La
escritora Erin Gallagher sostiene que los “Peñabots”, las cuentas creadas para
apoyar a Enrique Peña Nieto en internet durante las elecciones de 2012, hoy se
dedican a bloquear las protestas en redes sociales y eliminar tendencias en México.
De
acuerdo con el estudio presentado por la Gallagher en Alemania, en el Chaos
Communication Camp in Zehdenick, a mediados de agosto, más de 75,000 cuentas automatizadas en Twitter son utilizadas para combatir las
críticas al gobierno de México.
La
autora mencionó que obtuvo la información del activista mexicano Alberto
Escorcia y el sitio Loquesigue.tv, con lo cual ha analizado el patrón de los “Peñabots” en las protestas del primero de diciembre
de 2012 y las marchas por el caso de los normalistas desaparecidos de
Ayotzinapa.
En su
ponencia, llamada “La guerra sucia de los bots mexicanos en internet”, señala que durante las elecciones de 2012
las cuentas sólo se dedicaron a difundir propaganda política en favor de la
campaña del candidato Enrique Peña Nieto.
Pero
ahora, la manipulación de las redes sociales se ha modificado y denuncia que los bots actualmente atacan y son parte de una guerra sucia contra los
usuarios de internet y redes sociales.
Análizó los hashtags (etiquetas) #RompeElMiedo y #Yamecanse.
Explicó, por ejemplo que el la etiqueta que surgió por la declaración del ex
procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, “Ya me cansé”, es el hashtag más poderoso que se ha manifestado en
el ciberespacio en México.
Esa etiqueta duró como tendencia 27 días y cuando llegaban los
ataques para bajarlo, se alteraba con una numeración #Yamecanse1 o #Yamecanse2
hasta llegar al #Yamecanse33, en las tendencias de Twitter en México.
Puso como ejemplo además que en febrero de 2015, una protesta de
la disidencia magisterial
de la CETEGpor la reforma educativa en Acapulco, fue reprimida
brutalmente por la policía y las fotos se volvieron virales y se generó la
tendencia #Acapulco, pero fue “tumbada” poco después.
En respuesta, dijo Gallagher, los “Peñabots” promovieron dos
tendencias falsas: #SoyAmanteDe y #DondeFirmoPara con lo cual inundaron Twitter
y bajaron la etiqueta#Acapulco entre las más populares.
El especialista en redes
sociales y activista Alberto Escorcia ha detectado dos tipos de bots: los creados
para repetir o enviar mensajes específicos de forma automática, que son fáciles
de detectar –y eliminar- por los servidores de Twitter.
Y otros que necesitan más trabajo y dinero: personas reales con
muchos seguidores que alquilan sus cuentas para promover o crear asuntos
populares, conocidos como trending
topics.
En los dos casos se necesitan baterías de entre 150 y 200
cuentas falsas que envían cientos de tuits por minuto.
La estrategia es inundar la red social con el mismo mensaje para
crear la apariencia de que se trata de mensajes basura o spam, y entonces el trending es eliminado.
Pero hay operaciones más sofisticadas. Quienes alquilan sus
cuentas entablan conversaciones normales antes de repetir los mensajes por los
que fueron contratados.
Esos perfiles difícilmente se eliminan pues no hay certeza de
que se trata de bots, dice Escorcia.
Así es como se han organizado campañas de desprestigio contra
activistas o comunicadores, como ha ocurrido con Artistegui o Lydia Cacho
Ribeiro, autora del libro “Los demonios del Edén” sobre esclavitud sexual en
México.
La periodista y escritora ha señalado a las autoridades de
Quinta Roo, en el sureste, de difundir calumnias en internet sobre su vida
personal después de publicar un reportaje sobre corrupción en el gobierno
estatal.
Lydia Cacho dice que los “Peñabots” han causado graves problemas
familiares a algunas víctimas de los ataques, que suelen ser más graves cuando
se dirigen a mujeres.
También han perjudicado movimientos de protesta por violaciones
a derechos humanos, y en casos extremos hubo amenazas de muerte, como ocurrió
con la investigadora Rossana Reguillo.
La situación puede agravarse pues la web es un espacio libre
donde es muy difícil aplicar controles, algo que es aprovechado en México.
“Hasta hace unos tres años la gente y sobre todo una buena parte
de los políticos creían que internet y las redes sociales son como un mundo
alterno”, cuenta Cacho Ribeiro.
“Pero ya se dieron cuenta que el mundo físico se relaciona
directamente con el mundo cibernético, y les hizo entender a los políticos de
todos los niveles que deben tener equipos especializados para redes sociales”.
Fuente: Aristegui Noticias
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