por Lilia Baizabal
“La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre nada sobre la mentira como el aceite sobre el agua”: Miguel de Cervantes.
La problemática presentada en el marco del foro sobre la realidad de los medios de comunicación en Veracruz, se conoce desde siempre. Toca a los periodistas responsables, a la sociedad civil y a los diputados locales, federales y senadores de todos los partidos, promover leyes que transparenten la relación medios-gobierno en aras de que la población tenga acceso a una libre y real información.
Extraordinaria la iniciativa de los jóvenes de #Yosoy132 por ahondar en la problemática que viven los periodistas en el estado de Veracruz. También los puntos de vista y las aportaciones de cada uno de los participantes, algunos integrantes de organismos internacionales de defensa a la Libertad de Expresión.
Regular y hacer públicos los montos de publicidad que cada gobierno pacta, legislar para obligar a los dueños de medios dar a sus trabajadores las prestaciones de ley, hacer obligatorios seguros de vida en entidades donde se asesina a periodistas y otros temas, fueron los principales problemas comentados en el foro.
Como era de esperarse, se abordaron los inconvenientes que todo mundo ya conoce. Y no hay que darle tanta vuelta al problema para concluir que si algo desinforma a la población, son los jugosos convenios publicitarios que se manejan a discreción por todos los gobiernos en turno a medios de comunicación, a manera de que “se maquille la información”.
Las grandes fortunas que amasan propietarios de concesiones de radio, televisión o dueños de periódicos y revistas, no están fundamentadas siquiera en la publicidad que logran vender, sino en los contratos millonarios que los políticos firman, precisamente, usando recursos de los impuestos que pagan los ciudadanos y comprando “impunidad para sus conductas irregulares”.
De ahi que se ven políticos y dueños de medios de comunicación millonarios y ciudadanos sin los beneficios que deben recibir tras pagar sus impuestos. Así como periodistas pobres, algunos cuantos todavía con la dignidad muy en alto para no mendigar, pero otros, ya vencidos por la necesidad que enfrentan ellos y sus famílias.
Cuanto más corrupto es el político, más convenios “publicitarios”, acepta firmar. Deja incluso de llevar obras públicas a los mas necesitados para quedar bien con los medios, desde donde se le construirá una “extraordinaria imagen”, para que pueda continuar su ascendente y rápida carrera política.
Y aquí está el detalle. Mientras no exista una ley que obligue a los funcionarios públicos alicitar los convenios publicitarios, transparentar los montos por los que se firman y a quiénes se les entregan y por qué, la cadena perversa de acuerdos “bajo la mesa”, continuará en detrimento de los periodistas, pero también de la sociedad.
“No te pago para que me pegues”, reza la frase mas conocida de los funcionarios públicos hacia los dueños de medios de comunicación. En consecuencia, todo aquel que recibe su “publicidad”, está obligado a poner los espacios noticiosos o planas enteras de periódicos para destacar las “extraordinarias” cualidades de esos políticos.
Y de un día para otro, algún jefe entrega al reportero, la orden del día en la que su única instrucción, será obtener toda la información que destaque los “maravillosos” logros de ese rufián. O todo lo contrario, sino quiso firmar.
El político pillo, habrá comprado su licencia para dilapidar los recursos del pueblo. El dueño y su medio callarán y la población verá en las páginas o escuchará en sus noticias, una información que en nada se asemeja a la realidad que enfrentan.
Pobre de aquel comunicador que se atreva a salirse de los dictados. Simple y sencillamente es despedido. O en todo caso, por aparte se le da su “calentadita”, para que acepte sin mas objeción, ser cómplice en esa relación perversa entre el que funcionario y el dueño del medio.
Es Veracruz uno de los estados del país donde la población sufre mas las consecuencias de esa perversa relación. La mayoría de los medios de comunicación no informan la realidad y los abusos que la clase política en el poder, comete con los impuestos ciudadanos. En el 90%de los casos, los medios sobreviven de los convenios, pero no por el número de sus radioescuchas, televidentes o lectores.
Y si la gente no lee o escucha un medio, es porque está harta de conocer mentiras. Los medios dicen una cosa y la realidad es otra.
Y cuando algunos políticos presos de ambición desmedida, pues ya no les alcanzó lo que se robaron del presupuesto público, decidieron afianzar alianzas también con los “demonios”, optaron por exigirles el apoyo para evitar que cierta información trascendiera.
Empezó entonces la matanza de comunicadores, había que advertirles a los periodistas que debían estar dispuestos a entregar sus vidas, si insistían en relatar la triste historia que desde hace 8 años, viven los ciudadanos que habitan en todos los rincones de Veracruz.
Desprestigiar a las víctimas bajo la idea de que tenían nexos con los delincuentes, ha sido la más rápida salida de los funcionarios públicos, para excusar su indiferencia ante los graves problemas de violencia que también afecta a ciudadanos en general. “El periodista que murió tenía tratos con los malos” dicen, la “muchacha que desapareció, se fue con su novio, andana en malos pasos”. Así les dicen a los preocupados padres que se atreven a presentar su queja ante los corruptos ministerios públicos.
Los asesinatos, desapariciones, amenazas, despidos injustificados, intimidación, compra de voluntades, se incluyen dentro de la misma estrategia que a toda costa representa obstáculo para la libertad de prensa en Veracruz.
Queda claro que los interesados en impedir que las informaciones de toda clase trasciendan, encuentra en la no impartición de la justicia, un instrumento adecuado, para continuar aplicando la censura. Juega el silencio, un papel clave para que la clase política se mantenga en el poder eternamente.
Y de no trabajarse en la presentación y aprobación de leyes que salvaguarden la libertad de expresión, llegará el día en que Veracruz y México sigan ganando terreno en el mundo como lugares donde está prohibido el trabajo de los periodistas. Y más ahora con el retorno del viejo régimen.
Sin duda alguna, la debatible legitimidad del liderazgo de los que arrebatan el poder, se encuentra en el corazón de la censura y la opresión a los periodistas que realizan su trabajo lo más digno posible para estar a la altura de las exigencias ciudadanas.
Hace falta muchísimo trabajo por hacer en Veracruz, el país en materia de libertad de expresión y medios de comunicación. Es una titánica tarea que debe exigírseles a los responsables de hacer las leyes, pero también a la misma sociedad pues un pueblo que no reclama sus derechos a estar bien informado, está condenado a ser por siempre, víctima delos tiranos.
Mientras muchos continúen indiferentes y apáticos a la realidad que enfrentan los periodistas y la violencia que afecta a otros ciudadanos, ya no solo de Veracruz, sino del país, deberá estar preparado para el día en que el problema también toque a su puerta.
No hay mas.
P.D. Un amable lector nos envía el siguiente correo: “Desde que inició el operativo “Veracruz seguro”, en la zona centro del estado, la marina ha realizado una buena tarea de vigilancia en las noches, lo que es extraordinario. Lo que no se vale es que nos traten a todos como delincuentes. Detienen a cualquiera sin causa justificada y algunos soldados manosean a las muchachas. En Cardel existen muchos maleantes y halcones, a los que no se les toca, en cambio, arremeten contra civiles cuyo único pecado es transitar tarde y tener la mala fortuna de encontrarlos. Por favor que alguien les pida a los soldados que sepan diferenciar entre la gente de bien y quienes están dedicados a la delincuencia”.
Hasta la próxima.