Imposible
no tener suspicacias sobre la detención del matrimonio Abarca-Pineda. Las
imágenes que muestran al alcalde con licencia de Iguala ataviado con un traje y
a su esposa realizando tres cambios de vestuario durante su detención,
supuestamente en una casucha de la delegación Iztapalapa, en el Distrito
Federal, invariablemente hacen pensar en un nuevo montaje para engañar y
distraer a la sociedad.
Que se sepa, en los operativos de la Policía Federal y la
Procuraduría General de la República no se dan
concesiones a quienes van a ser detenidos para que estén “presentables” cuando
son fotografiados o, como sucedió en este caso, videograbados durante su
aprehensión para luego filtrar a los medios las imágenes. Y menos, si se trata
de los autores intelectuales del crimen que tiene encendido y al borde de la
revuelta a la mitad del país.
Pero puede
haber una clave para explicar estas aparentes irregularidades. El pasado 23 de
octubre, varios medios de la capital del país, y algunos del estado,
consignaron en sus portales Web que José Luis Abarca y su esposa María de los
Ángeles Pineda habían sido detenidos en un hotel de la ciudad de Xalapa,
capital de Veracruz, por elementos de la Marina y la PGR.
La noticia causó revuelo. Las autoridades estatales, para
variar, fueron tomadas por sorpresa y no atinaron nunca a confirmar o desmentir
la versión, hasta que la propia PGR negó la detención e “invitó” a los medios
de la Ciudad de México que la llevaban, como Excélsior, a bajarla de sus
portales.
Sin embargo, fuentes de la Subprocuraduría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) afirman que, efectivamente,
los Abarca sí habrían sido detenidos en Xalapa luego de pasar por Puebla, y
tras varios días resguardados por los elementos policiacos, fueron trasladados
al lugar donde de manera oficial se anunció su captura.
En ese mismo sentido va la versión divulgada por el periodista
Raymundo Rivapalacio en su columna “Estrictamente Personal”, que se publica en
el periódico El Financiero y en su portal Eje Central.
“Tres fuentes de inteligencia y dos fuentes políticas dijeron al
portal Eje Central el 23 de octubre pasado, que la pareja fue detenida en un
hotel de Xalapa, Veracruz, por un comando de la Marina con apoyo de la PGR. Dos
diarios nacionales informaron lo mismo en sus sitios, pero por petición de la
PGR aceptaron retirar la noticia. Oficialmente, la PGR desmintió esa versión.
La información de esa captura mencionaba que la pareja se había quedado con
unos amigos en Puebla, que fueron detenidos posteriormente, y cuyas
declaraciones permitieron localizar a los Abarca en Xalapa.
“Cuatro días después de la publicación en Eje Central, uno de
los líderes del PRD confirmó que habían sido detenidos en Veracruz. La PGR mantuvo
su rechazo a la versión”, narra Rivapalacio.
Tras describir las inconsistencias de la versión oficial de la
captura de los Abarca, como los dos distintos domicilios del DF en los que
tanto la Policía Federal como la PGR afirman haber realizado la detención, el
reconocido periodista señala que “la transparencia sobre la captura es vital
para el caso contra de los Abarca. Si la detención fue hace días, el caso en su
contra podría encontrar dificultades para procesarlos, ante una posible
violación del debido proceso. Pero al mismo tiempo, si la captura fue
previamente a este martes y los declararon en su momento, las autoridades
podrían tener toda la radiografía criminal y de protección institucional para
proceder en contra de todos los responsables”.
“Vaya paradoja. Ante tan altos niveles de impunidad, arriesgar
el debido proceso para llegar al fondo como exigió el Presidente, parecería el
mejor camino. Aplicar la ley de manera garantista, puede abrir las puertas a
que la impunidad prevalezca, si no en la pareja, en sus protectores y
padrinos”.
La cloaca es gigantesca, profunda y hedionda. ¿Hasta dónde
estarán involucradas las autoridades veracruzanas, por omisión o complicidad?
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