Por: Linaloe R. Flores
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).– Esta noche las 22:00 horas, Sofía Castro, la hija del Presidente Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera, pretendía ingresar al Zócalo capitalino a bordo de una camioneta Suburban custodiada por otra igual, por la calle Venustiano Carranza. Pero cientos de personas le impidieron el paso. Mientras gritaban groserías, le propinaron golpes al vehículo y lo bañaron de espuma. Durante veinte minutos, hombres, mujeres y niños que habían acudido a la Fiesta del Grito de Independencia impidieron el movimiento del convoy y no pararon de lanzar gritos. “¡Que camine! ¡Que camine como todos!” “¡Que se baje!” “¡Que no entre! ¡No los dejen entrar!” Luego, una gran rechifla. Elementos del Estado Mayor Presidencial llegaron al lugar para proteger a Sofía Castro. Las camionetas retrocedieron por Venustiano Carranza y doblaron en 5 de Febrero.
OTRO AÑO DE ACARREOS El acarreo de miles de personas al Zócalo capitalino por parte de los gobiernos priistas del Estado de México y de Hidalgo, reportado desde la tarde de este lunes, no fue suficiente. La plancha del Zócalo lució semivacía una hora antes de que el Presidente Enrique Peña Nieto saliera al balcón presidencial para dar el Grito de Independencia. Apenas unas 30 mil personas se congregaron debajo del templete tricolor donde la Banda MS tocó “El Patrón” –un corrido que degrada a cualquiera que personifique la prepotencia en México–. Los remolinos, el gentío, del año pasado son ahora historia lejana. Quienes sí asistieron al Segundo Grito de Peña Nieto entonaron ese “narcocorrido” y bailaron.
Por segundo año consecutivo, usuarios de las redes sociales, periodistas y ciudadanos que están en el Centro Histórico de la Ciudad de México y en el Zócalo capitalino dieron cuenta de un operativo con cientos de autobuses provenientes de municipios priistas de al menos dos entidades: Hidalgo y el Estado de México, de donde descendieron miles de personas para integrarse a la celebración que encabezó el Presidente Enrique Peña Nieto.
En Twitter y Facebook circularon las fotos de autobuses estacionados en las inmediaciones del Zócalo, en los que grupos de “acarreados” arribaron al Centro Histórico para presenciar la conmemoración del Aniversario 204 de la Independencia de México. Con cajas de comida, matracas, banderas, sombreros, camisas rojas con logos del PRI, cientos de personas ocuparon buena parte de la plancha de la Plaza de la Constitución, pero aún así ésta no alcanzó a cubrirse.
También circuló un video filmado en el municipio de Coacalco, en el Edomex, donde se observa a la gente abordando los autobuses para dirigirse al Distrito Federal. Además, fueron tomadas imágenes de carteles en donde se le ofrece a los pobladores no sólo comida sino además disfrutar gratis del concierto que la Banda Limón ofreció en el Zócalo capitalino, luego de que el Presidente Peña Nieto dio el tradicional Grito. De acuerdo con los propios “acarreados”, entrevistados en el Zócalo, llegaron hasta ahí a cambio de una torta y en algunos casos hasta de 100 pesos.
PROTESTAN POR REVISIONES A NIÑOS
Activistas y políticos de oposición exigieron a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CNDH) y al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) abrir una investigación en contra de la Policía Federal y de la Gendarmería Nacional por haber cateado e incluso tocado en partes íntimas a menores de edad que entraron este lunes al Zócalo capitalino para presenciar la ceremonia del Grito de la Independencia. Se trata, coincidieron, de inspecciones totalmente ilegales y que vulneran los derechos de las niñas y los niños en México.
Además denunciaron la falta de respuesta de la CNDH, presidida por Raúl Plascencia Villanueva, a la que le exigieron –sin éxito alguno, pues nadie respondió llamadas– la presencia de representantes en el Zócalo para consignar estas violaciones. De acuerdo con el activista Daniel Gershenson, durante varias horas se llamó a las oficinas de la CNDH para ingresar una denuncia formal, pero nadie atendió el teléfono. La respuesta fueron grabaciones y música enlatada. “El sistema desconectaba la llamada y, a pesar de que volvía a intentarlo, el sistema parece diseñado para que cuelgues, y te desistas de tu empeño.
Es decir, marcas, oyes más música y el conmutador te desconecta ad infinitum”, explicó a SinEmbargo. Además, afirmó, en la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal “escurrieron el bulto” diciendo que esa queja es “competencia federal”, pero, de acuerdo con el activista, algo podrían haber hecho las autoridades locales en cuanto iniciaron los “basculeos infantiles”. “Mal, muy mal estamos al permitir que las violaciones a los derechos humanos de los niños se vuelvan la nueva normalidad del peñanietismo: es algo mucho más grave que convertir la plancha del Zócalo en estacionamiento de lujo, como sucedió el primero de septiembre pasado, sin que Miguel Ángel Mancera dijera ni pío”, añadió. ¿Qué va a pasar cuando se organice el Grito el año próximo, si no tomamos cartas en el asunto desde la sociedad civil organizada?, preguntó Gershenson. “Van a encuerar a los niños, y someterlos a ‘exploraciones corporales invasivas’”, respondió.
También expuso que es muy preocupante, que sus padres ni siquiera estén conscientes del ultraje al que sometieron hoy a sus hijos. Por su parte, el abogado y activista Jesús Robles planteó en su cuenta de Twitter [@roblesmaloof]: “Inspecciones a niños y niñas en Zócalo buscan inducir el miedo, perfecto retrato de la ilegitimidad”.
La también activista por los derechos de niñas, niños y adolescentes, Nashieli Ramírez se unió a las protestas desde su cuenta @NashieliRamirez, y expuso: “Cateos a niños y niñas, violación a su derecho intimidad. Se requieren protocolos especiales @lialimon @juarezvero @DIFNACIONAL_DIF @1campa”. Además escribió: “Cateo a niños y niñas violación su derecho a la íntimidad. Se requieren protocolos especiales @CDHDF @alconsumidor @CNDH @HectorSerranoC”.
El político petista Gerardo Fernández Noroña también se unió a las quejas por los cateos a menores de edad en el Zócalo e incluso envió una queja directa a la CNDH, donde consignó: “Que cacheen a todo hombre o mujer que sea ingresar a la plancha del Zócalo es una grave violación a los derechos humanos. Pero que lo hagan con niños y bebés es una atrocidad mayor.
En el caso de un niño su estado de indefensión es absoluta. Un joven o un adulto puede hacer valer el artículo 16 constitucional. Pero un niño carece de toda posibilidad de defensa. “Quien haya dado esta orden absurda es una enfermo y un represor sin límites. No concibo que haya padres de familia que toleren semejante agravio, semejante infamia y tampoco concibo que haya policías que se presten a hacer una tarea tan deleznable”. Además, en su cuenta de Twitter [@fernandeznorona] planteó: “Los niños son tratados como criminales mientras los criminales darán el grito de independencia”.