Por: José Miguel Cobián
En campañas políticas se dicen verdades a medias para confundir a la población y exaltar las virtudes de algún partido y su forma de administrar, mientras que otras se utilizan para atacar a los contrarios. En ambos casos no se entrega a la población toda la información, sino únicamente la parte que conviene para manipular a la opinión pública según los intereses de quien proporciona la información. Particularmente esto ocurre siempre –en México-, con la información que proporciona cualquier instancia gubernamental, ya sea municipal, estatal o federal, jamás veremos a un presidente municipal informar que no se hace más obra porque se ha gastado el presupuesto en cuestiones banales, en lugar de darle el uso adecuado, y así por siempre y para siempre, pues la rendición de cuentas en este país es un mito genial, como tantos otros, para consumo externo y discursos internos.
Un logro del que presume el gobierno actual es del nivel de reservas internacionales, que ronda sobre los ciento cuarenta y ocho mil millones de dólares, que sumados a una línea de crédito que tenemos con el fondo monetario internacional, nos lleva casi a una protección contra especuladores del orden de doscientos cincuenta mil millones de dólares.
Sí es cierto, que este nivel de reservas ha permitido al país sortear las últimas crisis económicas mundiales de una manera menos severa. También es cierto que todavía no nos recuperamos de la última, porque las medidas contra cíclicas implementadas por el gobierno federal fueron muy tímidas y los resultados fueron magros, mientras que otras economías sortearon la crisis sin reducir su tasa de crecimiento económico, mientras México cayó casi un 10%. Sin embargo, dentro del análisis que siempre se hace sobre las reservas del país, falta un dato importantísimo, veamos:
Las reservas se componen de dólares que han llegado por varias fuentes, la venta de productos mexicanos al extranjero, las remesas, el turismo, la inversión extranjera directa, la inversión extranjera en portafolio. De todas estas variables que componen nuestro ingreso de dólares, hay dos que son volátiles y susceptibles de salir del país en caso de crisis. La inversión extranjera directa IED, está compuesta de activos, lo cual implica que puede salir, pero con grandes pérdidas y un tiempo para realizar dichos activos, es decir, aunque es volátil, tiene un nivel mínimo de reacción ante una crisis. La inversión extranjera en portafolio IEP, es el dinero que ha llegado a México buscando mejores rendimientos debido a que en sus países de origen, los rendimientos se han reducido al mínimo. Esta inversión siempre es líquida o en instrumentos de corto plazo. Literalmente son dólares que en un muy corto período de tiempo pueden salir del país. Y allí es dónde está la verdad a medias cuando se presume del nivel de reservas internacionales, pues la IEP es un dato que no se informa a la comunidad, siendo como lo es, unos dólares que pueden salir en cualquier momento de México, en particular en dos situaciones: la primera es que México por cualquier razón sea visto como destino peligroso para esos recursos; la segunda es que los países de origen recuperen su nivel de rendimiento, de tal forma que ya no valga la pena estar en México aceptando el riesgo país para esos capitales. Existe una tercera opción, que surja otra economía que otorgue mejores rendimientos que México, y que atraiga esos capitales golondrinos.
Si la IEP fuera de ciento cincuenta mil millones de dólares, acabaría con nuestras reservas cuando decidiera abandonar el país. Por eso es tan importante conocer el monto de esta inversión golondrina, pues a partir de ese momento podríamos realizar un análisis completo para conocer si tenemos las reservas suficientes para hacer frente a un ataque especulativo o a una salida de capitales, o si a pesar de su importe, son insuficientes ante una eventualidad de ese tipo. No es sólo el monto de las reservas internacionales el que importa, sino también su comparación contra elementos que tarde o temprano tendrán que enfrentar, como el caso de una posible salida de IEP.
Cuando le hablen de la fortaleza del peso ante el dólar, pida también el análisis de la pérdida de poder adquisitivo del dólar en los últimos años. Debido a que el peso se ha depreciado un poco más que el dólar, pero ambos han sufrido una devaluación de su poder adquisitivo muy significativa. He aquí otra verdad a medias que se utilizará mucho en las próximas semanas y meses. La labor del ciudadano es no dejarse engañar.
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