Por José Martínez* / Luces del Siglo (*)
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Cancún, Q. Roo., a 7 de diciembre de 2011
Si en algún lugar caló, y mal, la propuesta para que Pedro Joaquín Coldwell encabece el PRI nacional fue sin duda en su propia tierra natal: Quintana Roo. Por eso mañana jueves, cuando el cozumeleño rinda la protesta formal como nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI las cosas van a cambiar en el Caribe.
De entrada el gobernador Roberto Borge Angulo y su antecesor Félix González Canto tendrán que ajustarse a los lineamientos que determine el nuevo líder de su partido. En otras palabras, tendrán que disciplinarse y dejar de manipular, como venía ocurriendo, el proceso electoral que se avecina con miras a las elecciones generales del 2012.
Como se sabe el PRI de Quintana Roo está resquebrajado. El gobernador carece de liderazgo y su antecesor Félix González Canto está interesado en establecer un maximato. Nada de esto escapa a Pedro Joaquín Coldwell, quien está consciente de que tiene al enemigo en casa.
Pedro Joaquín Coldwell llega fuerte al PRI. Asume el liderazgo de su partido con el apoyo indiscutible tanto de Enrique Peña Nieto como de Manlio Fabio Beltrones. Pero allá en su terruño tiene a un gobernador que se ha convertido en un lastre para su partido, mientras que el perredista Gregorio (Greg) Sánchez cada día se fortalece como uno de los precandidatos más fuertes al Senado de la República. No podemos olvidar que Cancún, la ciudad más importante de Quintana Roo, está bajo el control político y gubernamental del PRD. Y Cancún, a los ojos del mundo, es el lugar más conocido de nuestro país.
Bien reza el refrán de que “el buen juez por su casa empieza” y eso tendrá que tomar en cuenta el nuevo líder del PRI. Comenzar por limpiar la casa.
Es un hecho inocultable que en Quintana Roo ya están pactadas las candidaturas. El inefable Niño Verde, Jorge González Martínez, será uno de los candidatos al Senado por la alianza PRI-PVEM-Panal, el segundo en dicha fórmula parece ser el ex gobernador Félix González Canto, quien está ávido de obtener inmunidad, o en otras palabras impunidad, porque dejó un cochinero en las finanzas públicas, como Moreira en el estado de Coahuila.
Al endeudamiento en que dejó al estado de Quintana Roo se le suma un escándalo que muy pronto saldrá a luz pública, respecto al crimen de una menor que fue torturada y ultimada estando embarazada, el caso Mayra, que se cometió desde las entrañas del poder y en el que se le involucra y que podría derivar, de abrirse una investigación, en cancelarle sus derechos políticos y con ello la oportunidad de contender en los próximos comicios de julio de 2012.
A sotto voce en los cafés y comederos políticos del Caribe se habla del vínculo Félix González Canto–Roberto Borge Angulo. Todos saben que “Beto”, como le dicen sus íntimos, es la hechura de González Canto, del que fue su chofer y valet, lo que irrita y enfurece al joven gobernador quintanarroense cuando alguien se lo recuerda o lo publica en algún medio. No es fortuita la censura, y aún peor la autocensura en Quintana Roo.
Es cierta la fama de Roberto Borge de ser un personaje irascible. Incluso uno de sus principales escoltas se vio obligado a renunciar a su cargo porque le parecía indignante el trato que el gobernador le da a la primera dama del estado. Ningún gobernador con los que había estado a su servicio, según el escolta renunciante, se había comportado de tan grosera manera con sus respectivas cónyuges. No así el caso de Beto Borge.
Recientemente el gobernador de Quintana Roo tuvo que aguantar una afrenta de su antecesor. El hecho es que Félix González Canto protagonizó un episodio en el que su sucesor Roberto Borge resultó “regañado”. González Canto ha exigido que el gobernador y sus amigos del PRI nacional “intervengan” para pasar a ocupar el primer lugar de la fórmula de los candidatos de la alianza PRI-PVEM-Panal, lo cual le garantizaría un escaño en el Senado de la República en representación del estado de Quintana Roo. Con lo que no contaba esta dupla (González Canto–Roberto Borge) era que su enemigo político Pedro Joaquín Coldwell llegara al liderazgo del PRI nacional.
Para empezar el Niño Verde tiene amarrada su candidatura y 30 diputaciones federales más como resultado de sus acuerdos políticos con Enrique Peña Nieto, en su respaldo a la candidatura presidencial.
Eso lo entiende el propio Pedro Joaquín Coldwell y el equipo de Peña Nieto. El que de verdad no lo asimila es Félix González Canto; por eso desató el “fuego amigo” en contra del Niño Verde al filtrar a los medios, con la complicidad del gobernador Roberto Borge, los señalamientos de que el “líder moral” del Partido Verde estaba involucrado en el homicidio de una turista de nacionalidad búlgara, Galina Chankova, de 25 años de edad, quien presuntamente se arrojó desde un departamento de Jorge Emilio González Martínez y cayó en el piso de su vecino José Gómez, un editor de Cancún, que preside una organización afiliada al PRI.
Este homicidio ocurrió en abril y se mantuvo en sigilo por las autoridades que lo “guardaron” para sacarlo en el “momento preciso” para golpear al Niño Verde, con miras a tratar de descalificarlo y sacarlo de la candidatura al Senado de la República.
Detrás de toda esta maquinación ha estado el ex gobernador Félix González Canto quien desesperadamente busca comprar inmunidad y actualidad política.
En realidad el ex gobernador González Canto intenta establecer un prebostazgo. Lo malo es que Pedro Joaquín Coldwell se ha atravesado en el camino de la dupla González Canto–Roberto Borge.
Sin necesidad de interferir en el gobierno de Roberto Borge, el nuevo líder del PRI tendrá que comenzar por fijar las reglas de su partido. De eso no cabe duda.
Bien lo sabe Roberto Borge, quien de milagro llegó a la gubernatura porque le quitaron a Greg Sánchez del camino, recurriendo a una vieja patraña con el gobierno de Felipe Calderón, fincándole delitos que meses después desecharon las autoridades judiciales.
Los priistas de Quintana Roo no se sorprenderán si Greg Sánchez se alista como candidato al Senado en los próximos comicios. Saben que el perredista los va a arrasar y eso le abrevaría el camino para los próximos años con miras a la gubernatura.
Por eso es importante la llegada de Pedro Joaquín Codwell al PRI. Llegará a recomponer al PRI, pero no hará milagros, de eso debe estar consciente el propio Enrique Peña Nieto, quien deberá cuidarse de incurrir en nuevas pifias y ahora sí, deberá ponerse a leer.
En cuanto al PRI de Quintana Roo, hay mucho por hacer, comenzando por su dirigente estatal Raymundo King de la Rosa. En realidad se trata de un caso perdido. A King de la Rosa se le atribuye la autoría del colosal fracaso de la toma de protesta de Roberto Borge como candidato. Las huestes priistas recuerdan con coraje la ceremonia efectuada en el estadio Nachan Ka’an, donde King de la Rosa ordenó acarrear a la gente desde las 8 de la mañana a pesar de que el acto estaba programado a las 2 de la tarde. El agobiante calor y la prolongada espera obligaron a la mayoría de los asistentes a irse del lugar y, sumamente molestos y desilusionados dejaron solo al candidato, mientras Félix Canto se refocilaba de gusto, sabía y entendía que seguiría manteniendo el control político de Quintana Roo.
Algunas crónicas periodísticas dan cuenta de las pifias de Mister King, como cuando fue regañado por Beatriz Paredes Rangel, durante la última reunión proselitista en Cancún donde llegó con la representación de Borge. (En estado de ebriedad protagonizó un espectacular choque en la ciudad de Cancún, y para eludir responsabilidad judicial obligó a su chofer a que lo sustituyera al frente del volante del vehículo en que conducía).
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