Y… Reventaron.
No aguantaron más.
Por fin cayó el telón y ha empezado la función:
¡Apareció Fidel Herrera Beltrán!
Su reaparición pública fue en grande, no se presentó en cualquier
casa de vecino ni al lado de ciudadanos comunes y corrientes…
Lo hizo en la Casa de Gobierno Veracruz y flanqueado por el
gobernador Javier Duarte, de diputados locales y de incondicionales suyos que
por ocupar cargos federales evitaron salir en las gráficas.
Sin lugar a dudas, qué bonita familia.
La pose triunfalista y la sonrisa cínica que luce Herrera Beltrán
en las fotografías oficiales, es clara y retadora:
A sus detractores y adversarios políticos, manda a decirles:
“¡Aquí estoy, para lo que se les ofrezca..!”
Ahora sí, nada que ocultar.
Desde el 1 de diciembre de 2010, es decir durante dos años, dos
meses y cinco días, los integrantes del gobierno próspero mantuvieron
atragantándose la influencia del ex gobernador en las decisiones del estado.
En palacio estatal siempre negaron que Fidel siguiera
interviniendo en la vida, política, económica y social del estado que gobernó
de 2004 a 2010, y que dejó en la peor catástrofe de su historia.
Cada vez que se hablaba del poder detrás del trono del oriundo de
Nopaltepec, aparecían los desmentidos mediáticos.
En ocasiones hasta hubo necesidad de salir a decir que “no se
equivoquen, Veracruz tiene gobernador y se llama Javier Duarte”.
La pregunta del premio mayor anda en boca de todos:
¿A qué vino Fidel?
Primero hay que recordar que Fidel nunca se ha ido de Veracruz.
Físicamente andará en cualquier parte del globo terráqueo, para
eso le sobra el dinero que robó a los veracruzanos, pero su intervención en las
decisiones del estado siempre ha estado presente aún sin la investidura de
mandatario.
Y segundo, no se requiere de la pitonisa para adivinar el porqué
de su aparición la tarde del miércoles pasado en Casa Veracruz al lado del
gobernador Duarte y demás integrantes de su banda.
En entregas anteriores vine anunciando lo que acaba de suceder.
Siempre afirmé que Fidel preparaba su arribo triunfal a la entidad para operar
el PRI en el proceso electoral del próximo 7 de Julio.
En un principio, hace unos 3 meses, Herrera había confiado a la
runfla de sus íntimos que sólo participaría en las elecciones de 2013 para
mantener las presidencias municipales de Veracruz y Boca del Río en poder del
Partido Revolucionario Institucional.
Y no eran para menos sus intenciones.
Los municipios conurbados son gobernados por dos de sus más
grandes aliados y cómplices, Carolina Gudiño en el puerto jarocho y Salvador
Manzur en Boca del Río, y principalmente porque dichos ayuntamientos corren el
riesgo de volverse a vestir de azul, después de la paliza electoral en los
comicios federales de 2012 en los que el PAN ganó ambas diputaciones federales.
Sin embargo, ahora con la anunciada alianza PAN-PRD, el riesgo
para el PRI son todas las 2012 alcaldías y las 50 diputaciones locales del
Congreso local, 30 de elección directa y 20 plurinominales.
El ex gobernador Herrera exhibe su retorno como el Mesías.
Quiere que lo vean como el gran salvador de su instituto político
en Veracruz, el mismo partido del cual hoy día la cúpula nacional, por órdenes
del líder máximo el presidente Peña Nieto, lo tiene como el indeseable, el
apestado por todos los excesos cometidos en su mandato constitucional
(2004-2010). Uno de los más graves, la sospecha que tiene Peña de la presunta
participación de Fidel en la ejecución de los 4 agentes ministeriales
encargados de la custodia de sus hijos, ocurrida en el puerto de Veracruz.
Y también aparece en Casa Veracruz haciendo alarde de esa gran
facilidad para fingir demencia, considerada como una de sus principales
herramientas que carga en su pesado costal de mañas.
¡Qué cinismo de Fidel!
Pero también qué falta de dignidad de todos sus aplaudidores que
todavía lo reciben con bomba y platillo.
¿Acaso ya olvidaron Fidel y sus cómplices de su gobierno todo el
daño causado a los veracruzanos?
El saqueo, la rapiña de las arcas estatales, el enriquecimiento
brutal de él y sus colaboradores, la criminal deuda por 30 años, los ríos de
sangre a causa de la concesión entregada a las bandas criminales, la zozobra
ciudadana ante la inseguridad pública, los levantones, los secuestros, los
cobros de piso a comerciantes, empresarios, sindicalistas y a funcionarios y
trabajadores de PEMEX y CFE.
Sinceramente, se necesita no tener vergüenza para presentarse ante
un pueblo que saqueó impunemente y que fue protegido por el manto de la
complicidad.
La reacción de los opositores, no será bienvenida color de rosa
para Fidel.
¿O usted qué opina?
-NOTICIERO
y ANÁLISIS POLÍTICO
De
David Varona Fuentes
Con
BUENOS DÍAS VERACRUZ-
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