"BUSQUEMOS A LOS EMBAUCADORES, SEGURO LOS
ENCONTRAREMOS ENTRE LOS QUE QUIEREN VIOLAR LA CONSTITUCIÓN Y ENTREGAR EL
ESTRATÉGICO ENERGÉTICO AL CAPITAL PRIVADO Y A LAS TRANSNACIONALES.
INDUDABLEMENTE QUE ESA MANCUERNA, PEÑA NIETO Y VIDEGARAY, ENCABEZARÁ LA LISTA
DE EMBUSTEROS"
• Alfredo Poblete Dolores
Ya son varios años de escuchar los amañados sonsonetes:
“Nadie quiere privatizar la empresa de los mexicanos”… “el Estado mantendrá la
rectoría de Pemex”… “el petróleo seguirá siendo nuestro”. Lo han dicho los dos
últimos expresidentes de la República y el actual titular del Ejecutivo
federal. La cantaleta la repiten periódicamente políticos de diverso rango y de
diferentes partidos; periodistas, analistas, y empresarios insisten en el tema.
De esa macolla, los de más alto rango saben cuáles son las intenciones
subyacentes de sus declaraciones; la “tropa” repite las falsas consignas por
ignorancia o por medrar con algunas migajas del proceso privatizador. Revisemos
los artículos 25 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos para descubrir algunas verdades.
Iniciemos con el artículo 25 del importante documento. Dice, entre otras cuestiones, que: “Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral (…)”. “El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional (…)”. “Al desarrollo económico nacional concurrirán (…) el sector público, el sector social y el sector privado (…)”. Ahí se define cuáles son las áreas libres de la economía, las prioritarias y las estratégicas. En las primeras no hay impedimentos para que los particulares se ocupen de la creación de empresas con capital privado. En las áreas prioritarias el Estado tiene la rectoría sin ser necesariamente propietario exclusivo o único; la rectoría significa que el Estado impulsa y organiza esas áreas de la economía que, subrayo, se denominan prioritarias. Siguiendo con el mismo artículo, la Constitución no deja lugar a dudas cuando indica de manera categórica que: “El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el Gobierno federal la propiedad y el control sobre los organismos que en su caso se establezcan”. En las áreas estratégicas la Constitución, como está redactada, no permite la intervención o inversión de capitales particulares sean nacionales y menos extranjeros. El diccionario de la lengua dice que el vocablo “exclusivo” se refiere a: único, sólo, excluyendo a otro. Recordemos que excluir es descartar, rechazar o negar la posibilidad de algo. Los políticos proclives a la “reforma energética” no faltan a la verdad cuando dicen que el petróleo que se encuentra en el subsuelo es propiedad de la Nación. Lo que no dicen es que con la reforma, el petróleo que se extraiga beneficiará principalmente a las transnacionales.
Siguiendo la indicación constitucional trasladémonos al párrafo cuarto del artículo 28: “No constituirá monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las áreas estratégicas: Correos, telégrafos (…); petróleo y demás hidrocarburos; petroquímica básica; (…).”
Por otra parte, Enrique Peña Nieto dijo recientemente que existen algunos personajes que pretenden engañar a la sociedad y afirman que la propuesta de reforma energética presentada es para privatizar la empresa de los mexicanos. Enfatizó que no hay nada más falso que lo dicho por esos personajes. Por esos días, el secretario de Hacienda Luis Videgaray manifestó: “Que Petróleos Mexicanos de ninguna manera se privatizará y lo quiero dejar muy claro, porque pareciera que a veces se quiere equiparar reforma energética con privatización, lo cual sería un grave error y una falta de seriedad. Lo que les digo es que, ¡no se va privatizar Pemex!” Declaraciones de diputados y senadores al igual que el presidente y los secretarios de Hacienda y de Energía, dicen: es urgente que, sin privatizar, el capital privado nacional y extranjero inviertan en las diferentes fases del proceso productivo de los hidrocarburos.
Tenemos algunas premisas. Por un lado lo que dice la Constitución y por otro lo que declaran los que juraron respetar la Carta Magna. Me surgen algunas interrogantes: ¿Bajo qué figura o precepto constitucional van a basarse para permitir la inversión privada en las áreas estratégicas sin violar el máximo documento normativo? ¿En la reforma energética próxima a presentar al Congreso propondrán cambios a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución? ¿Pretenderán modificar el estatus del petróleo para sacarlo del área estratégica y ubicarlo en el área prioritaria? La señal del cambio en el estatus del petróleo se explica por la insistencia de usar la cantaleta “inversión privada sin perder la rectoría del estado”.
Luis Videgaray acusa de erráticos y faltos de seriedad a quienes se oponen a las propuestas reformistas por “equiparar reforma energética con privatización”. La historia reciente nos dice que cuando un neoliberal, como él, menciona la palabra “reforma” evoca en sus escuchas el proceso de “privatización”. Únicamente recordaré y pondré de ejemplo dos emblemáticos procesos: Ernesto Zedillo propuso la reforma en los ferrocarriles que desembocó en la privatización de los mismos; Carlos Salinas planteó la reforma bancaria que terminó en la salvaje privatización de los bancos. Lo mismo pasó con las minas, aeropuertos, pensiones, etcétera, todas las susodichas reformas pararon en privatizaciones. Cuando los políticos nos hablan de “modernizar” segmentos de la economía para “bajar el precio de los productos y servicios” evidentemente faltan a la verdad. Ahora dicen que van a “modernizar” a Pemex para que el precio de las gasolinas disminuya. Nada más alejado de la realidad. Doble contra sencillo a que el precio de los derivados del petróleo se incrementará sensiblemente.
Tienen razón el presidente y el secretario de Hacienda cuando dicen que hay personajes que mienten, tratan de confundir con sus razonamientos y son carentes de seriedad en las argumentaciones sobre el tema petrolero. Busquemos a los embaucadores, seguro los encontraremos entre los que quieren violar la Constitución y entregar el estratégico energético al capital privado y a las transnacionales. Indudablemente que esa mancuerna, Peña Nieto y Videgaray, encabezará la lista de embusteros.
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