Por Andrés Gómez Ojeda
En paráfrasis de la consigna
callejera: no se ve, no se siente, pero es un hecho; está presente. Y en todas
partes y a toda hora; en el poder, en los grupos sociales, en la vida
cotidiana. Su virtud el camuflaje. Sus modos: el corporativismo, la cooptación,
el clientelismo, del activismo coyuntural.
Sus instrumentos: el gobierno, el PRI y la televisión. Su nombre varía
según quien la padezca o beneficie de él: “sistema”, “aparato”, “maquinaria” o
“las instituciones”.
"México es la dictadura perfecta.
La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La
dictadura perfecta es México", dijo un Mario Vargas Llosa, el escritor de
nacionalidad Peruana, un 30 de agosto del año de 1990, la llamo: “la dictadura
perfecta”, aunque ahora diga que se equivoco y que no existe. Hoy está feliz
por equivocarse hace 23 años al definir a México de esa manera, y fue
más allá al señalar que la democracia está "echando raíces".
Sin embargo con el triunfo obtenido
con Enrique Peña Nieto se vio y se atino a lo dicho por esta personalidad, la
dictadura perfecta tiene descripción, es una estructura, una maquinaria que
trabaja cuando debe hacerlo. Para nadie es extraño que mediante el
corporativismo, el PRI sujeta, condiciona y dirige a las grandes centrales
obreras y campesinas, a los conglomerados sociales- urbanos, populares,
burócratas, profesionistas, boleros, voceadores y a los grupos empresariales de
distinto poder económico. Todos estos “simpatizantes” forzosos colman las
plazas públicas en actos priistas.
Cabe recordar que el gobierno priista
de Carlos Salinas cooptó personalidades, también partidos políticos, entre
ellos el Partido Socialista de los trabajadores (hoy desaparecido) y el partido
del Trabajo (que en las últimos procesos electorales ha celebrado alianzas
político electorales “coyunturales” en algunas entidades con el PRI). Esto es
una constante en cada proceso electoral, al igual lo han hecho otros partidos políticos.
Al igual que los partidos políticos y
las iglesias; también los programas sociales están convertidos en instrumentos
de control y cooptación, llámese como se llame en las distintas
administraciones federales, desde solidaridad, oportunidades o combate al
hambre.
A pesar de que se desdice el escritor
Mario Vargas Llosa de su dicho hace varios años; en México existe la dictadura
perfecta, porque se vive y existe el “aparato”, “maquinaria” o “las instituciones”,
todas estas para mantener una política económica llamada neoliberal,
privatizadora, en beneficio de una clase social pudiente, que no le importa que
gane un partido político u otro, porque sus intereses están asegurados con esta
“dictadura perfecta”… Con Carlos Salinas De Gortari dio inicio el acondicionamiento
a la estructura jurídica de tal manera que se modificaron varios artículos de
la Constitución Federal de 1917, entre ellos el Articulo 82, de tal manera se le
preparó el camino a Vicente Fox y al PAN, para que ganara la elección del año
2000. Es así como se le otorgaron 2 sexenios al Partido Acción Nacional (PAN) y
llego el cambio a la Presidencia de la República, pero solo fue de membrete,
cambios superficiales (incluyendo la mochada del símbolo patrio del águila),
cambios que solo fueron para preparar el camino del regreso del PRI y de los
Salinistas a los pinos…
La dictadura de la burguesía que apoya
el neoliberalismo, encuentra asegurada sus intereses dentro de este régimen,
gane quien gane, los cambios solo son superficiales. En esta dictadura perfecta,
queda marcada que no hay una mejor distribución de la riqueza y abunda la
injusticia social, ahondándose las diferencias sociales.
Esta dictadura perfecta tiene el poder
judicial, el poder legislativo como son el Congreso Federal y los estatales, son
fieles escuderos del sistema político. Un régimen que es tapadera de la
injusticia social, que impone reglas en beneficio de los que detentan el poder político.
Mario Vargas Llosa tiene sus propios
intereses y hoy abraza efusivamente a un Enrique Peña Nieto, para decirle: “me equivoque señor…” Se reafirma el papel servicial al sistema político de un escritor de
la derecha...