podemos decir que ha habido impunidad en esos casos. En ocho, la PGR ha ejercido la facultad de atracción, por existir elementos de federabilidad. No es que en el estado no podamos resolver esos casos por falta de infraestructura o de capacidad para atender este tipo de acontecimientos. Esto tiene que ver con que la Constitución deslinda puntualmente cuáles son las facultades que tiene cada orden de gobierno. Y en algunos casos existen delitos del fuero federal que solo la autoridad federal tiene facultad para investigar. Es el caso, por ejemplo, de temas relacionados con la delincuencia organizada. En ocho casos la PGR ejerció su facultad de atracción y es la instancia encargada de resolverlos.
En cinco de esos ocho casos existen elementos que pueden ayudar a la PGR a resolverlos: dictámenes periciales, informes de investigación y testimonios. Existen otros tres casos —el de Regina Martínez, corresponsal de Proceso; el de Gregorio Jiménez, de Diario del Sur y El Liberal; el de José Moisés Sánchez Cerezo, de La Unión de Medellín—  que la fiscalía general del estado ha resuelto: en algunos hay detenidos y sentenciados, y en otros esperamos la sentencia condenatoria. El presunto autor intelectual del asesinato de José Moisés Sánchez, el ex alcalde de Medellín, José Tomás Cruz, fue desaforado por el Congreso del estado: estamos buscándolo. En el caso de Gregorio Jiménez hay seis detenidos, y en el de Regina Martínez una persona ha sido condenada a 38 años de prisión, en tanto que otra se encuentra prófuga. ¿Esto te parece impunidad?

—¿Qué puede decir sobre el alto número de periodistas desplazados?
—Yo diría que más allá de desplazados, si hacemos un análisis puntual de los desplazados y de los medios de comunicación que han surgido y funcionan en el estado, por mucho el balance será a favor de los medios que han surgido. Hay muchos más periodistas hoy en día que los que había antes en Veracruz. Somos un estado cuya identidad tiene que ver con el ejercicio periodístico. Existen más de mil medios de comunicación locales, más de ocho mil periodistas, locutores, reporteros, fotoperiodistas, trabajadores, editores, directivos de medios de comunicación que laboran en el estado. Solo en televisión tenemos 70 televisoras entre cableras y televisiones abiertas. Hay 159 estaciones de radio, más de 500 medios impresos y más de 500 páginas web en la entidad. Somos el estado que más medios de comunicación tiene en el país. Por ello es importante tutelar que la libertad de expresión se pueda desarrollar.

—Eso no cambia que sea el estado con mayor número de periodistas perseguidos, acosados, desplazados.
—Para este caso particular, y por instancia mía, envié una iniciativa para crear un órgano autónomo, que sea del estado pero no del gobierno. Los diputados tuvieron a bien aceptar esa iniciativa y aprobarla y se creó la Comisión de Atención y Protección a Periodistas: lo integran periodistas, académicos y directores de medios reconocidos y prestigiados. En 2014 es comisión, que no depende de mí, desarrolló 675 acciones en apoyo a periodistas de 92 municipios. Cabe señalar que en la mayoría de los casos son por eventualidades ajenas a su ejercicio periodístico.

—Retomo esta pregunta que un columnista, Ciro Gómez Leyva, le hizo esta mañana: ¿Hay periodistas en la nómina del gobierno del estado?
—No.

—¿A qué atribuye su mala relación con la prensa nacional?
—Yo aquí haría una acotación. Con qué tipo de prensa. Yo te puedo decir que tengo una extraordinaria relación con muchos comunicadores, muchos periodistas, muchos trabajadores de los medios, muchos directores de medios de comunicación. La tengo desde hace años, desde antes de ser gobernador, y la trato de cuidar y conservar. Evidentemente, hay un sector de este gremio que es crítico por el propio ejercicio y la responsabilidad que tengo, y por el momento en que me tocó gobernar, que ha sido uno de los más difíciles y complicados de nuestro país, y por ende de Veracruz. Me ha tocado gobernar en condiciones difíciles, complejas, una de ellas, los lamentables sucesos en donde han sido asesinados trabajadores periodistas.

—¿Qué tipo de prensa es, pues, la que tiene malas relaciones con usted?
—No puedo calificar que hay un tipo de prensa, digo que, como en todo, hay unos que me quieren y otros que no.

—¿Diría que se han magnificado las versiones que vienen de la prensa que no le es afín?
—Creo, para volver a lo que ya hemos hablado, que tiene con ver con los antecedentes. Si no hubiéramos tenido esos antecedentes, el caso de la Narvarte no hubiera sido tan explotado, tan sobredimensionado en términos de la atención hacia mi persona, porque sucedió en el DF, así de simple y sencillo.

—Dentro de esas condiciones difíciles que le ha tocado enfrentar se encuentra la aparición, un año después del inicio de su gobierno, de decenas de cadáveres en Boca del Río. Cuatro años más tarde, ¿ha hecho de Veracruz un estado más seguro?
—Halago en boca propia es vituperio, pero los índices hablan por sí mismos. Los hemos bajado de manera importante y hoy tenemos instituciones que antes no teníamos, y que están mejor preparadas, capacitadas, con mejores instrumentos y mayor tecnología para garantizar la seguridad de una entidad como la nuestra.

—¿Bajaron los homicidios?
—De manera drástica.

—¿Y el secuestro?
—También.

—¿Refrendaría lo que dijo hace poco, que antes se hablaba en Veracruz de balaceras y asesinatos y hoy del robo de Frutsis y Pingüinos?
—¡No, bueno! Veracruz es un estado muy grande y a veces en los medios nacionales, cuando yo digo una frase en la que me refiero a un región particular, la ocupan para toda la entidad. No somos como el DF donde nada más es una sola ciudad, o como Puebla que es nada más una ciudad, o como Nuevo León que es solamente Monterrey, o Jalisco que solamente es Guadalajara. En Veracruz existe una dispersión poblacional muy amplia. Y voy a una región y hago una declaración referente a esa región en particular, y la sacan de contexto argumentando que me refiero a toda la entidad. Hacía esa referencia porque en meses no había ocurrido ningún incidente delictivo en esa región particular, y los únicos temas con los que las cámaras de vigilancia nos presionaban era por robo a tiendas de autoservicio. Era el único tema que teníamos caliente en esa región particular. Pero bueno, siempre se busca el frijolito en el arroz y sacar de contexto declaraciones.

—No hay entonces señal de persecución contra periodistas en su gobierno.
—En ningún de esos casos ha habido señalamiento contra algún funcionario de gobierno en el asesinato de periodistas. El señalamiento que tenemos es el de generar condiciones para poder ejercer. No que persigamos periodistas y los asesinemos. También se habla de impunidad, cuando no la hay en Veracruz: la nota es siempre el asesinato, y no la resolución del caso.

—Alguien ha señalado que usted debería pedir licencia en tanto se lleva a cabo la investigación.
—Absurdo. Sucedió en el DF, no en Veracruz. 

Héctor de Mauleón
Escritor y periodista. Su más reciente libro es La ciudad que nos inventa (Cal y arena, 2015).


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