Fredy Marcos Valor
El Presidente Enrique Peña Nieto presentó una propuesta de Reforma
Energética, con el apoyo de cientos de anuncios en radio y televisión señalando
una infinidad de bondades que dicha reforma traería consigo, sin embargo, lo más
correcto es evaluar cada uno de sus 8 puntos medulares, y tratar de dar una
opinión objetiva al respecto:
- Que el artículo 27 de la Constitución Federal vuelva a decir lo que el General Lázaro Cárdenas dejó escrito, palabra por palabra. El artículo 27 como lo redactó Cárdenas decía: “Solo podrán hacerse concesiones por el gobierno federal a los particulares o sociedades civiles o comerciales constituidas conforme a las leyes mexicanas, con la condición de que se establezcan trabajos regulares para la explotación de los elementos de que se trata y se cumpla con los requisitos que prevengan las leyes” Por lo tanto, de entrada, deberíamos estar de acuerdo en dicho cambio, siempre y cuando las leyes secundarias estén redactadas de tal forma que no exista ni remotamente la posibilidad de que dichos contratos no signifiquen la privatización de la industria petrolera ni de electricidad, recordemos a Salinas con los Bancos y con Telmex.
- Con la Reforma Energética bajará el precio de la luz y del Gas. El gobierno piensa que el pueblo de México es menor de edad y que no tiene memoria, recordemos que en las elecciones federales del 2012, el PRI utilizó como una de sus principales propuestas el hecho de bajar el precio de la gasolina, la cual no tan sólo no ha bajado, a un año de celebrarse las elecciones mencionadas, sino que sigue subiendo mes tras mes, lo que demuestra la falta de seriedad de seriedad de este gobierno de Enrique Peña Nieto.
- Se crearán medio millón de empleos adicionales. En apariencia suena interesante, sin embargo, recordemos que el estado no está concebido para crear empleos, sino la iniciativa privada, el gobierno debe enfocarse en sus actividades prioritarias, y dejar a los empresarios la creación de puestos de trabajo, sin embargo, le concedemos el beneficio de la duda.
- La apertura de la industria eléctrica permitirá que fluyan grandes inversiones al sector. Un aspecto positivo sin duda, siempre y cuando dichos recursos sean invertidos en conjunto iniciativa privada y gobierno, y no resulte que al final, con el pretexto de que toda la infraestructura sea privada, nos salgan con el cuento de que es mejor vender la Comisión Federal de Electricidad.
- Los mexicanos podremos decidir en qué proyectos nos conviene asociarnos y en qué condiciones. Una mentira más, ya que el pueblo de México nunca ha sido tomado en cuenta para las decisiones trascendentes del país, recordemos que a nivel federal no existen las figuras de plebiscito ni de referendo. Sin embargo, si el gobierno habla en serio, es una buena oportunidad para atender al pueblo, mismo que ayer primero de septiembre tuvo la oportunidad de expresar su sentir acerca de la reforma energética, mediante una consulta pública organizada por el Partido de la Revolución Democrática, misma que cuenta con el apoyo del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, la cual espero se desarrolle con éxito, y sobre todo, que el pueblo de México realmente sea escuchado.Habrá más recursos para el presupuesto y los programas sociales. En realidad ésta propuesta está encaminada a ser atendida mediante la reforma fiscal, ya que es precisamente la Secretaría de Hacienda la que saquea los ingresos de PEMEX y no le permite crecer mediante la utilización de sus propios recursos, si Hacienda dejará de apretar un poco a PEMEX, estoy seguro que no sería necesaria la inversión privada.
- La Comisión Federal de Electricidad sería una empresa de estado, pero con autonomía de gestión. Sin duda uno de los puntos que apoyo sin cortapisas, sin embargo, debemos exigir que realmente así suceda, y que no resulte otro engaño más, para lograr que la CFE deje de ser la “caja chica” del gobierno, y se debería aprovechar para darle real autonomía también a PEMEX, para que deje de ser para el gobierno su “caja grande”.
- Los ciudadanos podrán vigilar las operaciones e ingresos petroleros derivados de los nuevos contratos. Lo que significa acabar con la opacidad de las licitaciones, mismas que le son otorgadas a los amigos del presidente en turno, sin duda una buena intención, que debe quedar perfectamente especificada y redactada en las leyes secundarias.
- Como puede verse, la reforma energética está lejos de ser la panacea que nos quiere vender el gobierno, y si nos mueve a dudas acerca de si su fin es realmente privatizar las industrias eléctricas y petroleras, sin embargo, al suscrito le quedan dudas fundadas acerca de muchas situaciones, principalmente que al Sindicato Petrolero, no lo tocan ni con el pétalo de una mención, parece ser que si los maestros ya demostraron que pueden poner al país de cabeza y al gobierno de rodillas, no quieren experimentar que pasaría si se atreven a tocar las canonjías y desmedidas ventajas del sindicato petrolero.
PLUMAS LIBRES