Por Luis Chumacero González Durán
Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).– “Con esta
estrategia me comprometo a disminuir significativamente las tasas de homicidios
y de secuestros del país, así como las extorsiones y la trata de
personas”. Era mayo del 2012. Enrique Peña Nieto escribió esas palabras
como parte de una propuesta hecha durante su campaña presidencial. Más de dos
años después la seguridad en México sigue siendo un problema fundamental sin
una solución clara a la vista, dice la revista estadounidense Newsweek.
En un artículo sobre la violencia en México, dice que si bien la
situación del país no es tan preocupante como lo fue en los peores momentos de
la lucha armada contra el narcotráfico, las promesas de la actual
administración en materia de seguridad no coinciden con sus resultados.
Newsweek, como muchos otros medios internacionales, han devuelto el tema de la
inseguridad en México como parte de su cobertura.
Y en efecto, las cifras indican que el desempeño del actual
Presidente deja mucho qué desear. Incluso, según los datos del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En los 19 primeros meses de
gobierno, Felipe Calderón Hinojosa llevaba 41 mil 396 homicidios; Peña lleva 55
mil 325. En el mismo periodo, Calderón reportaba 873 secuestros y 5 mil 345
extorsiones; Peña Nieto acumula 2 mil 634 secuestros y 12,194 extorsiones.
La publicación norteamericana habla sobre los 22 mil 732
homicidios del primer año de Peña (12 meses) y cide: “Esa cifra, que el
instituto llamó preliminar, es ligeramente inferior al año anterior pero aún
así es más alta que cuando Felipe Calderón, el predecesor de Peña Nieto, tomó
posesión.
En 2007, poco después de que Calderón declaró una guerra contra
las drogas, el número de homicidios llegó hasta los 8 mil 867. Durante su
periodo de seis años los homicidios alcanzaron su punto álgido en 2011 con 27
mil 213”. Hace dos semanas, SinEmbargo publicó una nota en la que The Economist
calificaba a la inseguridad como el problema más grande de América Latina.
En el caso de México denotaba la escasa o nula confianza del
mexicano en su sistema judicial. Llamaba la atención sobre la impunidad de los
criminales en la región y la alta taza de homicidios. En marzo de este año, el
diario El País hablaba sobre la renuncia de Manuel Mondragón como comisionado
nacional de seguridad en México. Recuerdaba que Peña Nieto había anunciado un
cuerpo de Gendarmería para mejorar la seguridad nacional. Dijo que “el
proyecto se ha ido diluyendo con el paso del tiempo. De los 95 mil con
los que iba a contar en un principio se pasó a 5 mil y su puesta en marcha,
prevista para junio, todavía alberga muchas incógnitas”. Posteriormente se
anunció que la gendarmería arrancaría el 13 de julio.
Cuando se acercó la fecha Monte Alejandro Rubido, actual
Comisionado Nacional de Seguridad, dijo que sería más tarde; a finales de este
mes o en agosto. “Desde que tomara posesión en 2012, Peña Nieto ha eliminado en
gran medida el tema de la seguridad de su discurso excepto cuando algún
estallido de violencia lo obliga a hacer lo contrario.”, escribió Newsweek.
Ante una carencia de políticas de seguridad más efectivas la
situación de México se revela compleja, en parte porque es difícil medir con
exactitud el nivel de violencia. Hablando sobre los homicidios que se registran
en México, René Jiménez Ornelas, coordinador de la unidad de análisis de la
violencia en México a cargo de la UNAM; dijo que las cifras oficiales
disminuyen la cantidad real. Newsweek indica que Ornelas esperaba ver un mayor
número de homicidios en 2013 y que la cifra inferior que fue registrada puede
explicarse porque muchas veces porque la gente prefiere reportar la muerte de
un ser querido como un infarto u otra causa natural antes de decir que fue un
asesinato.
“¿Por qué? Porque hacen
pagar a la familia”, dijo. Desde octubre el gobierno mexicano resolvió que los
homicidios ya no se registrarían en categorías separadas, dificultando así el
obtener cifras específicas sobre las muertes que han sido ocasionadas por el
narcotráfico.
En Coahuila, Tamaulipas y Guerrero, algunos de los estados donde
la guerra contra el narcotráfico fue más pronunciada, la publicación
estadounidense dice que se reporta un nivel de homicidios más bajo.
De hecho el país puede parecer menos violento de lo que fue
durante la administración de Calderón pero entre otras cosas esto tiene que ver
con la información que circula. Citando al Committee to Protect Journalists
(Comité para Proteger a los Periodistas) que califica el clima de libertad de
prensa en México como “peligroso”, el semanal norteamericano agrega
que “en varias zonas del país los medios de comunicación han dejado de
reportar sobre seguridad, básicamente creando hoyos negros en la información”.
Zócalo, un periódico local de Coahuila que cita Newsweek escribió que en
virtud de que no existen garantías ni seguridad para el ejercicio pleno del
periodismo, “el Consejo Editorial de los periódicos Zócalo decidió, a partir de
esta fecha, abstenerse de publicar toda información relacionada con el crimen
organizado.
La decisión de suspender toda información relacionada con el crimen
organizado se fundamenta en nuestra responsabilidad de velar por la integridad
y seguridad de más de mil trabajadores, sus familias y la nuestra.” A pesar de
las capturas de ciertos líderes del crimen organizado durante la administración
de Peña Nieto, entre los que destaca el Chapo Guzmán, la revista norteamericana
indica que la violencia aumenta sin cesar en varias partes del país.
Se refiere a cifras que acusan un alza notable de homicidios en
Baja California, Chiapas y el Estado de México.
EDOMEX A LA CABEZA
Ayer, el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que
entre 2012 y 2013, el número de homicidios dolosos en México disminuyó en 4 mil
481, al pasar de 27 mil 213 a 22 mil 732. El informe dice que el Estado de
México encabeza la lista de los estados con más homicidios dolosos del país.
Entre 2012 y 2013 y el número de homicidios por día bajó de 74.5 a 62.2.
La estadística revela que en 2013, la proporción de homicidios
fue de 19 por cada 100 mil habitantes a nivel nacional. Las cifras se derivan
de la información sobre las estadísticas captada de los registros
administrativos de defunciones accidentales y violentas, generados por las
entidades federativas. Contiene registros de 4 mil 994 Oficialías del Registro
Civil y mil 157 Agencias del Ministerio Público que mensualmente proporcionan
información al Inegi.
Por entidades, el Estado de México aparece nuevamente como el
que el registra el mayor número de asesinatos el año pasado con 3 mil 280,
seguido de Guerrero con 2 mil 204, Chihuahua con 2 mil 141.
La mayor parte de los homicidios, 13 mil 937 se registraron por
disparo de “otras armas de fuego”, es decir, que no fueron con rifle, escopeta
o arma larga, por agresión con objeto cortante (3 mil 110) y agresión por
medios no especificados ( 2 mil 995). En las Oficialías del Registro Civil se
captan datos de las defunciones (homicidios) a través de actas y certificados
de defunción. Esta información se complementa con la que proporcionan las
Agencias del Ministerio Público mediante los cuadernos estadísticos.
Para el cálculo de las
tasas de homicidios por cada cien mil habitantes, se utilizaron los datos
publicados por el Consejo Nacional de Población (Conpao), referentes a la
Conciliación Demográfica para los años 1990 – 2009 y las Proyecciones de la
Población de México, 2010-2050.