No a las minas, no al fracking, no a las hidroeléctricas y no a
los grandes consorcios comerciales.
Por Los
Brigadistas-UNAM
Crisis, Peña y el recrudecimiento del despojo.
Mientras la crisis
capitalista se profundiza, los dueños del dinero multiplican sus formas de
despojo y de dominación. Lo vemos en Grecia, con el gran capital mundial
encabezado por la Troika neoliberal, como zángano succionando hasta la última
gota de la riqueza de este pueblo hermano. Lo vemos en las mismas entrañas del
imperio, en Estados Unidos y
Alemania, con la persecución, encarcelamiento, muerte y repatriación de miles
de migrantes; en toda Europa con la eliminación de derechos sociales y
laborales, y el desmantelamiento de lo poco que queda del Estado de Bienestar.
Lo vemos también en América Latina, con la disputa de gigantes económicos como
China y EU, peleando el territorio país por país.
Se trata de una guerra económica al seno del gran capital y
contra los pueblos, contra sus trabajadoresy por el dominio de sus recursos naturales; guerra
recrudecida por la prolongada crisis económica capitalista, y México no es
ajeno a este escenario. Vivimos un periodo inaudito de despojo y lucha inaudita
por la ganancia, que ha generado un mar de violencia, desapariciones,
asesinatos a luchadores sociales y periodistas, arrebatos, reformas
neoliberales y privatizaciones. Prácticamente no hay comunidad o sector a
salvo: maestros acosados día a día, médicos y enfermeros amenazados,estudiantes excluidos,
petróleo y gas privatizados, energía eléctrica vendida al mejor postor, el agua
con reformas privatizadoras que avanzan por debajo de la mesa, y hasta la UNAM
en la mira de Peña Nieto para imponer a su próximo rector.
Todo lo que huela a resistencia social, es inmediatamente
intervenido, con avalanchas de difamaciones mediáticas, y si no basta, ahí
están los policías y militares puestos en la primera fila para enfrentar al
pueblo, incluso más que a los narcos.
Pero en medio de tanto despojo, de tanto arrebato y despotismo,
se encuentra la digna resistencia de los pueblos, abriéndose paso. Andando un
camino difícil pero digno, y aún más, el único para defender lo que nos está
siendo arrebatado; el camino de la lucha y la organización social.
Sierra norte de Puebla y Veracruz, en defensa de la vida y el
territorio
Frente a este histórico despojo, han despertado en el país un
sin número de resistencias dispersas, unas más grandes que otras; unas nuevas,
y otras de mucho tiempo atrás, pero que juntas representan la esperanza de
cambio, de que unidos, organizados y dispuestos a luchar, podremos frenar a
este gobierno de corruptos, narcoterroristas de Estado, ladrones y asesinos,
que están al servicio del gran capital.
Un ejemplo de esta resistencia popular, es
la de los pueblos mazahuas, totonacas y mestizos de la sierra nororiental de
Puebla y Veracruz. Pueblos y comunidades que se han organizado para detener los
megaproyectos de grandes empresas mineras, petroleras, de la construcción, así
como poderoso consorcios comerciales.
Cada vez más comunidades se suman a la resistencia y a la
Asamblea en Defensa de la Vida y el Territorio que le da cuerpo. Al momento son
102 comunidades, de 21 municipios de Puebla y Veracruz, las que integran la
organización. En la novena sesión de la asamblea, realizada el pasado domingo 9
de agosto, asistieron más de 3 mil personas, quienes ratificaron su decisión de
no permitir los “megaproyectos de despojo y muerte”.
No a las minas, no al fracking, no a las hidroeléctricas y no a
los grandes consorcios comerciales
La lucha de estas comunidades, en su mayoría indígenas mazahuas,
se centra en impedir la minería a cielo abierto,
el establecimiento de 4 hidroeléctricas en sus ríos, el fracking que destruiría
sus pueblos y a la naturaleza, y el establecimiento de grandes consorcios
comerciales en la zona.
Minas a cielo abierto
Los proyectos mineros de la región fueron
aprobados por el gobierno, las empresas a las que les fueron entregadas las
concesiones son Minera Autlán, Minas Santa Martha y el Grupo Ferrominero. Los
pueblos afectados interpusieron un amparo, señalando en primera instancia al
gobierno federal y al Estado Mexicano en su conjunto, por dar concesiones
mineras sin consultar a las comunidades afectadas (lo que viola tratados
internacionales), y sin tomar en cuenta la gran contaminación que se
produciría, principalmente en los diversos manantiales del lugar. Las
autoridades directas señaladas por los pueblos son la Presidencia de la
República, la Secretaría de Economía, la Comisión Nacional para el Desarrollo
de los Pueblos Indígenas, así como el poder legislativo que años atrás aprobó,
sin el acuerdo de los pueblos, la Ley Minera de corte neoliberal. Todas estas
dependencias y autoridades han respondido con arrogancia, y mostrando una
profunda ignorancia del tema. Basta decir que la Secretaría de Economía
“argumentó” que ellos no concesionaron el suelo “sino el subsuelo” de los
municipios afectados, y que por tanto la demanda de las comunidades era
inválida. Finalmente, en medio del creciente rechazo social a la minería a
cielo abierto en la región, el pasado 19 de marzo el 2do juzgado de distrito en
San Andrés Cholula, concedió la suspensión de plano a la solicitud de amparo
presentada por las organizaciones de campesinos e
indígenas de la región de Cuetzalan, Yaonahuac e Ixtacamaxtitlán, Puebla. Las
empresas concesionarias no podrán realizar actividades en la zona mientras dure la
suspensión.
Hidroeléctricas
Por otro lado, son 4 hidroeléctricas las que el consorcio ICA
pretende montar en el río Apulco, a pesar de las evidencias de que se
provocaría una afectación social y ambiental de grandes dimensiones, incluyendo
especies endémicas de sapos que correrían el peligro de desaparecer, o el daño
al río Tecolutla que ya no recibiría las aguas del río Apulco. En suma: falta
de agua para los pueblos, concentración de agua para entes privados, generación
de electricidad que no sería para las comunidades, negocio redondo para unos
cuantos (los beneficiarios de siempre), a costa de la degradación de vida de
los pueblos y la destrucción de la naturaleza. La CFE ha prometido que, si las
comunidades dejan construir las hidroeléctricas, les llegarán recibos de luz
más baratos, los pobladores no se han tragado el cuento ni han aceptado el
chantaje. Encabezados por el Comité de Ordenamiento Territorial Integral de
Cuetzalan (COTIC), que forma parte de la Asamblea en Defensa de la Vida y el
Territorio, se interpuso un recurso de revisión técnica a las manifestaciones
de impacto ambiental ante la Semarnat. Sin argumento alguno y presionada por
todas las comunidades en lucha, se logró detener el entubamiento del río y la
construcción de las hidroeléctricas está detenida.
Fracking
En cuanto al fracking, los pueblos y comunidades que luchan por
la defensa de la vida y el territorio, han dado una importante lección a todas
las demás regiones del país, en un momento donde las petroleras privadas más
grandes del mundo se prestan como buitres a apoderarse
del gas y del petróleo de nuestro país, tras la aprobación de la reciente
Reforma Energética peñanietista. Los mismos mapas de inversión de Pemex deben
reconocer que en Cuetzalan y la región de la sierra norte de Puebla y Veracruz
en resistencia, no pueden intervenir, ni puede haber extracción de
hidrocarburos mediante la técnica de fracking, pues dicen “el ordenamiento
territorial no lo permite”. El manifiesto de impacto ambiental presentado por
PEMEX, reconoce que el Ordenamiento Ecológico de la región, establece
lineamientos y restricciones permitiendo únicamente la microindustria y pequeña
industria. Se trata de un ejemplo para todas las demás zonas que están siendo
devastadas por la fractura hidráulica, altamente contaminante y destructiva.
Consorcios comerciales
Una lucha más, de “importancia estratégica”, es la que da la
COTIC y otras organizaciones de la zona en contra de los grandes consorcios
comerciales como Walmart y Coppel. En 2010, Walmart pretendió instalarse en
Cuetzalan, mediante un Aurrera de su propiedad; el dictamen fue revisado por la
COTIC y se decidió no permitir su establecimiento. Sin embargo, Coppel sí está
construyendo una sucursal en la cabecera municipal, a pesar de que el Comité de
Ordenamiento Territorial Integral de Cuetzalan lo rechaza, y está dando la
pelea legal y con movilización social para impedirlo. No se trata de algo
menor, la lucha contra este tipo de empresas tiene que ver con la defensa de la
forma de vida, de consumo, de producción y de intercambio de las comunidades de
la región, que mayoritariamente viven del autoconsumo, de la fortaleza de su
mercado interno, comprando y vendiendo productos locales, generados en sus
propias parcelas. Walmart, Coppel y este tipo de empresas, representan una
amenaza a este ordenamiento, “permitir su instalación significa sepultar lo que
somos”, dicen los habitantes. “Nos quieren endeudar, nos quieren hacer comprar
cosas que no necesitamos, que no producimos… se quieren llevar nuestra riqueza
y destruir nuestra forma de vida. Lo que estamos haciendo es defender y
resguardar la Economía y Cultura popular”.
Sigue la asamblea, todo lo que tenemos es el poder del pueblo
La novena Asamblea en Defensa de la Vida y el Territorio, no
sólo fue de organización y deinformación, fue también de convivencia,
de compartir el agua y los tamales, de obras de teatro y poesía, de música,
dignidad y resistencia.
Miles de pobladores, de estas 102 comunidades organizadas, se
dieron cita, nuevamente, para decirle a gobierno de Peña Nieto y a los grandes
capitales petroleros, mineros, de la construcción y del comercio, que sus
tierras, sus bosques, sus ríos, su forma de vida, su cultura no están en venta,
y no lo estarán nunca.
Frente al poder de los mineros, de la Ley Minera, del despotismo
de la Secretaría de Economía, tenemos el poder del pueblo.
Frente a las hidroeléctricas, el gran poder del capital, ICA, la
Semarnat, nosotros tenemos la capacidad de organizarnos, de luchar.
Frente a Walmart, Coppel el poder de los acaparadores,
explotadores y gobernantes que los protegen, nos tenemos a nosotros, nuestra
dignidad y conciencia.
Frente a todos ellos, comandados por el Estado y por el gobierno
de Peña Nieto, lo único que tenemos, es el poder del pueblo. Construyámoslo con
unidad y resistencia.
¡Vivan los pueblos que defienden a la naturaleza, al territorio,
la vida y la cultura!
¡Viva la resistencia de los pueblos de la sierra norte de Puebla
y Veracruz!
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