¿No se estará equivocando el PRI de país?
Por Antonio Navalón - Martes 12 de junio de 2012
Y fueron tres años de dedicación absoluta. No hubo Estado, ni espacio de la radio, la televisión, la prensa escrita e Internet que no lo anunciara: ¡Peña Nieto presidente!
Parecía una operación perfecta. Aprendimos del pasado, y el pasado nos dice que no importa lo que parezca, en México los muertos votan por sus próceres.
Por eso es muy importante que millones y millones de mexicanos ilegales en Estados Unidos, y excluidos de la vida nacional por el imperativo del hambre, no tengan derechos políticos, para que los que están de este lado puedan acomodar sus elecciones.
En eso llegó el IFE y vivimos los mejores tiempos: cuando fuimos bellos, democráticos y prometedores. Vivíamos la era Woldenberg. Hoy, sin embargo, el IFE está como su presidente, entre la insignificancia del burócrata y la grandilocuencia de las palabras.
Por lo tanto, pase lo que pase el domingo primero de julio –apunte la fecha–, parece que todo dependerá de que las despensas sigan llenando el estómago de nuestro pueblo y que los gobernadores hagan lo que siempre han sabido hacer: ganar votos para sus candidatos. Como pasó con la maestra Elba Esther hace casi seis años. Quizá no puso tantos votos, pero sí unos con mayor dimensión histórica que permitieron la llegada de Calderón.
A fin de cuentas, la maestra y Mouriño se llevaron la elección gracias al apoyo de cinco Eugenios Hernández hoy perseguidos por la PGR. ¿Por qué no podría pasar lo mismo esta vez?
Pues ahora no puede pasar por una razón muy sencilla. Y es que si algo aprendí en mi lugar de origen –España– es que el franquismo cayó por muchas razones, pero, sobre todo, porque los franquistas nunca aprendieron a escuchar a sus hijos.
Hoy me pregunto si el PRI no se está equivocando de país. Me explico: no creen que una sarta de 140 caracteres escritos con cruda o gran lucidez, y que es expresión del pueblo, vaya a cambiar la historia. Yo sé que la historia la cambian los pueblos. Lo que pasa es que nadie sabe cuándo comienza todo y en qué momento ya no hay vuelta atrás. Mi pregunta es si el PRI está consciente de ello.
Y, desde luego, hagan lo que hagan desde el poder y pase lo que pase, es importante que no olviden que Twitter y las redes sociales sí pueden servir, por ejemplo, para montar una gigantesca red antifraude en todo el país, porque con una simple foto se puede demostrar que el régimen se equivocó.
¿Qué pueden hacer ahora los gobernadores? Pues gobernar bien. ¿Qué puede hacer el alto mando peñista? No desesperase y entender a su pueblo. ¿Qué le pasa a Peña? Algo peor que no saber, es que ha creado una caja de reverberancia que impide que sus palabras lleguen a la gente. Y cuando llegan, más allá de lo que diga, la gente no le cree.
Y el otro, Andrés Manuel, me temo que ya la hizo. Me temo que ya nos la hizo. Si gana, me niego a tener un presidente que solo me diga: confía en mí –considero que la confianza es para los dioses–; y si pierde, ya ha dejado esto hecho un tiradero de descalificaciones. Esperemos que alguien pueda gobernar entre los escombros.
En conclusión, estoy optimista porque usted lector, lectora, no está dispuesto a seguir siendo masacrado. Por lo demás, lo que tengo claro es que ninguno sabemos dónde estamos. Y que aunque así nos lo pidan o así nos lo impongan, ahora nada está en manos de los gobernadores, porque los del alto mando deben recordar que los gobernadores también están hechos de carne y miedo, que cualquiera de ellos puede ser mañana objeto de un ataque indiscriminado de parte de ese gran elemento fundamental en el ejercicio del poder que se llama temor, solamente superado por la necesidad de la esperanza.